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¿Por qué está de moda Portugal?

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Por encima del hombro. Con desdén. Como un país inferior, atrasado. Así han visto muchos españoles (y europeos) a Portugal durante décadas. Incluso en la actualidad te puedes encontrar a personas que tengan ese pensamiento rancio fruto de la más profunda ignorancia. Si les preguntas, ¿cuántas veces la has visitado?, la respuesta suele ser: «ninguna» o «una vez y no volví». No tengo más preguntas, señoría.

Sin complejos y asumiendo los injustos tópicos que sobrevolaban a su alrededor, Portugal ha emergido de manera fulgurante. Ya no es el país inferior que algunos consideraban. Ahora es el país en el que debemos mirarnos. «Tenemos que aprender los portugueses», se escucha habitualmente. ¡Quién nos lo iba a decir! De ningunearlos, a ponerlos como ejemplo. ¡Qué vueltas da la vida! Nos hemos dado cuenta de que han hecho las cosas bien y eso ha ayudado a que Portugal esté de moda.

Universidad de Coimbra
Universidad de Coimbra

Han renacido de una destructora crisis que obligó a ejecutar el rescate financiero. Ganaron por primera vez una Eurocopa y Eurovisión. Y famosos como Madonna, Scarlett Johansson o Monica Bellucci han decidido trasladar hasta allí su residencia. El turismo ha crecido de manera exponencial. La decadencia de Lisboa enamora. Los paseos por la Ribeira en Oporto son codiciados. Las playas de Comporta son la Ibiza del Atlántico. Sus vinos se exportan a medio mundo. Y el fado se escucha desde Londres a Tokio gracias a Mariza o Ana Moura.

En 2009 comenzamos a descubrir Portugal. Fue con un tímido viaje a Oporto de fin de semana. Por aquel entonces la ciudad del Douro iba despegando turísticamente después del espaldarazo que ocho años antes le dio la Capitalidad Cultural Europea. Desde aquel momento nos enamoramos del país vecino. En esta década hemos asistido a una evolución asombrosa. Desde la explosión del turismo enológico, a la apertura de cientos de alojamientos rurales y de agroturismo, la potenciación de sus termas, rehabilitación de aldeas medievales, construcción de playas fluviales y naturales, señalización de rutas de senderismo… Un trabajo constante que ha recibido su premio.

Casa rural Casa da Ria muy cerca de Aveiro
Casa rural Casa da Ria muy cerca de Aveiro

En los últimos años ha batido de forma constante el récord de visitantes (en 2018 recibió a casi 25 millones). Durante dos años seguidos (2017 y 2018) ha sido elegido como el «Mejor destino turístico del mundo» en los premios World Travel Awards. En 2018 ocupó el cuarto lugar de la lista de países más seguros del planeta según el Instituto para la Economía y la Paz. Por si fuera poco, sus precios son baratos para la mayoría de europeos y posee una de las gastronomías más ricas y variadas del mundo. Viéndolo así, es lógico y normal que Portugal esté de moda.

Mercado da Ribeira de Lisboa
Mercado da Ribeira de Lisboa

¿Dónde está el secreto del éxito de Portugal?

Se ha escrito mucho en estos últimos años sobre las razones que han llevado a Portugal a ser el país de moda. A algunos les sorprenderán, pero los que conocemos bien el país vecino lo veníamos vaticinando desde hace tiempo. Estamos hablando de que era la última reserva de Occidente. El paraíso por descubrir que permanecía casi virgen. Sus playas, espacios naturales, cocina, el carácter de su gente… Volvemos al principio. El desconocimiento era la única razón para no amar a Portugal. Los prejuicios, las leyendas urbanas, las habladurías… Sin embargo, todo aquel que la pisaba y la iba descubriendo poco a poco caía rendido a sus pies. Su buen trabajo de promoción y el boca a boca en blogs y redes sociales han hecho el resto. Se ha creado un efecto llamada y cada una de las personas que la visita se ha convertido en un prescriptor.

Castillo de Penedono
Castillo de Penedono

¿Dónde está el secreto? Vayamos por partes. En primer lugar cuenta con casi 1.800 kilómetros de costa. No tiene la variedad y singularidad de las playas españolas, pero sí ese carácter atlántico que poco a poco ha ido atrayendo a más visitantes. Aveiro, por ejemplo, ha pasado de ser poco más que la ‘playa de los salmantinos’ a convertirse en una ciudad repleta de turistas en verano llamados por su gastronomía, sus temperaturas suaves y unos interminables arenales en los que pasear y pasear sintiendo la brisa del Atlántico. Las plazas hoteleras se han multiplicado, han abierto restaurantes que apuestan por una cocina moderna, pero basada en el recetario tradicional, y se ha puesto en bandeja la posibilidad de hacer actividades al aire libre.

