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En esta guía te llevamos por todos los archipiélagos portugueses del Atlántico: Madeira y Porto Santo —con las salvajes Desertas—, las nueve Azores que salpican el océano con lagos en cráteres, fajãs y el Pico como techo del país, y las Berlengas, una reserva marina frente a Peniche de aguas turquesa y murallas sobre el mar. Encontrarás los nombres de cada isla, localización, carácter, puntos fuertes y consejos prácticos para elegir y organizar tu viaje con cabeza, desde rutas y miradores hasta zonas de baño, patrimonio y fauna
Portugal enamora por su continente, pero sus islas guardan un mundo aparte de montañas, bosques de laurisilva, conos volcánicos, piscinas naturales y fuertes que miran a un océano poderoso. Madeira es una isla vertical de barrancos verdes donde las antiguas levadas hoy son senderos imprescindibles; Porto Santo compensa con una playa interminable y ambiente relajado, y las Desertas recuerdan que aún quedan santuarios casi intactos. Azores es una colección de paisajes mayores que la vida: caldeiras de colores, termas, cuevas volcánicas, viñedos en lava, praderas encaramadas a acantilados; cada isla tiene su temperamento, de la vibrante São Miguel a la silenciosa Corvo. Berlengas aporta la aventura de día perfecto: salidas en barca, grutas azules, snorkel y el icónico Forte de São João Baptista encastrado en la roca. A continuación vas a descubrir, una a una, todas las islas de Portugal con una pincelada de historia, qué ver y por qué elegir cada una.

Las islas de Portugal, una a una
Un repaso completo por los tres archipiélagos: Madeira, Azores y Berlengas. En cada grupo encontrarás una breve reseña histórica y, después, cada isla con lo más relevante para el viajero.
Madeira
Reseña histórica breve: Los navegantes al servicio del infante D. Henrique alcanzaron Porto Santo en 1419/1420 y, poco después, Madeira, iniciando un poblamiento continuo que supera los 600 años. La historia del archipiélago se lee hoy en Funchal —templos, museos, jardines— y en una red de levadas que nacieron como canales de riego y hoy son rutas de senderismo famosas.

Isla de Madeira
Carácter: montañosa, húmeda y espectacular; una “isla vertical” que combina pueblos colgados de los valles con miradores de vértigo.
Imprescindibles: – Levada do Caldeirão Verde y Levada das 25 Fontes, con túneles cortos, cascadas y selva laurifolia. – Pico do Areeiro – Pico Ruivo, una travesía de cresta con túneles y escaleras en la roca, para madrugar y mirar el mar de nubes. – Cabo Girão, balcón de cristal a 580 m sobre el Atlántico. – Eira do Serrado y Curral das Freiras, anfiteatro natural entre montañas. – Costa norte: Seixal (playa negra y piscina natural) y Porto Moniz (piscinas de lava).
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Zonas de baño: piscinas naturales en Porto Moniz y Seixal, pequeñas calas volcánicas y fajãs accesibles por teleférico (p. ej., Fajã dos Padres).
Cuándo ir: todo el año; primavera y otoño ideales para caminar. La moderna red de túneles y vías rápidas facilita moverse entre valles.
Para quién: senderistas, amantes de los miradores, viajeros que quieren buena gastronomía con logística sencilla.

Isla de Porto Santo
Carácter: isla luminosa y seca, con una playa de ~9 km de arena dorada y aguas limpísimas.
Imprescindibles: – Paseos por la Praia do Porto Santo, con aguas calmas y puntos de sombra. – Miradores de Portela y Pico do Castelo para panorámicas de isla desértica-marina. – Calas rocosas al suroeste con tonos turquesa en días de mar en calma.
Cómo se combina: ferry (2–3 h aprox.) o vuelo corto desde Funchal; 2–3 días bastan para alternar playa y caminatas suaves.
Para quién: familias, quien busque descanso al sol, fotógrafos de líneas desérticas junto al Atlántico.

Islas Desertas (Deserta Grande, Bugio, Ilhéu Chão)
Carácter: santuario protegido y deshabitado; grandes paredones de roca, matorral resistente y colonias de aves marinas. En aguas circundantes pervive la foca monje.
Cómo visitarlas: salidas autorizadas desde Funchal/Caniçal cuando el mar lo permite; desembarcos limitados y normas estrictas de conservación. Jornada de naturaleza cruda y paisajes limpios, perfectos para observación y fotografía.
Azores
Reseña histórica breve: La cronología de los descubrimientos y primeras estancias oscila entre 1427 (Diogo de Silves) y 1431 (Gonçalo Velho Cabral). Hay consenso en que Santa Maria fue la primera en ser contactada y São Miguel el segundo foco de poblamiento.
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Las nueve islas de Azores son: São Miguel, Santa Maria, Terceira, Graciosa, São Jorge, Pico, Faial, Flores y Corvo.

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São Miguel
Carácter: la mayor y mejor conectada; combina ciudades, agricultura verde y volcanismo activo en superficie.
Imprescindibles: – Sete Cidades, con los lagos azul y verde desde Vista do Rei y pistas alrededor del cráter. – Lagoa do Fogo, miradores altos y senderos que bajan a la orilla. – Furnas: campos de fumarolas, caldeiras y jardines históricos; cocido geotérmico. – Ponta da Ferraria: baño en mar caliente por surgencias termales. – Gorreana y Porto Formoso: plantaciones históricas de té.
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Rutas y baños: red oficial de senderos señalizados; poças y piscinas termales (Terra Nostra, Poça da Dona Beija) para alternar con caminatas.
Para quién: primera visita a Azores, viajeros que quieran variedad (lagos, termas, costa).

