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Dos ríos, el Tua y el Douro, conforman en el municipio de Alijó uno de los paisajes más espectaculares que ver en Portugal. Buena parte de culpa la tienen los viñedos que crecen en estas tierras desde hace dos milenios. Las franjas marrones y verdes del Alto Douro Vinhateiro hechizan desde cualquier punto de vista. Por algo esta zona fue declarada en 2001 Patrimonio Mundial por la Unesco. Acompáñanos en este viaje por ríos serpenteantes, interminables viñas, frondosos valles, vertiginosos miradores y joyas patrimoniales. Todo ello con consejos sobre dónde alojarte, los mejores restaurantes para comer y las bodegas más interesantes que visitar
Basta con descender por la sinuosa carretera que une Alijó con su freguesia de Pinhão para apreciar la belleza de uno de los paisajes vinícolas más sublimes del mundo, según declaró la BBC británica. Estamos en el corazón del Alto Douro Vinhateiro. Los viñedos pueblan cada palmo de terreno gracias a los bancales y terrazas que las gentes de esta zona llevan cuidando y mimando desde hace más de 2.000 años.
En otoño, cuando las hojas de las vides adquieren tonalidades ocres, rojizas y marrones, el espectáculo es asombroso. Pero también lo es en primavera y verano, cuando los colores verdes se adueñan de este tablero perfecto. Las plantas brotan para brindar posteriormente la uva que se emplea en la elaboración de algunos de los caldos más apreciados del mundo. Porque en el Alto Douro no solo se producen los conocidos vinos de Oporto, también nacen tintos y blancos que se exportan por todo el planeta. Por algo fue la primera denominación de origen del mundo en 1756.
Los encantos del municipio de Alijó no acaban ahí. Su vertiente este cuenta con otro singular espacio natural, desconocido dentro y fuera de Portugal. Se trata del valle de Tua. Antes de su desembocadura en el Douro, este río se hunde en un profundo cañón en cuyas laderas brotan frondosos bosques y también campos de viñedos. Una exhibición que se aprecia desde miradores en los que obtener imágenes para el recuerdo.
Cómo llegar a Alijó para visitar al Alto Douro y el Valle del Tua
En coche. Alijó se encuentra al este de la ciudad de Vila Real, al norte del Douro. Media hora en coche separan ambos puntos, por la autovía A4, la IC5 y la N212. Precisamente la mejor manera de llegar a Alijó es por la autovía A4 que recorre el norte del valle del Duero entre la frontera española en Alcañices (Zamora) y Oporto. Precisamente Zamora es la capital española más cercana a Alijó (2 horas y 14 minutos), mientras el viaje desde Oporto supone algo menos de una hora y media en coche, la mayor parte del trayecto por la citada A4.
En tren. El tren es una fantástica forma de llegar al Alto Douro Vinhateiro. A su comodidad, añadimos otro aliciente muy seductor: la belleza del recorrido. La denominada Linha do Douro es uno de los trazados ferroviarios más atractivos de toda Europa. Une la estación de Pocinho con Oporto sin perder de vista en ningún momento el curso del río Duero. Desde las grandes ventanas de los vagones Schindler se aprecia de manera formidable el paisaje característico de las viñas inclinadas y las bodegas (quintas). La Linha do Douro cuenta con una estación en el municipio de Alijó, concretamente en la freguesia de Pinhão. Entre la estación de Campanha en Oporto y esta parada tenemos 2 horas y 20 minutos de viaje a 11 euros el billete. Para llegar desde España en este tren es más complicado, ya que la primera estación es la de Pocinho cuyo acceso por carretera desde la frontera es bastante tedioso.
Casa da Trigueira, un alojamiento muy especial en Alijó
Hay alojamientos que son un atractivo más del viaje. Lejos de ser una simple cama para dormir, se convierten en espacios acogedores donde te hacen sentir mejor que en tu propia casa. Un buen ejemplo es la Casa da Trigueira, un centro de agroturismo enclavado en una rehabilitada casa del siglo XVIII de la freguesia de Santa Eugénia. Su propietario, Antonio Martinho, se desvive en atenciones para sus huéspedes y lo pone todo muy fácil para descubrir cada uno de los atractivos que ver en el Alto Douro y en el valle del Tua.
