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Qué ver en Tomar, la ciudad templaria de Portugal

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La cruz patada, santo y seña de la Orden del Temple, está omnipresente en la bella ciudad de Tomar. Su magnífico Convento de Cristo, epicentro del poder de los templarios en Portugal, ya es una razón en sí misma para visitar Tomar. Pero además posee una accesible y coqueta parte antigua y un frondoso bosque pegado al casco urbano. Son solo algunas pinceladas de todo lo que ver en Tomar y que desgranamos en esta guía


Cuando la Orden del Temple desapareció en Europa en 1312 por deseo del rey Felipe IV de Francia y gracias al brazo ejecutor del Papa Clemente V, en Portugal no sucedió lo mismo. Como si fuera un club de fútbol que desaparece y se refunda con otro nombre, los caballeros templarios iniciaron una nueva andadura únicamente en el país luso. Y lo hicieron bajo el apelativo de Orden de Cristo. Su absoluto poder, ese que había puesto nervioso a Felipe IV en Francia, se mantuvo intacto en Portugal. Y gracias a ello se financió la gloriosa Era de los Descubrimientos. Esta reseña histórica es fundamental para entender parte del significado del monumento imprescindible que ver en Tomar. La ciudad templaria de Portugal. El Convento de Cristo expresa la ostentosidad de una orden sin la cual no se entendería la historia del país vecino. Pero al margen de esta visita que puede llevarnos perfectamente tres horas, Tomar tiene otras paradas imprescindibles, especialmente en un casco histórico muy cuidado donde es un placer perderse por sus callejuelas. Y todo ello junto a una frondosa zona boscosa y la calma chicha del río Nabão.

Ventana manuelina del Convento de Cristo qué ver en Tomar
Ventana manuelina del Convento de Cristo

Cómo llegar a Tomar

En coche. Tomar es una ciudad de la Región Centro que pertenece al distrito de Santarém. Está a poco menos de hora y media en coche desde Lisboa, por lo que es ideal para realizar una excursión de un día desde la capital lusa. Este trayecto se hace además exclusivamente por autovía. De Oporto la separan 200 kilómetros, por lo que también se puede contemplar una visita a Tomar desde la ciudad del Douro.

En tren. Llegar a Tomar en tren es muy sencillo ya que cuenta con estación de ferrocarril propia a poco menos de diez minutos caminando de su casco histórico. Existe una conexión muy cómoda con Lisboa haciendo escala en Santarém por unos diez euros el billete y con un trayecto que dura entre 1:45 y 2 horas.

En autobús. Existe un servicio regular que une Lisboa y Tomar con un trayecto que dura 1:45 horas a unos 10 euros el billete. También existe conexión por autobús con Fátima y Leiria.

Excursión a Tomar desde Lisboa. Los que prefieran optar por un plan más cómodo y organizado para visitar Tomar de Lisboa, pueden contratar esta excursión de Civitatis de ocho horas de duración y que también incluye una parada en el castillo de Almourol.

Calas en una calle empedrada de Tomar
Calas en una calle empedrada de Tomar
Vista del río Nabão qué ver en Tomar
Vista del río Nabão

¿Dónde dormir en Tomar?

Los que quieran pernoctar en Tomar para ver, no solo esta ciudad, sino también los monasterios cercanos de Batalha y Alcobaça, el santuario de Fátima o las playas de Nazaré, tienen una variada e interesante oferta de hoteles. El más destacado en cuanto a relación calidad-precio es el Thomar Boutique Hotel, un alojamiento de cuatro estrellas ubicado a orillas del río Nabão y que cuenta con unas instalaciones elegantes y modernas. El hotel dos Templarios, también de cuatro estrellas, abrigado por un frondoso jardín y con piscina interior y exterior, es otra interesante opción. Una alternativa más económica es el hotel Kamanga, de dos estrellas, perfectamente ubicado y que destaca por unas instalaciones sencillas, pero perfectamente acondicionadas, limpias y con un trato cercano y amable.

