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Uno de los fenómenos que más nos cautiva a los amantes de la naturaleza son las cascadas. Las caídas de agua tienen algo magnético que atrapa de una forma extraordinaria. Además, su sonido relaja y mece. Portugal es prolífica en cascadas, tanto en su terreno continental como insular. Después de más de una década recorriendo en país vecino, hemos tenido la oportunidad de disfrutar de algunas de sus caídas de agua más impresionantes. La mayoría están localizadas en la mitad norte del país, la más verde y abrupta. En este post hacemos una selección de ellas, pero os aseguramos de que habrá una segunda parte. Nos quedan otro buen puñado que visitar.
Viaje por los mejores saltos de agua de Portugal
Algunas permiten el baño, otras simplemente nos dejan contemplarlas y escuchar su rugido. Las cascadas que encontramos a lo largo y ancho de la geografía portuguesa se presentan de las formas más diferentes. Enclavadas en el único parque nacional de Portugal, Peneda-Gerês; en parques naturales como la Sierra de la Estrella, Alvão y Douro Internacional; en frondosas sierras como la de Açor o en perlas verdes del Atlántico como Madeira o las Azores. Hacemos un repaso de ocho de ellas.
Faia da Água Alta (Lamoso. Parque Natural do Douro Internacional)

Comenzamos con la considerada cascada más alta de Portugal. La Faia da Água Alta se encuentra en la pequeña aldea de Lamoso, a pocos kilómetros de Bemposta. Estamos en el parque natural do Douro Internacional, muy cerca de Miranda do Douro y, por lo tanto, de la provincia de Zamora. 50 metros de caída de agua contemplan a esta cascada que se surte de las aguas de la Ribeira de Lamoso. Es complicado verla en su mayor esplendor ya que tenemos que acudir en un año muy lluvioso. Recordemos que esta zona del Duero no suele ser demasiado prolífica en precipitaciones y obviamente no se beneficia del deshielo. Desde Lamoso hasta la cascada existe una ruta de senderismo lineal de 3,5 kilómetros (ida y vuelta). Para facilitar la vista de la Faia da Água Alta se han construido unas pasarelas que permiten contemplarla tanto desde su base como desde su parte alta.
Fisgas de Ermelo (Mondim de Basto. Parque Natural de Alvão)

Las aguas del río Olo y el paisaje rocoso del parque natural de Alvão, en el distrito de Vila Real, nos brindan una de las más espectaculares cascadas de Portugal. Fisgas de Ermelo es en realidad una sucesión de saltos de agua que se van deslizando por la roca de cuarcita. Hay que tener en cuenta que este paisaje estuvo sumergido por el océano hace 500 millones de años. La cuarcita es el resultado de esas arenas marinas que se solidificaron. Entre el inicio de la caída de agua y el final hay 200 metros de desnivel que se pueden contemplar desde un mirador al que se accede cómodamente en coche. También es posible realizar una ruta de senderismo de 14 kilómetros que se inicia en la aldea de Ermelo y llega hasta diferentes puntos de la cascada, algunos de los cuales están habilitados para el baño.
Cascada do Arado (Villar da Veiga. Parque Nacional Peneda-Gerês)

La cascada do Arado es la más popular del parque nacional Peneda-Gerês. Está enclavada en un paisaje rodeado de frondosa vegetación donde el río Arado ha ido horadando la roca granítica. El resultado es un bonito salto de agua que va formando sucesivas pozas de aguas frías y cristalinas donde en los meses de verano es posible bañarse. Para llegar hasta ella hay que acudir a la aldea de Ermida, perteneciente a Villar da Veiga. Al pie de la carretera sale una pista forestal que podemos realizar caminando o en coche. Si optamos por la primera opción, es recomendable subir al mirador das Rocas, que nos permite contemplar una panorámica muy completa de esta zona del parque nacional Peneda-Gerês. Siguiendo por la pista llegaremos a un puente donde parte el sendero que, sorteando las rocas graníticas, llega hasta el mirador de la cascada do Arado, a 750 metros de altitud.
Cascada Tahiti (Vilar da Veiga. Parque Nacional Peneda-Gerês)