En la Casa da Trigueira cada estancia tiene un encanto especial. Las habitaciones poseen una decoración moderna y elegante donde la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente están muy presentes. El resultado es un espacio muy acogedor y cómodo en el que descansar alejado del ruido y del estrés. La familia de Antonio Martínho ha estado unida generación tras generación a la producción de vino y aceite, por eso hay guiños a estos dos productos en numerosos puntos de la casa, especialmente en la zona de la bodega convertida en un área de esparcimiento y juegos para los clientes. Un plato fuerte de la estancia en la Casa da Trigueira fue sin duda el desayuno, repleto de productos naturales y de la zona. Una inmejorable forma de arrancar el día.
La ubicación de la Casa da Trigueira es inmejorable ya que se encuentra en una tranquila localidad desde la que moverse con comodidad a los principales puntos de interés que ver en Alijó, tanto en la vertiente del Douro como en la del Tua.
Qué ver en Alijó y en el Alto Douro Vinhateiro
Un fin de semana o un puente de tres días es ideal para recorrer los principales atractivos que tiene Alijó. Si la estancia se alarga, no hay que olvidar que el cercano municipio de Carrazeda de Ansiães tiene otro buen puñado de interesantes visitas. Pero en esta ocasión nos vamos a centrar en lo que nos espera en Alijó que no es poco: la magia de navegar por el Douro, la experiencia de catar sus vinos con excepcionales vistas, los mejores miradores de la zona y una buena dosis de patrimonio en una tierra habitada desde el neolítico.
Pinhão y sus paseos en barco por el Douro
Uno de los mejores recuerdos que tenemos de nuestra visita a Alijo y al Alto Douro fue la jornada que pasamos en Pinhão. La experiencia se convierte en inolvidable desde el minuto 1. La carretera que une Alijó con Pinhão es una verdadera gozada. Un aperitivo de lujo para lo que vendrá después en las riberas del Douro. Un sinfín de viñedos cuidadosamente cultivados y amoldándose al terreno gracias a las terrazas y bancales. Estamos en Vale de Mendiz y contemplando semejante espectáculo no queda otra que quitarse el sombrero y descubrirse ante el trabajo que realizaron y realizan los hombres y mujeres de esta tierra.
Pinhão es una freguesia de un centenar de habitantes que tiene la particularidad de enclavarse en uno de los puntos más fotogénicos del Douro Vinhateiro. El río forma un meandro y junto a él se extiende un agradable paseo y un muelle fluvial desde donde parten los barcos y rabelos que hacen los tradicionales paseos por sus aguas. Nosotros contratamos uno de la mano de Civitatis. Un recorrido de un par de horas (20 € adultos y 10 € niños) que nos permitió conocer la historia vinícola de la región, las particularidades del terreno y las bodegas que allí se asientan. El rabelo eléctrico llega hasta Foz do Tua y regresa. Una aplicación móvil sirve como audioguía para no perder detalle de la exhibición que aparece ante nuestros ojos.
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Otro atractivo de Pinhão es su estación de ferrocarril, decorada con azulejos como ocurre en Vilar Formoso y Marvão-Beirã, por poner solo dos ejemplos. Están elaborados por el ceramista J. Oliveira perteneciente a la Fábrica Aleluia. Datan del siglo XIX y representan escenas costumbristas, medios de transporte y, por supuesto, los paisajes del Douro y sus viñedos.
Casal de Loivos y bodega D’Origem
Son muchas las bodegas que se pueden visitar en el entorno de Pinhão, algunas de ellas con gran solera y postín. Sin embargo, nosotros nos decantamos por una más pequeña y familiar que deja un excelente sabor de boca (nunca mejor dicho). Se trata de la bodega D’Origem. Se ubica en la freguesia de Casal de Loivos, uno de los mejores balcones al Alto Douro.