Qué ver en Tomar en un día

Recalamos en Tomar dentro de un viaje de Semana Santa que nos llevó a los monasterios de Batalha y Alcobaça, al santuario de Fátima, a las ciudades costeras de Peniche y Nazaré y a la villa medieval de Óbidos. La mañana de nuestro primer día fue dedicada a recorrer todo lo que ver en Tomar, empezando, como no podía ser de otra manera, por el Convento de Cristo.

Convento de Cristo

Es la razón fundamental para visitar Tomar. Declarado Patrimonio de la Humanidad junto a las murallas del castillo que está junto a él, es sin duda uno de los monumentos más destacados de Portugal y clave para el desarrollo de esta nación. Fue fundado en 1160 por Gualdim Pais, gran maestre de los templarios. Su nombre proviene de la denominación que adquirió la Orden del Temple en Portugal tras su disolución por el papa Clemente V.

Castillo de Tomar
Castillo de Tomar
Exterior de la iglesia del Convento de Cristo qué ver en Tomar
Exterior de la iglesia del Convento de Cristo

Breve reseña para entender el Convento de Tomar

No podemos adentrarnos en el Convento de Tomar sin conocer una breve reseña histórica de su importancia. Sería igual que intentar montar un mueble de Ikea sin saber manejar un destornillador ni un martillo. El Convento de Tomar se asienta sobre una fortaleza que Afonso Henriques, el primer rey de Portugal y fundador de la nación, donó a los templarios. La Orden del Temple construyó una iglesia, pero poco más tarde llegó la disolución de este grupo y su reconversión en la Orden de Cristo. Lejos de perder influencia, cada vez fueron más relevantes en Portugal y claves en la época dorada de la historia del país, la Era de los Descubrimientos. En este periodo hay un nombre propio. El infante Enrique el Navegante fue gran maestre de la orden y el impulsor de las exploraciones de África y las islas del Atlántico. Gracias a su influencia, el convento fue creciendo con la construcción de sucesivos claustros. Los éxitos de Enrique fueron disfrutados por el rey Manuel I, un entusiasta de la arquitectura que creó el genuinamente portugués arte manuelino. La relevancia de ese estilo está presente en el convento, especialmente en una espectacular ventana. Finalmente, y cuando la Orden del Cristo se redujo a una orden monástica, el rey João III, hijo de Manuel I, puso la guinda diseñando el claustro principal renacentista. En total estamos ante el resultado de cinco siglos de obras. Si Guimarães presume de alumbrar a la nación portuguesa, Tomar puede decir que la crió y alimentó.

Si dejamos el coche en el aparcamiento que hay junto a la entrada del Convento de Tomar tengamos en cuenta de que es de pago. Tras flanquear las murallas del castillo y caminar por una calzada, hacemos un viaje en el tiempo que a buen seguro nos dejará con la boca abierta. Especialmente cuando recorramos la Charola, el nombre que recibe la iglesia templaria a partir de la cual fue creciendo el convento. Un lugar secreto, enigmático, conmovedor. Las palabras una vez se quedan cortas. Está inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén y su diseño circular permitía a los caballeros acudir en sus equinos a misa. En el centro se levanta un impactante altar gótico y se pueden apreciar los restos de un órgano ya desaparecido. La Charola se convirtió en el altar de la iglesia más amplia que construyó Manuel I con el estilo arquitectónico al que le dio nombre. Sin duda el elemento más reconocible y admirado de esa época es la gran ventana del lado oeste.

Fachada manuelina de la iglesia del Convento de Cristo
Fachada manuelina de la iglesia del Convento de Cristo
Charola del Convento de Cristo qué ver en Tomar
Charola del Convento de Cristo

La ventana manuelina es un entramado de nudos, sogas, hebillas, anclajes y motivos marineros extraídos de las expediciones por todo el mundo. Saramago, en su “Viaje a Portugal”, asegura que el estilo manuelino no sería lo que es si los templos de la India no fueran lo que son. Una clara muestra de que en aquellas expediciones por todo el mundo iban dibujantes que captaban todo lo que les sorprendía para aplicarlo posteriormente en un estilo basado en la mezcolanza.

