Qué ver y hacer en Flores, la isla más bella de Azores

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Si te preguntas qué ver en Flores y qué hacer en Flores, esta guía práctica reúne imprescindibles y consejos locales para exprimir la isla más salvaje de Azores. Te contamos cómo llegar, dónde alojarse y los mejores miradores, cascadas, lagunas y piscinas naturales, además de rutas de senderismo, tours y restaurantes probados. Con mapas mentales sencillos y tiempos reales, podrás organizar tu viaje por libre sin perderte nada. Descubre Fajã Grande, el Poço da Ribeira do Ferreiro y la Rocha dos Bordões, con recomendaciones honestas y un toque personal que hará tu viaje por la isla de Flores absolutamente inolvidable


Flores es una isla que se vive con la piel de gallina: acantilados tapizados de verde, cascadas que se descuelgan como cintas de seda y lagunas cráter que cambian de color con el cielo. Aquí, en el extremo más occidental de Europa —con el islote de Monchique como último peñón hacia América—, el paisaje manda y el viajero no puede sino bajar el ritmo y dejarse llevar. La costa oeste, con Fajã Grande y Fajãzinha como balcones al océano, es pura épica; el interior, coronado por Morro Alto y su país de lagunas, te envuelve con su humedad, su laurisilva y sus nieblas juguetonas. Y entre medias, miradores que cortan la respiración, senderos de vértigo y restaurantes donde el mar se sirve fresco, sin florituras, como a nosotros nos gusta.

Arcoíris en la isla de Flores
Arcoíris en la isla de Flores

Consejos prácticos para visitar la isla de Flores

Antes de empezar: Flores premia a quien viaja sin prisas y con planes flexibles. La meteorología cambia en minutos y conviene pensar cada día como un “elige tu propia aventura”: si arriba se cierra, baja a la costa; si la costa está brava, apunta al altiplano. En esta sección te dejamos la información práctica que más nos ha servido —cómo llegar, coche, seguro, y mejor época— para que tu viaje fluya como el de un isleño más.

Cómo llegar a la isla de Flores

Flores está conectada por aire con el resto del archipiélago. La compañía del grupo SATA (Azores Airlines) opera los vuelos entre Ponta Delgada (São Miguel) y Flores, con precios que varían según temporada. Conviene recordar que en Azores la meteorología manda y, en ocasiones, los vuelos pueden verse alterados o cancelados; tómatelo como parte del espíritu del viaje.

Aeropuerto de Flores
Aeropuerto de Flores

Si no quieres conducir, hay autobuses insulares (cinco líneas) que conectan Santa Cruz, Lajes, Fajã Grande y Ponta Delgada. Pide los horarios actualizados en la Oficina de Turismo de Santa Cruz. Para desplazamientos puntuales, el taxi es una opción práctica (aprox. 5 € del aeropuerto al centro).

Alquilar coche en Flores

Para exprimir la isla a tu aire es más cómodo alquilar coche. Ilha Verde opera en el aeropuerto de Flores y ofrece kilometraje ilimitado con tarifas que descienden si alquilas más días. En nuestra experiencia, reservar con antelación es crucial, sobre todo en verano, porque la flota se agota. Las carreteras son estrechas y panorámicas: conduce con calma y disfruta.

Seguro de viaje

Flores es naturaleza en estado puro: carreteras estrechas, senderos húmedos, actividades en mar y barrancos… Nosotros viajamos siempre con seguro que cubra cancelaciones por meteorología, accidentes en senderismo y deportes acuáticos. Más que un gasto, es una tranquilidad extra en islas donde el tiempo cambia en un pestañeo.

Mejor época para visitar Flores

La isla luce su versión más amable entre junio y septiembre: días largos, floración de hortensias y opciones de baño. Aun así, la climatología es muy cambiante: en un mismo día puedes pasar del chubasquero a la manga corta; sol en la costa y niebla densa en el interior. Lleva siempre una capa impermeable, calzado con agarre y un plan B.

¿Dónde alojarse en la isla de Flores?