Santa Maria
Carácter: la más seca y cálida del archipiélago oriental, con playas claras y relieve amable.
Imprescindibles: – Praia Formosa, arena rubia y aguas translúcidas. – Barreiro da Faneca, el “desierto rojo” azoriano, paisaje arcilloso único. – Baía de São Lourenço, viñedos en anfiteatro sobre una bahía turquesa. – Piscinas naturales en Maia.
Notas históricas: asociada al arranque del poblamiento azoriano en el siglo XV.
Terceira
Carácter: mezcla vibrante de patrimonio, tradición festiva y volcanismo subterráneo.
Imprescindibles: – Angra do Heroísmo (trazado renacentista, Patrimonio Mundial). – Algar do Carvão, chimenea volcánica visitable con laguna interior. – Serra do Cume, mirador sobre un mosaico de praderías.
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Para quién: amantes de ciudades históricas con naturaleza a mano; ideal para 2–3 días intensos.

Graciosa
Carácter: tranquila, baja y blanca; molinos y muros de piedra, ritmo sin prisas.
Imprescindibles: – Furna do Enxofre, cúpula volcánica monumental con lago subterráneo (acceso por escalera helicoidal). – Ilhéu da Praia a la vista, salinas y rutas onduladas entre muros de lava.
Para quién: escapada reposada, geología curiosa y caminatas suaves.
São Jorge
Carácter: alargada y montañosa, una cuchilla verde con carreteras de cresta y fajãs al pie de acantilados.
Imprescindibles: – Fajã da Caldeira de Santo Cristo y Fajã dos Cubres, un clásico senderista con estuarios interiores. – Quesos DOP y miradores hacia Pico y Faial. – Piscinas naturales y calas rocosas para días de mar en calma.
Para quién: senderistas, fotógrafos de paisajes dramáticos y viajeros que buscan autenticidad.

Pico
Carácter: isla volcánica oscura y poderosa, con viñedos en lajidos de lava (UNESCO) y la montaña más alta del país.
Imprescindibles: – Montanha do Pico (2.351 m), ascenso desde la Casa da Montanha con registro obligatorio y cupos; opción de guía. – Gruta das Torres, tubo de lava practicable con guía. – Lajes do Pico y tradición baleeira; bodegas y museos del vino.
Para quién: montañeros, amantes del vino volcánico y de paisajes lunáticos.
Faial
Carácter: la “isla azul” por sus hortensias; paisaje marcado por el Capelinhos (erupción 1957–58) y una Caldeira perfecta.
Imprescindibles: – Vulcão dos Capelinhos y su centro de interpretación semienterrado. – Vuelta a la Caldeira por el borde del cráter en día despejado. – Horta marinera, puerto con murales de navegantes y vida oceánica.
Para quién: curiosos de vulcanismo reciente, navegantes de espíritu y aficionados a los grandes miradores.

Flores
Carácter: humedad y verde desbordado, cascadas infinitas y lagunas altas.
Imprescindibles: – Poço da Ribeira do Ferreiro (también conocido como Poço da Alagoinha), pared de agua y helechos. – Sete Lagoas en meseta y carreteras panorámicas a acantilados. – Bahías y piscinas naturales de agua cristal en días de mar manso.
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Para quién: amantes de la naturaleza húmeda, fotografía y silencio atlántico.

Corvo
Carácter: la más pequeña y remota, un pueblo y un volcán perfecto.
Imprescindibles: – Caldeirão, cráter con islotes interiores y sendero de circunvalación. – Observación de aves migratorias y noches de cielo oscuro.
Cómo visitarla: en lancha desde Flores (siempre condicionado por el mar) o con vuelos según temporada. Ideal para una excursión o 1 noche para saborearla.
Islas Berlengas
Reseña histórica y ambiental: A unos 10 km de Peniche, el Arquipélago das Berlengas es Reserva Natural y Reserva de la Biosfera UNESCO (2011). Lo componen tres grupos: Berlenga, Estelas y Farilhões–Forcados. Su valor ecológico radica en la flora endémica, colonias de aves marinas y fondos de agua clara.

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Berlenga Grande
Carácter: la única con embarcaciones regulares desde Peniche; mezcla de calas, senderos y patrimonio militar.
Imprescindibles: – Praia do Carreiro do Mosteiro, arenal pequeño de aguas turquesa. – Ascenso al Faro Duque de Bragança por camino panorámico. – Forte de São João Baptista, fortificación del XVII unida por pasarela, icono fotográfico. – Gruta Azul, Furado Grande y otras cavidades en paseo en barca (mar permitiendo).
Notas prácticas: en temporada alta existen cupos y control de acceso; conviene reservar barco y respetar los senderos señalizados.

Ilhéus das Estelas
Carácter: pequeños islotes al NE de Berlenga Grande, hábitat de cría de aves y vegetación sensible.
Visita: sin desembarco para público; se observan desde rutas autorizadas o desde el mar con operadores que respetan distancias.
Farilhões–Forcados
Carácter: rosario de islotes batidos por el Atlántico, con farallones y restingas espectaculares.
Visita: no habitual para el público general; valor principal geológico, oceanográfico y ornitológico dentro del mosaico de conservación de la reserva.