Ventana manuelina del Convento de Cristo
Ventana manuelina del Convento de Cristo
Claustro principal del Convento de Cristo qué ver en Tomar
Claustro principal del Convento de Cristo

El Convento de Tomar no se puede entender sin sus claustros. El de Cemitério alberga dos tumbas y el de Lavagem, permite contemplar las ruinas del castillo. Pero sin duda el más impactante es la última gran incorporación que tuvo el monasterio: el claustro principal obra del rey João III. Es renacentista y está considerado por muchos la mejor expresión de este estilo en Portugal.


HORARIO

De junio a septiembre

De lunes a domingo de 9:00 a 18:30 horas (última entrada a las 18:00 horas)

De octubre a mayo

De lunes a domingo de 9:00 a 17:30 horas (última entrada a las 17:00 horas)

PRECIOS

Billete normal: 6 €

Billete combinado con los monasterios de Alcobaça y Batalha: 15 € (válido para siete días)

Niños hasta menos de 12 años: gratis.

Más información en la web oficial del Convento de Cristo.


Igreja de São João Batista y praça da República

El templo más destacado que ver en Tomar si sitúa en su centro neurálgico, la praça da República. La igreja de São João Batista impresiona por su aguja octogonal y sus entradas manuelinas. Data del siglo XV y en su interior no hay que perderse su decoración de azulejos y los paneles del genial artista portugués Gregório Lopes. Se puede visitar de martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas y la entrada es gratuita.

Igreja de São João Batista qué ver en Tomar
Igreja de São João Batista
Interior de la igreja de São João Batista
Interior de la igreja de São João Batista

La praça da República está presidida por la estatua de Gualdim Pais, el fundador del Convento del Cristo. El elegante edificio de la Camara Municipal (Ayuntamiento) y un espacio abierto con un pavimento ajedrezado dan lustre a un lugar ideal para pasear y tomar un café en algunas de las terrazas de los bares. Todo ello contemplando al fondo la silueta del castillo y del Convento del Cristo y la frondosa Mata Nacional dos Sete Montes.

Praça da República de Tomar
Praça da República de Tomar

Museo Luso-Hebreo Abraham Zacuto (Sinagoga)

En una de las callejuelas empedradas del casco histórico de Tomar de halla la sinagoga más antigua de Portugal. Data del siglo XV y su estado de conservación es envidiable. Y eso que funcionó como cárcel, escuela, capilla y almacén de herramientas hasta que fue rescatada del olvido y convertida en el Museo Luso-Hebreo Abraham Zacuto. Se da la circunstancia de que fue usada muy pocos años como sinagoga ya que, después de construirse, el rey Manuel I dictó el decreto de expulsión de los judíos que no se convirtieran al cristianismo. Las cuatro columnas que hay en su interior son las originales. También lo es su particular sistema de acústica, compuesto por bocas de vasijas de barro invertidas colocadas en cada esquina.

Sinagoga de Tomar
Sinagoga de Tomar

Igreja de Santa Maria do Olival

Cruzando el río Nabão y fuera del casco antiguo de Tomar encontramos otra de las huellas templarias de la ciudad, la igreja de Santa Maria do Olival. Data del siglo XIII, es de estilo gótico y se convirtió en panteón de los caballeros de la Orden del Temple y de la posterior Orden de Cristo. Su interior, compuesto por tres naves, está iluminado gracias a un imponente rosetón. Desligada del templo, llama la atención la presencia de una torre donde se cuenta que hay un túnel que comunica con el Convento de Cristo.