Para orientarte: piensa en tres bases principales. Fajã Grande —en la costa oeste— para vivir el atardecer con el sonido del océano y tener a mano cascadas y piscinas naturales; Santa Cruz —en el este— por servicios, aeropuerto y piscinas urbanas; y Lajes —al sur— con sabor marinero y acceso a Lopo Vaz. Aquí van dos alojamientos con alma que encajan con el espíritu de la isla.

Aldeia da Cuada

Dormir en Aldeia da Cuada es viajar en el tiempo. Esta aldea de tejedores quedó abandonada en 1980 y fue rescatada casa a casa por una familia que localizó a los descendientes en América. Hoy son doce casitas de piedra recuperadas con mimo, cada una con el nombre de sus antiguos propietarios, decoradas al estilo tradicional y con salamandra o lareira. Una experiencia de turismo rural de las que se quedan contigo; hay wifi en recepción, pero lo mejor es desconectar. Además, cuenta con restaurante propio para darse un capricho con platos cuidados y producto de primera.

Aldeia da Cuada
Aldeia da Cuada

Villas do Mar

Si prefieres diseño y mar en primera línea, Villas do Mar en Fajã Grande ofrece apartamentos modernos de 2 y 3 dormitorios, ideales para familias o parejas que buscan espacio. La localización es inmejorable para caminar cada tarde a ver ponerse el sol y para darse un chapuzón en la piscina natural que hay junto al camping. Fue nuestra base la segunda parte del viaje y repetiríamos sin dudar.

Villas do Mar
Villas do Mar

Qué ver en Flores. Guía completa con los imprescindibles

Para no perderte nada: organiza el día según el cielo. Cuando abre arriba, sube al altiplano de lagunas; si entra niebla, apuesta por la costa oeste y sus cascadas. La isla es compacta, pero los tiempos engañan porque pararás mucho en miradores. Aquí tienes los puntos que, sí o sí, deberían entrar en tu itinerario.

Poço da Ribeira do Ferreiro

El Poço da Ribeira do Ferreiro (también conocido popularmente como Alagoinha) es la foto de Flores: un anfiteatro verde donde decenas de cascadas —alimentadas por filtraciones de las lagunas del Morro Alto— se precipitan a una laguna donde está prohibido el baño. Si te toca en solitario, te parecerá otro planeta. Nosotros llegamos con la luz tamizada y nos quedamos mudos.

Poço da Ribeira do Ferreiro
Poço da Ribeira do Ferreiro

Poço do Bacalhau

A solo 300 metros del desvío en la carretera de Fajã Grande a Ponta da Fajã, te espera una de las cascadas más altas de Portugal (~140 m) y la poza donde sí te puedes dar un chapuzón (ojo con el caudal y el viento). A su pie, anguilas juguetonas; al atardecer, la silueta blanca de la caída parece un bacalao secándose (de ahí el nombre).

Poço do Bacalhau
Poço do Bacalhau

Piscinas naturales de Fajã Grande

Fajã Grande cuenta con dos zonas de baño: una junto a Villas do Mar y el camping, protegida por la colada volcánica y perfecta para hacer esnórquel (con precaución por las carabelas portuguesas en temporada); y otra, al norte, frente al restaurante Papadiamantis, ideal para despedir el día con el Poço do Bacalhau encendido en los acantilados.

Piscinas naturales de Fajã Grande
Piscinas naturales de Fajã Grande

Mirador do Portal

Atalaya imprescindible para comprender la Fajã Grande: un gran semicírculo de roca desde el que se abren el abismo, los techos del pueblo, la bahía y un océano que no acaba nunca. Es uno de esos sitios en los que el tiempo se detiene.

Mirador do Portal
Mirador do Portal

Mirador Craveiro Lopes

A solo un par de kilómetros del Portal, el Miradouro Craveiro Lopes se asoma a las quebradas boscosas por donde discurren la Ribeira Grande y el Poço da Ribeira do Ferreiro. En días claros es un espectáculo de verdes, azules y blancos que no cansa.

Mirador Craveiro Lopes
Mirador Craveiro Lopes

Rocha dos Bordões

La roca de los bastones es un órgano natural de columnas de basalto que parece afinado por gigantes. Ejemplo perfecto de la naturaleza volcánica de la isla y muy fotogénica desde la carretera; a pocos metros, la cascada da Ribeira do Fundão remata el cuadro.