Playa de Costa Nova
Playa de Costa Nova

Una de ellas es la bicicleta. La costa norte portuguesa cuenta con una red de carriles bici que tan pronto se adentran en frondosos pinares como que se asoman al océano. Entre Oporto y Figueira da Foz, por ejemplo, se puede hace una larga ruta cicloturista con total seguridad y un atractivo único. Hace años hablar de sol y playa en Portugal era hacerlo únicamente del Algarve. Ya no es así. Si no que se lo digan a los que han acabado seducidos por el encanto de las playas del entorno de Lisboa como la de Comporta. Habrá que preguntárselo a la mismísima Madonna.

Cascada Fraga da Pena
Cascada Fraga da Pena

A pesar de contar con un único parque nacional, el de Peneda-Gerês, la red de rutas de senderismo debidamente señalizadas que hay a lo largo y ancho de todo el país es asombrosa. Un ejemplo es la Sierra de la Estrella, una Portugal dentro de Portugal. Es decir, un diamante en bruto que sigue ocupando un modesto segundo plano, pero que tarde o temprano va a explotar turísticamente. Eso sí, no todo es de color de rosa. Los incendios han dañado seriamente algunos de los bosques de este parque natural y de otras zonas como el distrito de Coimbra. Es la gran amenaza para la Portugal verde y un problema que el Gobierno luso debe comenzar a tomarse muy en serio.

Sierra de la Estrella
Sierra de la Estrella en Loriga

Al margen del atractivo indudable de Lisboa, Oporto y Coimbra, las principales ciudades del norte, Braga y Guimaraes, están pidiendo su sitio. Al igual que lo hacen ese trío de joyas de las construcciones monásticas como son Tomar, Batalha y Alcobaça. Pero esa monumentalidad se representa a la perfección en una de las iniciativas más loables que se han llevado a cabo en Europa en los últimos años. La recuperación de una serie de aldeas que gozaron de un papel fundamental en la Edad Media por su estratégica situación, pero que el tiempo las mandó al cajón del olvido. La red de Aldeas Históricas de Portugal es un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas.

Mercado medieval de Sortelha
Mercado medieval de Sortelha
Bacalao a brás del restaurante Entre Portas de Pinhel
Bacalao a brás del restaurante Entre Portas de Pinhel

«Teníamos que aprender de los portugueses», se vuelve a decir cuando nos acercamos a las Arribes del Duero y vemos que el lado salmantino y zamorano está desprovisto de los viñedos, olivos y naranjos que en su día poblaron las laderas. Sin embargo, en la otra orilla del gran río vemos que los cultivos ocupan hasta el más pequeño palmo de terreno. «Están locos», se decía antaño. «Da mucho trabajo para sacar pocos beneficios», comentaban otros. Hoy esa constancia ha proporcionado al fin beneficios. El parque natural do Douro Internacional es un destino en alza. Sus vinos y aceites comienzan a cautivar en medio mundo y el turismo ligado a los productos de la tierra con atractivos complejos de agroturismo atraen a los visitantes más selectos.

Parque natural do Douro Internacional
Parque natural do Douro Internacional
Bodega Vale d'Aldeia en Meda
Bodega Vale d’Aldeia en Meda

Por si fuera poco, el furor por Portugal no sólo se limita a su territorio continental. Madeira gusta cada vez más y no sólo por la promoción que le ha dado Cristiano Ronaldo. Y Azores se ha erigido como uno de los destinos más sostenibles del mundo. Además han pasado de ser unas islas casi inalcanzables a un paraíso accesible gracias a la entrada de las aerolíneas de bajo coste.

Lagoa de Sete Cidades en Sao Miguel
Lagoa de Sete Cidades en Sao Miguel (Azores)

Hay muchas más razones para este éxito. Una de ellas es el carácter de los portugueses. Calmado, sereno, educado y cercano. Impregnado de esa ‘saudade’ perenne. Pero también su gastronomía, donde el bacalao ocupa un lugar de excepción. Lo que está claro es que este triunfo merecido no es cuestión de suerte o de causalidad. Detrás está un incansable t

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