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Con un castillo que parece sacado de un cuento de hadas que guarda una iglesia en su interior y un imponente santuario de gran devoción en la zona, Viana do Alentejo es uno de los pueblos más coquetos, auténticos y desconocidos de esta región. Es un gusto pasear por sus calles de casas encaladas y salpicadas de naranjos donde se respira una paz inusitada. Te invitamos a descubrir todo lo que ver en Viana do Alentejo
Denominado en sus orígenes Viana-a-par-de-Alvito, este pequeño pueblo del Alentejo central recibió su primer fuero en el siglo XIII bajo el reinado de Alfonso III. Eso sí, antes habían pasado por allí los romanos como se ha demostrado en diferentes yacimientos arqueológicos. Sus tierras fértiles y la abundancia de agua, lo pusieron fácil para que Viana do Alentejo se convirtiera en un núcleo estable de población. Hoy es una localidad muy apacible, que suele pasar desapercibida para el turismo, pero que merece una parada, aunque solo sea de unas horas. La singularidad de Viana do Alentejo radica en dos monumentos. Uno es su castillo, que alberga en su interior una iglesia con una magnífica portada manuelina. Y otro, el santuario de Nossa Senhora d’Aires, uno de los grandes epicentros de la devoción popular en Portugal.
Cómo llegar a Viana do Alentejo
En coche. Viana do Alentejo se encuentra en el Alentejo central, 30 kilómetros al sur de la ciudad de Évora. Entre ambas hay un cómodo recorrido de media hora por la N254. De Lisboa la separan casi dos horas de viaje con autovía hasta Alcácer do Sal y posteriormente por carretera nacional. La capital española más próxima es Badajoz, a una hora y media.
En tren. Viana do Alentejo no cuenta con estación de ferrocarril, pero la más próxima se localiza a solo 6 kilómetros, en la freguesia de Vila Nova da Baronia. Tiene cinco conexiones diarias con Lisboa gracias al tren Intercidades que hacen el recorrido en 1 hora y 45 minutos con transbordo en la estación de Casa Branca. El precio del billete es de 7 euros. Entre Vila Nova da Baronia y Évora también hay cuatro servicios diarios, en este caso directos y con un tiempo de viaje de unos 45 minutos. El precio del billete es de solo 3 euros. Para desplazarse desde la estación de Vila Nova da Baronia a Viana do Alentejo es posible tomar un taxi.
Dónde alojarse en Viana do Alentejo
No existen demasiadas alternativas para alojarse en Viana do Alentejo. No es problema ya que se trata de una localidad que se puede visitar perfectamente en una mañana y, por lo tanto, acudir desde otro punto cercano como, por ejemplo, la ciudad de Évora. En Viana do Alentejo destaca Herdade do Alfanges, una villa independiente con capacidad para 10 personas y que posee piscina propia.
Muy cerca de allí, en la mencionada Vila Nova da Baronia, es muy recomendable la Casa do Vale da Terra Negra, una vivienda de cuatro dormitorios con capacidad para diez personas. Las estancias están cuidadas al detalle y con un trato muy amable y profesional.
Durante nuestro viaje a esta zona del Alentejo nosotros nos alojamos en localidad de Cuba, situada a media hora de Viana do Alentejo. Elegimos el hotel rural Cuba Real, bastante correcto y ajustado de precio. Es más recomendable para los meses cálidos ya que en invierno las habitaciones son un tanto frías. Además posee piscina y un desayuno muy destacable.
Qué ver en Viana do Alentejo. Los imprescindibles
Dice José Ramón Alonso de la Torre en su magnífico libro “Un viaje por la Raya” (El Paseo, 2021) que al dejar Viana do Alentejo, “uno se va con la sensación de haber entendido definitivamente el Alentejo o con la seguridad de que no lo entenderá jamás”. Porque si de algo puede presumir esta localidad es de su autenticidad. Hay otros lugares más bellos en la región, no cabe duda. Estremoz, Vila Viçosa o Monsaraz, son algunos ejemplos. Pero cuando nos preguntamos qué ver en Viana do Alentejo concluimos que no hay nada de cartón piedra. Todo es genuino y real. Crudo y sobrecogedor en ocasiones como ocurre con el santuario de Nossa Senhora d’Aires. Te invitamos a este recorrido por Viana do Alentejo sin dejar nada en el tintero.