Rocha dos Bordões
Rocha dos Bordões

Las siete lagunas de Flores

El corazón de la isla es un país de lagos cráter: un puñado de calderas encadenadas en el altiplano que ofrece un paisaje tan bello como cambiante (no te fíes del sol en la costa; aquí puede reinar la niebla). Nuestro circuito favorito conecta miradores accesibles en coche con caminos de tierra y brezos y helechos por doquier.

Lagunas Rasa y Funda

Muy cerca de Craveiro Lopes, una pista asfaltada te deja en su mirador. Rasa es pequeña y oval; Funda, encajada y oscura por sus 22 m de profundidad. Rodeadas de helechos y brezos, se miran en silencio.

Laguna Rasa
Laguna Rasa

Lagunas Negra y Comprida

Desde la ER 2-2ª parte una pista que sube al mirador más fascinante: en un mismo encuadre verás Negra (108 m de profundidad; por eso parece negra) y Comprida (estrecha y bellísima, 17 m de profundidad), separadas por apenas 15 metros de tierra. Si sale el sol, los verdes te hipnotizan.

Lagunas Negra y Comprida
Lagunas Negra y Comprida

Lagunas Seca y Branca

En el altiplano, entre cedro-do-mato y líquenes, la Lagoa Seca solo retiene agua tras varios días de lluvia; lo normal es que “se la beba” rápido. Branca, en cambio, apenas tiene dos metros de profundidad y se tiñe de verde intenso por los líquenes. Un rincón muy fotogénico.

Laguna Branca
Laguna Branca

Laguna de Lomba

La más oriental cierra la serie. Se accede por pista asfaltada desde la capilla de Nossa Senhora das Flores (junto a la ER 2-2ª). Quince metros de profundidad, algas, ranas y peces, e incluso pesca de trucha con licencia. En días despejados, el marco de hortensias y vacas pastando es de postal.

Lajes das Flores

Segundo núcleo de la isla, con puerto activo y orgullo de ser el concelho más occidental de Europa. Visita el faro, entra en la iglesia de Nossa Senhora do Rosário (con una puerta del RMS Slavonia, naufragado en 1909) y báñate en la playa de Calheta. Desde aquí sale el sendero a la Fajã de Lopo Vaz (ver rutas).

Faro de Lajes das Flores
Faro de Lajes das Flores

Mirador del Pico da Casinha

De camino al norte por la ER 2-2ª, este mirador permite leer el relieve ondulado del norte de Flores, con antiguas chimeneas y corredores de magma y, si abre el día, la silueta de Corvo al fondo.

Mirador del Pico da Casinha
Mirador del Pico da Casinha

Mirador del Monte das Cruces

Otra atalaya estupenda para captar el verde mosaico del interior y comprender los “altos” de la isla antes de asomarte a la costa norte. Es un buen alto en la ruta circular.

Mirador del Monte das Cruces
Santa Cruz das Flores desde el mirador del Monte das Cruces

Santa Cruz das Flores

La capital concentra servicios, tiendas y el aeropuerto. Es buen lugar para aprovisionarse y, si el tiempo acompaña, darse un baño en alguna piscina natural urbana. Desde la explanada frente al mar salen muchos planes (y, si toca, alguna cena tardía de las que contamos más abajo).

Fazenda de Santa Cruz

Campos de cultivo, prados, hortensias y esa vida rural que tanto nos gusta fotografiar al caer la tarde. Detente, respira y entiende el tempo isleño.

Fazenda de Santa Cruz
Fazenda de Santa Cruz

Mirador dos Caimbros

Una de las postales del norte. A nosotros nos gustó parar con calma y mirar cómo el océano muerde la costa, con Corvo en el horizonte haciendo de punto de fuga.

Mirador dos Caimbros
Mirador dos Caimbros

Alagoa

En esta ensenada el mar dibuja un mosaico de colores y el basalto se vuelve escultor. Según el oleaje, el espectáculo cambia como un caleidoscopio.