A pocos kilómetros de la cascada do Arado y al pie de la carretera que une Ermida con Fafião se encuentra la cascada Tahiti o Fecha de Barjas. No es un único salto de agua, sino una sucesión de cascadas que va formando el río en su discurrir por la roca granítica. Cuando la visitamos, la fuerza del agua generaba un atronador sonido que le daba una mayor belleza al entorno. Aunque tiene zonas habilitadas para el baño en alguna de las pozas, hay que hacerlo con mucha precaución debido a lo peligroso del terreno y a las corrientes. De hecho junto a la carretera un cartel advierte de ello recordando que en este lugar se han producido accidentes mortales. Para contemplar la sucesión de cascadas tan solo hay que bajar por una escalinata y caminar con precaución por el sendero que permite contemplarlas sin mojarnos.
Poço do Inferno (Manteigas. Parque Natural Sierra de la Estrella)

Una de las cascadas más conocidas de la Sierra de la Estrella es el Poço do Inferno, cercano a la localidad de Manteigas. Se trata de una caída de agua de unos diez metros que en los inviernos más duros puede incluso aparecer totalmente helada. Se puede llegar a ella cómodamente en coche ya que está al pie de la carretera, o haciendo una ruta de senderismo desde Manteigas. Nosotros unimos las rutas del Poço do Inferno y del Jabalí y nos salió un atractivo itinerario circular de 14 kilómetros (en este enlace podéis consultar todas las rutas de senderismo señalizadas en el entorno de Manteigas). La cascada se nutre de las aguas de la ribeira de Leandres y forma varios saltos en mitad de un paisaje de gran frondosidad.
Cascada Fraga da Pena (Benfeita. Serra do Açor)

Si desconocida para muchos españoles es la sierra de la Estrella, más aún lo es la serra do Açor, ubicada también en la región Centro y en el distrito de Coimbra. Castigada cruelmente por los incendios en los últimos años, una de las zonas que conserva intacta su vegetación es el parque forestal donde se encuentra la cascada de la Fraga da Pena. Es una caída de agua de unos 20 metros que aparece escondida en un frondoso bosque donde se han habilitado unas pasarelas y se ha construido un merendero. Todo ello al pie de la carretera y son solo andar unos metros. El origen de esta cascada es un accidente geológico y sus aguas son frías y cristalinas, ideales para darse un baño cuando aprieta el calor. La Fraga da Pena se encuentra a solo 22 kilómetros de uno de los pueblos más bellos de Portugal, la aldea de Pioado.
Cascada de Ribeira dos Caldeirões (Sao Miguel-Azores. Parque Natural Ribeira dos Caldeirões)

Una de las visitas obligadas en la isla de Sao Miguel en las Azores es el parque natural de la Ribeira dos Caldeirões. Se trata de un lugar muy especial porque aúna una vegetación autóctona donde predomina la laurisilva, con la mano del hombre que construyó una serie de molinos que aprovechaban el agua de la ribeira. Ese agua viene impulsada por una gran cascada que cautiva más que por su altura, por su anchura. El agua cae con gran fuerza y podemos acercarnos a escasos centímetros aunque correremos el riesgo de acabar empapados. El acceso al parque natural es muy cómodo y se llega fácilmente desde la carretera que parte de la localidad de Achada.
Cascada das 25 Fontes (Serrado – Madeira)

Acabamos esta lista de las mejores cascadas de Portugal en Madeira. Isla vertical donde las haya, su interior montañoso recoge el agua que históricamente se ha repartido hasta las zonas menos lluviosas gracias a las levadas. Estas canalizaciones que salvan una escarpada geografía sirven en la actualidad para que los senderistas se adentren en paisajes fascinantes. Una de las levadas más populares es la de las 25 Fontes, que lleva a la cascada del mismo nombre. No es un salto de agua al uso, ya que el agua que cae llega desde diferentes puntos. Todo ese conjunto de cascadas forman una sinfonía perfecta que se desliza por una roca revestida de líquenes y plantas. Un lugar único en el que también está permitido darse un pequeño chapuzón.