Igreja de Santa Maria do Olival y torre de vigía
Igreja de Santa Maria do Olival y torre de vigía

Mata dos Sete Montes

El magnífico patrimonio que ver en Tomar tiene su contrapunto en una extensa zona boscosa en la que desconectar en mitad de la naturaleza más pura junto al casco urbano. Se trata de la mata dos Sete Montes. Rodea y abriga el Convento de Cristo y fue en su día el jardín con el que contaba el monasterio para la relajación y el rezo, pero también para el cultivo de productos hortofrutícolas. Actualmente se ha convertido en el pulmón de Tomar. Posee una zona ajardinada que nos recibe a su entrada y una superficie más extensa de bosque donde transitan dos senderos. La ‘Cadeira d’el Rei’ (3 kilómetros) y la ‘Charolinha’ (2 kilómetros). De octubre a febrero está abierto de 8:30 a 17:30 horas y de marzo a septiembre, de 8:30 a 19:30 horas. El acceso es gratuito.

Zona ajardinada de la mata dos Sete Montes
Zona ajardinada de la mata dos Sete Montes

Aqueduto dos Pegões

La importante actividad del Convento de Cristo y la numerosa comunicad de monjes con la que contó en sus mejores tiempos obligaba a un importante consumo de agua. La forma de llevar el líquido elemento hasta el complejo monástico fue con un acueducto. Se construyó entre finales del siglo XVI y principios del XVII. Cuenta con 180 arcos y lleva la firma del italiano Filippo Terzi. El mejor lugar para contemplarlo es la carretera que une Tomar con Leiria, a unos 2,3 kilómetros del casco urbano.

Aqueduto dos Pegões qué ver en Tomar
Aqueduto dos Pegões. FOTO: WIKIPEDIA

Festa dos Tabuleiros

Cada cuatro años en junio o julio (las próximas ediciones serán en 2023 y 2027) Tomar celebra una de las fiestas más singulares y coloridas de toda Portugal. La Festa dos Tabuleiros consiste en una semana de celebraciones que tienen su momento álgido en el desfile de las vírgenes.

Vestido y tablero de la Festa dos Tabuleiros
Vestido y tablero de la Festa dos Tabuleiros

400 jóvenes vestidas de blanco (en sus orígenes eran vírgenes) recorren las calle de Tomar con un tocado formado por tableros con pan, espigas de trigo decorado con flores y rematado con una corona. Puede pesar hasta 15 kilos, por eso son acompañadas y equilibradas por mozos vestidos de blanco y negro. El origen de esta fiesta puede estar en una especie de rito de fertilidad.

Comer en Tomar

Cuando se acercaba la hora de comer dejamos Tomar y pusimos rumbo al santuario de Fátima. Por eso nos perdimos la posibilidad de comer en Tomar y conocer algunos de sus interesantes restaurantes. Eso sí, como no os vamos a dejar sin las recomendaciones gastronómicas de rigor, hablamos de dos propuestas en base a los comentarios de otros viajeros a los de la guía Lonely Planet.

  • Casas das Ratas (Rua Dr. Joaquim Jacinto,6. Tomar). Su poco apetecible nombre se debe a que el restaurante se ubica en una antigua bodega donde, además de vino, se guardaba grano. Por consiguiente las ratas eran unas visitantes habituales. Ahora las únicas ratas que podremos ver son las de peluche que cuelgan de algunas paredes. Junto a una deliciosa sopa da pedra (a base de tocino, morcilla, alubias y oreja de cerdo) o una sopa de legumbres, podemos pedir un gran plato compartir (entre 9 y 13 euros) o dos medias raciones (unos 7,50 euros). Destaca su cabrito asado, las migas de bacalao y las iscas (tiras finas de hígado de ternera o cerdo). Precio medio por persona: 13-15 euros.
  • Café Restaurante Moinhos (Rua dos Moinhos, 81. Tomar). Pequeño restaurante sin pretensiones situado en el centro de Tomar con precios muy ajustados y una deliciosa comida casera. Aconsejable decantarse por los platos del día. Aunque si tenemos dudas, Adélio, su dueño, nos guiará para optar por la mejor opción. Podemos degustar desde un buen pescado fresco, pasando por unos buñuelos de bacalao o una exquisita sopa de verduras o de legumbres. Precio medio por persona: 10 euros.

2 comentarios en “Qué ver en Tomar, la ciudad templaria de Portugal”

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