Alagoa
Alagoa

Cedros y Ponta Ruiva

La carretera se abraza a turfeiras (verdaderos “almohadones de agua” que regulan el equilibrio hídrico de la isla) antes de llegar a Cedros, punto de inicio de una ruta preciosa hacia Ponta Ruiva y su mirador do Ilhéu Furado, con el islote perforado como protagonista.

Ponta Delgada

Aquí termina el asfalto del norte, y empieza la sensación de fin del mundo. Hay miradores sobre el pueblo, un área recreativa junto al puerto y, al oeste, el monumental faro de Albarnaz; no abre a visitas, pero el acantilado a sus pies es uno de los balcones más poderosos de Flores. Desde la carretera del faro parte un sendero costero de 8 km (unas 2 h) que recorre el tramo litoral mejor conservado, cruzando ribeiras y ofreciendo vistas de la Ponta dos Fanais y el ilhéu de Monchique; el descenso final te deja en Ponta y desde ahí el asfalto continúa hasta Fajã Grande.

Ponta Delgada desde su mirador
Ponta Delgada desde su mirador

Los mejores tours de turismo activo que hacer en Flores

Para subir la dosis de naturaleza: en Flores, contratar una actividad con guía local multiplica la experiencia. Ellos leen los vientos, conocen los fondos y saben por dónde entra la niebla. Si tienes poco tiempo, prioriza una jornada de costa salvaje, un barranco y —si el mar está amable— una escapada a Corvo.

Green Wonders

Si buscas “flores salvajes” en vena, nuestro top es Green Wonders con la empresa local Experience OC: jornadas enteras de pistas remotas, costas inaccesibles y rincones secretos que, sin guía local, se escaparían. La pasión del equipo por su isla se contagia y convierte una excursión en una lección de naturaleza. Recomendamos reservar con antelación, sobre todo en verano, y presentarte con mente abierta: aquí manda el cielo y el mar.

Barranquismo

Flores es un paraíso para el canyoning: barrancos cortos pero muy verticales, cascadas por doquier y agua cristalina. Es una de las actividades estrella de los operadores locales; en días calurosos, descender una ribeira con arneses y saltos (siempre con guía acreditado) es pura adrenalina segura.

Barranquismo en Flores
Barranquismo en Flores

Excursión a Corvo de un día

Cruzar el canal a Corvo, la isla vecina, es un viaje al minimalismo atlántico: un pueblo, un volcán (el Caldeirão), y un silencio que cura. Los tours salen desde Flores cuando el mar lo permite; no es para quienes se marean fácil, pero la recompensa de asomarse al cráter compensa todo.

Submarinismo

Para el buceo y esnórquel, los centros locales organizan salidas flexibles según condiciones del día. Equipo de calidad (avisa si necesitas talla concreta) y puntos alrededor de Flores y Corvo con paredes, vida pelágica y nocturnas para los más inquietos.

Las mejores rutas de senderismo que hacer en Flores

Para entender la isla a cada paso: caminar es la mejor manera de unir sus dos almas, la marina y la de altiplano. Te proponemos tres rutas oficiales bien señalizadas, con fichas prácticas para que puedas decidir de un vistazo y organizar la logística (taxis, horarios de luz, alternativas si el tiempo cambia).

PR 01 FLO Fajã Grande–Ponta Delgada

La ruta más espectacular de Flores. Une los dos extremos menos accesibles por carretera: desde Ponta da Fajã (junto a la iglesia de Nossa Senhora do Carmo) el sendero trepa por la costa salvaje hacia el faro de Albarnaz y cae a Ponta Delgada.

  • Tipo: Lineal

  • Distancia: ~10 km

  • Desnivel acumulado: ~500 m

  • Logística: Taxi de apoyo (aprox. 40 €) desde Ponta Delgada de regreso; conviene concertarlo con antelación o en el propio pueblo.

  • Lo mejor: Vistas al ilhéu de Monchique, pasos junto a vacas curiosas, arroyos que se vaden, “túnel verde” y la sensación de costa indómita.