Castillo e iglesia Matriz de Viana do Alentejo
Un recorrido por todo lo que ver en Viana do Alentejo debe comenzar obligatoriamente por su castillo. Junto a él es posible dejar el vehículo. Asimismo, en su interior se encuentra la oficina de turismo donde te ofrecen todo tipo de información y folletos en español. El de Viana es un castillo totalmente diferente a los que vemos en otros puntos de Portugal. ¿La razón? No se trata de una fortaleza defensiva, sino administrativa. En su interior se ubicada en edificio del ayuntamiento (paços do concelho) y dos iglesias, la Matriz y la de la Misericordia.
El castillo data del siglo XIV, bajo el reinado de Dinis. En los siglos posteriores se fue ampliando y reforzando. Lo que más destacan son sus torres circulares, más propias de un castillo de cuentos de hadas, y que marcan los vértices del pentágono que forma la muralla. Es posible caminar por ella y contemplar desde allí el paisaje típico alentejano con los campos de alcornoques y olivos que se extienden en el entorno de Viana.
Pero la auténtica joya de la corona del recinto amurallado del castillo es su iglesia Matriz. Adosada literalmente a la cerca, nos encontramos ante una de los templos manuelinos más sobresalientes que ver en Portugal. Lleva la firma de Diogo de Arruda, el autor de la archiconocida ventana manuelina del Convento de Cristo de Tomar. El simple hecho de admirar la portada de la encalada iglesia ya justifica la visita a Viana do Alentejo. Es sencillamente majestuosa. Ya en su interior destacan las vidrieras del siglo XVI y los azulejos sevillanos que recubren el altar.
Mientras grupos de mujeres de avanzada edad flanquean los muros del castillo para escuchar misa en la iglesia, nos detenemos en otros dos puntos del recinto. Uno es el crucero renacentista que muestra una Piedad y una Virgen de la Leche. El otro, la antigua iglesia de la Misericordia, convertida en la actualidad en una sala de exposiciones.
Praça da República y callejuelas con encanto
Al margen del castillo, los lugares de interés que ver en Viana do Alentejo en su casco urbano se reducen a un paseo por sus callejuelas de casas encaladas y zócalos de color albero o azul. En ellas aparecen naranjos que en primavera desprenden un embriagador aroma a azahar.
Nos gustó el ambiente que se respiraba en la praça da República. Mientras el resto de las calles estaban prácticamente desiertas, en el epicentro de la localidad se podía ver a grupos de hombres con la piel curtida en las labores agrícolas charlando plácidamente y viendo pasar el tiempo. El ágora está presidida por el monumento a António Isidoro de Sousa, el vecino más ilustre del municipio. Político, empresario y veterinario, destacó por su apoyo a las clases más desfavorecidas allá por finales del siglo XIX. También hay una curiosa fuente escondida tras dos arcos de medio punto.
Santuario de Nossa Senhora d’Aires
Para continuar con la visita a Viana do Alentejo tenemos que abandonar el casco urbano y desplazarnos tres kilómetros al noreste. Un recorrido que podemos incluso hacer andando por un camino señalizado que siguen los romeros que quieren presentar sus respetos a Nossa Senhora d’Aires. Estamos ante uno de los santuarios marianos más importantes de Portugal. Un símbolo del Alentejo que despierta una devoción inusitada.
Pero empecemos por el comienzo. Este santuario barroco de finales del siglo XVIII ocupa el lugar de una pequeña ermita del siglo XVI. Hay dos teorías sobre su origen. Una atribuye su construcción a la Orden del Temple. La otra, entra en el terreno de la leyenda que tan presente está en este tipo de templos. Un campesino llamado Martim Vaqueria estaba trabajando la tierra cuando uno de sus arados desenterró una caja en cuyo interior estaba una imagen de la Virgen. Se da la circunstancia de que el buen hombre había soñado días antes con esa misma talla, por lo que decidió construir una ermita en el lugar.
De una forma o de otra, el santuario de Nossa Senhora d’Aires se convirtió en epicentro de peregrinaje en la región del Alentejo. Recuerda a la ermita del Rocío de Almonte y en este caso también se lleva a cabo una romería anual a caballo por una antigua cañada real. Tiene lugar en el mes de abril y congrega a miles de personas.
