Asomarse a las atalayas desde las que divisar la verdadera dimensión del cañón del Duero es uno de los mejores planes que hacer en los dos lados del tramo internacional de este río. Los miradores de Miranda do Douro están entre los mejores del parque natural. La mayoría son balcones naturales donde una simple roca es suficiente para embobarse con las vistas. Pero en esta nómina también incluimos algunas plataformas de lo más originales. ¡No te los pierdas!

Si por algo se distinguen las Arribes del Duero en sus vertientes española (Salamanca y Zamora) y portuguesa (parque natural do Douro Internacional) es por los miradores. La nómina de atalayas naturales y habilitadas con plataformas es interminable. Recorrerlas todas ellas daría para varios días y lo mejor de todo es que no hay dos iguales. Cada una ofrece una perspectiva diferente de este paisaje único en el que el Duero avanza entre dos murallas tremendas con sus aguas calmadas y encorsetadas por la acción de las presas.

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Los municipios de Miranda do Douro, Mogadouro y Freixo de Espada à Cinta se reparten el tramo internacional del río y han sabido aprovechar a la perfección su potencial promocionando y habilitando numerosos miradores de lo más cautivadores. En esta ocasión nos vamos a centrar en los miradores de Miranda do Douro. Además del cuidado casco histórico de la localidad, su animada vida comercial, su suculenta gastronomía y actividades como el crucero ambiental por el Duero, los miradores son una pieza fundamental de la oferta turística de este enclave fronterizo.

Ruta por 8 de los mejores miradores de Miranda do Douro

El cañón que forma el río Duero y que establece la frontera natural entre España y Portugal se presta a que casi cualquier punto con cierta altura se convierta en mirador. Es un auténtico lujo contemplar este espectáculo natural, todavía desconocido para muchos, y que en cualquier otro lugar de Europa gozaría de mucho más reconocimiento y promoción. Sin embargo, ese papel secundario que sigue gozando hace las delicias de los que buscamos tranquilidad, sosiego y ni el más mínimo rastro de masificación.

En estos ocho miradores de Miranda do Douro solo encontraremos paz y soledad. Sobre todo en los que tienen una ubicación más recóndita.

Mirador do Penedo Amarelo

Es el más urbano de todos los miradores de Miranda do Douro. Se encuentra en la parte baja de la zona comercial (en la rua do Penedo Amarelo) y en los últimos años se ha construido una plataforma de madera que se asoma al cañón del Duero e incrementa la espectacularidad de la vista. Desde este punto se visualiza a la perfección el denominado acantilado de los Líquenes, el más imponente de los que hay en este tramo de los Arribes. Si además en ese momento la embarcación que hace el paseo en barco en Miranda do Douro pasa por allí, tenemos la postal perfecta.

Mirador de la Sé

Otro mirador urbano situado detrás de la Sé Catedral de Miranda do Douro. Entre las almenas de la muralla prerrománica de la localidad se contempla a la perfección el acantilado de los Líquenes y el famoso número 2 del que hablamos en este post dedicado al paseo en barco en Miranda do Douro.

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Mirador del Castrilhouço

A nuestro juicio, el mirador más espectacular de todos los que podemos ver en Miranda do Douro. Se encuentra a poco más de dos kilómetros al norte del casco urbano de la localidad, por una pista en buen estado por la que se puede circular sin problemas con el vehículo y que conduce a la aldea de Vale de Águia. Desde el lugar en el que se aparca hasta el mirador en sí hay que caminar unos pocos metros para gozar de una vista sublime desde un pequeño bolo granítico. En este punto el Duero forma un meandro y el acantilado que visualizamos justo enfrente es sencillamente grandioso.

Los hombres de la Edad de Hierro tuvieron buen gusto para construir aquí un castro, el de Vale de Águia.

Mirador de São João das Arribas

Otro majestuoso mirador natural emplazado en un lugar muy simbólico, en esta ocasión por su carácter religioso. En este lugar se levanta la pequeña ermita de São João das Arribas y junto a ella, sin necesidad de plataformas ni de balcones, se encuentra el mirador donde se aprecia un escarpado tramo de los Arribes, sobre todo en la vertiente zamorana. Los acantilados dibujan formas imposibles que reflejan la crudeza y rudeza de este paisaje único.

El acceso al mirador de São João das Arribas es muy cómodo y se puede realizar perfectamente en vehículo desde Aldeia Nova por una pista asfaltada. Junto a la ermita y el mirador hay un pequeño merendero.

Mirador Penha das Torres

Es el mirador que encontramos más al norte en el municipio de Miranda do Douro y justo donde el río Duero inicia su tramo internacional tras dejar atrás el salto zamorano de Castro. Precisamente esta atalaya permite contemplar el embalse a la perfección. En los últimos años se ha construido una pasarela de madera que facilita su acceso y posibilita una visión más completa del cautivador paisaje.

Mirador de Freixiosa o Chapéu

Viajamos ahora al sur de Miranda do Douro, concretamente hasta la pequeña aldea de Freixiosa. Junto al cementerio parte una amplia pista que desciende entre campos de olivos en dirección al río. Dejamos el vehículo en una explanada para hacer los últimos metros caminando y encaramarnos a una de las rocas que nos regalan una visión del Duero sin filtros. Completamente al natural. En este punto el río avanza con su caudal más generoso por el efecto de la presa de Picote. El nombre de ‘Chapéu’ le viene porque el bloque granítico desde el que se divisa el río tiene forma de sombrero.

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Mirador de la Fraga do Puio de Picote

Quizás el mirador más popular de todos lo que ver en Miranda do Douro. En este artículo te contamos con más detalle los pormenores de esta atalaya en la que literalmente se puede volar sobre el Duero. Se encuentra en la aldea de Picote. Es suficiente con dejar el vehículo en el casco urbano y caminar unos metros para llegar a este balcón acristalado que se asoma a un punto donde el río hace un meandro una vez que ha superado el embalse de Picote.

Es un mirador no apto para aprensivos ya que el suelo también es de cristal. Se optó por este material después que de que un incendio arrasara en 2017 el antiguo mirador, mucho más modesto y levantado únicamente en madera. Dos años después se inauguró el nuevo. Nosotros hemos tenido la oportunidad de visitar los dos y es cierto que no hay color.

Mirador de la Fraga Amarela

Otro imponente mirador natural que rivaliza con el de Castrilhouço y que tiene el hándicap de un acceso más complejo. Quizás esto le dote de un carácter más especial. Para llegar hasta él hay que pasar la aldea de Picote y seguir por la N221 para tomar un desvío a la izquierda debidamente señalizado. Se trata de una pista de tierra con algún tramo un tanto complicado que, después de 2,4 kilómetros, acaba en una pequeña explanada en la que dejar el vehículo. Desde allí parte un sendero que, tras caminar un kilómetro, recala en este mirador compuesto de un gran bolo granítico colocado de manera estratégica. Ni el ser humano lo hubiera hecho mejor. En este lugar se levantó el castro de Cigaduenha, del que se pueden ver todavía algunos de sus restos.