  • Precaución: Tramos resbaladizos con roca húmeda y viento frecuente en los acantilados.
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Ruta Fajã Grande–Ponta Delgada
Ruta Fajã Grande–Ponta Delgada

PR 03 FLO Fajã Grande–Miradouro das Lagoas

Este clásico trepa desde la costa hasta el Miradouro das Lagoas, donde asoma el altiplano con la Comprida y la Funda a tiro de cámara. Es la excursión perfecta para entender el salto entre el mundo marino y el país de lagunas.

  • Tipo: Lineal (ida y vuelta por el mismo camino o con enlace de taxi arriba)

  • Distancia: ~7 km

  • Desnivel acumulado: ~650 m

  • Logística: Salida desde Fajã Grande; si no quieres desandar, acuerda un taxi en el mirador para volver al pueblo. Evita las horas centrales si hay calor y revisa la previsión: si arriba está cubierto, pospón.

  • Lo mejor: Transición oceáno–altiplano, vistas al anfiteatro de cascadas, hortensias en verano y panorámica de las lagunas cuando abre.

  • Precaución: Barro y piedra suelta tras lluvia; niebla frecuente en la parte alta que puede reducir la visibilidad.
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PRC 04 FLO Fajã do Lopo Vaz

Ruta circular corta que baja desde el mirador a la fajana sin casas de Lopo Vaz, un balcón volcánico donde el morro dos Frades recorta el horizonte. El camino empedrado serpentea hasta la playa salvaje.

  • Tipo: Lineal

  • Distancia: ~4 km

  • Desnivel acumulado: ~280 m

  • Logística: Aparcamiento en el mirador de Lopo Vaz (carretera entre Lajes y Lajedo). Ideal a primera hora o al atardecer; no hay sombra ni servicios abajo.

  • Lo mejor: El descenso panorámico, la soledad de la fajã y el contraste de verdes y negros volcánicos.

  • Precaución: Subida sostenida al regreso; ojo con el oleaje y la roca mojada en la zona de playa.
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Ruta de la Fajã do Lopo Vaz
Ruta de la Fajã do Lopo Vaz

¿Dónde comer en Flores?

Con hambre y sin prisa: aquí se come mar y prado. Lapas a la plancha, pescado del día, ternera de las Azores, sopas honestas y quesos con mermelada de pimientos. Los precios son algo más altos que en el continente (piensa en 20–25 € por persona), pero la calidad y el entorno lo valen. Estos son nuestros imprescindibles —y por qué— para que aciertes a la primera.

Aldeia da Cuada (Fajã Grande)

Ambiente íntimo en una cabaña de madera con una decena de mesas. Quesos de la isla con mermelada de pimientos, mero con salsa y wing steak de ternera regados con blanco de Pico. Imprescindible reservar. Perfecto para noche especial.

O Moreão (Santa Cruz das Flores)

Taberna marinera junto al puerto. Sopas que reconcilian con el mundo, lapas memorables y pescado del día bien tratado. La dueña canta la carta… y a veces fados. Uno de esos sitios que hacen viaje.

Lapas de O Moreão
Lapas de O Moreão

Restaurante Por-do-Sol (Fajazinha)

Comer pegado al océano con puesta de sol es su seña. Sistema de pedido en hoja: sopas, cabrito de la casa y pescado del día. Trato rápido y ambiente auténtico. Conviene reservar en temporada.

Fora d’Horas (Santa Cruz das Flores)

Sencillo y económico cerca del aeropuerto. Sopas, platos del día, pizzas y lapas. Para resolver comidas sin complicaciones.

Papadiamantis (Fajã Grande)

Restaurante con historia: su nombre recuerda al carguero naufragado en 1965 cuyo retrato preside el comedor. Ubicación melancólica frente al mar; quesos de la isla y pescado del día. Para ver el atardecer es redondo.

Maresia Restaurante (Fajã Grande)

Un clásico singular en Fajã Grande: sin carta, te sirven lo que haya (aceite delicioso, quesos, gambones, salmón ahumado, fruta…). Terraza a ras de las olas, vinilos sonando y ese aire de fin del mundo que enamora. Reserva obligatoria, cierra en los meses más crudos de invierno.

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