La talla de Nossa Senhora d’Aires se venera en el interior del santuario. Su tamaño es minúsculo, apenas 20 centímetros. Pero lo que más impacta, e incluso sobrecoge, es lo que nos espera en la sacristía del templo. Miles de fotografías se amontonan en las paredes. Niños, agricultores, soldados, estudiantes, parejas recién casadas, policías… Son los rostros de las personas que en algún momento se han encomendado a la Virgen o le han solicitado que intercediera ante algún problema. Este pequeño habitáculo en el que se agolpa semejante demostración de fervor religioso resume la esencia del santuario. Una manera de entender la vida que muchos podrán considerar caduca, pero que forma parte del acervo popular y por lo tanto merece el mayor de los respetos. En esta sacristía no solo hay fotos, también matas de pelo, uniformes, muñecos y vísceras de cera…. Una interminable colección de exvotos que también se han entregado a la diminuta Virgen.
Restos de la capilla do Cruzeiro
A pocos metros del santuario de Nossa Senhora d’Aires e invadidos por las palomas e incluso por las ovejas que pastan en los alrededores, se encuentran los restos de la capilla do Cruzeiro o ermita do Senhor Jesus do Cruzeiro. Su construcción data del siglo XVIII, coincidiendo con el incremento de la devoción a la cruz. Destaca su trabajada portada y muy poco queda ya en su interior donde han desaparecido los elementos originales. Sin ningún tipo de conservación, está condenada a acabar desapareciendo. Mientras esto ocurre, podemos seguirla contemplando con la tristeza que siempre causa el abandono del patrimonio.
Alcáçovas
Viajamos a la freguesia de Alcáçovas, sede del tratado de mismo nombre que en 1479 firmaron los Reyes Católicos con Alfonso V de Portugal. Un acuerdo en el que, entre otras cosas, se repartieron las islas del Atlántico, entre ellas las Canarias y Azores, y se firmó la paz entre ambos reinos tras la guerra de Sucesión Castellana.
Paço dos Henriques de Alcáçovas
El mejor sitio para rememorar este pasaje de la historia es precisamente el lugar en el que se firmó el tratado, el bello paço dos Henriques de Alcáçovas. Se trata de uno de los monumentos más destacables que ver en Viana do Alentejo. Data del siglo XIII, aunque tres siglos después vivió una profunda renovación en la que se incorporó una capilla. Perteneció a la dinastía Trastámara y cuenta además con un más que interesante jardín.
Iglesia Matriz do Salvador
El peso histórico de Alcáçovas también tiene su reflejo en su imponente iglesia Matriz consagrada al Salvador. La original data del siglo XIV, pero en el XVI experimentó una importante ampliación que la dotó de su estilo renacentista y manierista. Además de en su portada, la magnitud del templo también se releja en las ocho capillas que tiene en su interior. Destaca la riqueza decorativa del presbiterio.
Convento Nossa Senhora da Esperança
El poder de la sencillez. Así es el pequeño convento Nossa Senhora da Esperança de Alcáçovas. De cuidados colores blanco y albero, se trata de un buen ejemplo de la arquitectura monástica rural de la región del Alentejo. Al igual que ocurre con el Santuario de Nossa Senhora d’Aires, estamos ante un lugar de peregrinación. Está igualmente situado a tres kilómetros del pueblo, en este caso Alcáçovas, y destaca además por albergar una extraordinaria colección de azulejos de entre los siglos XVII y XVIII.
Un apunte más sobre Alcáçovas. Por esta localidad pasa la Estrada Nacional 2 (EN2) que recorre Portugal de norte a sur a lo largo de 739 kilómetros.
Comer en Viana do Alentejo
Aunque durante nuestra visita a Viana do Alentejo no comimos allí (lo hicimos en el cercano municipio de Portel), no queremos pasar por alto algunas recomendaciones gastronómicas fruto de la experiencia positiva de otros viajeros.
- Restaurante A Romeirinha (R. 10 de Outubro 8, Aguiar). En la pequeña freguesia de Aguiar encontramos este restaurante tradicional donde degustar platos como la carne de cerdo a la alentejana, cordero asado al horno, pulpo a lagareiro, bacalao con nata y deliciosas tortillas de espárragos, entre otras especialidades. Los precios son ajustados y la calidad, notable.
- Churrasqueira Três Bicas (R. Padre Luís António da Cruz 73-75, Viana do Alentejo). En la propia localidad de Viana do Alentejo encontramos esta churrasqueira especializada en migas, carnes de cerdo a la parrilla y bacalao a la baronesa, entre otros platos. Las media raciones rondan los 8 euros y las enteras, los 12. La atención es rápida y agradable.
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