Paulo Duarte es su propietario y un inmejorable guía que nos llevó por las estancias de la bodega. Su particularidad es que cuenta con un antiguo lagar de aceite con la maquinaria original. D’Origem tiene una pequeña producción de ‘oro líquido’ y ha querido transformar en museo la almazara donde arrancó este sueño. Los que hayáis visitado bodegas vinícolas sabréis que tienen muchas semejanzas, y mucho más si se trata de espacios modernos. Los grandes depósitos de acero inoxidable y las barricas están presentes en la mayoría de ellas. Por este motivo D’Origem ofrece al visitante algo diferente. No muestra su bodega, pero a cambio hace un recorrido por el citado lagar. Eso sí, pone la guinda con una cata de sus mejores vinos con unas vistas inolvidables. Por algo este mirador fue elegido por la BBC como uno de las diez mejores de todo el mundo en cuanto a paisajes vinícolas se refiere.
Además del mirador de la bodega D’Origem, Casal de Loivos cuenta con otra atalaya formidable en la parte alta del pueblo, donde se aprecian los viñedos en bancales y el meandro que forma el Douro a su paso por Pinhão.
Un paseo por el centro de Alijó
La capital del municipio merece un pequeño paseo para contemplar dos atractivos muy curiosos. El primero es el gigantesco plátano que crece a los pies de la igreja de Santa Maria Maior. Es un ejemplar de 165 años que se conoce en la localidad como el ‘árvore grande’. Fue mandado plantar por el vizconde de Alijó en 1856 y se dice que sus raíces se extienden a 500 metros a la redonda. Una auténtica ‘catedral viva’ por la que merece la pena visitar la localidad.
Muy cerca del gran plátano se encuentra la pousada Barão de Forrester. Tiene la singularidad de ser la primera pousada del país luso. Es una red de alojamientos que podría asemejarse con los Paradores en España. Se ubica en un bonito edificio de 1944 y lleva el nombre de Joseph James Forrester, un empresario inglés que fue uno de los mayores impulsores del vino de Oporto.
En la glorieta que hay junto a la pousada se levanta el monumento dedicado al Homem do Douro, una imponente escultura en la que se muestra a uno de los vendimiadores de la región cargando a sus espaldas una canasta con las uvas.
São Mamede de Riba Tua y mirador do Ujo
Del Douro, al Tua. El munipio de Alijo tiene la fortuna de contar con un pedacito de cada uno de estos valles. El del Tua es más salvaje. Seguimos viendo los viñedos en bancales, pero también bosques de pinos y alcornoques que se asoman al curso del río que desemboca en el Douro en Foz do Tua. La freguesia de São Mamede de Riba Tua es un lugar excepcional para contemplar esos paisajes verticales y repletos de encanto.
Parada obligatoria es el mirador de Ujo. Se encuentra muy cerca del centro de São Mamede de Riba Tua y consta de un gran balcón de acero que parece suspendido en el aire sobre el río Tua. En este punto forma un meandro, el último antes de su desembocadura kilómetros más abajo en el Douro. Su acceso es muy cómodo ya que está al pie de la carretera que une São Mamede con Safres.
Hay otras dos visitas imprescindibles en São Mamede de Riba Tua. Una es el agradable Jardim das Laranjeiras. Como su propio nombre indica se trata de una zona verde repleta de naranjos y con un bonito monumento en el que se rinde homenaje a las mujeres encargadas de recolectar sus frutos.
Ya en las afueras del pueblo y junto al arroyo de São Mamede se levanta un puente de origen romano pero reconstruido casi por completo en los siglos posteriores. Tiene dos arcos de medio punto y está levantado en granito. Formaba parte de la calzada romana que unía São Mamede de Riba Tua con la aldea de Ameiro.
Ruta de senderismo de Fragas Más
El Jardim das Laranjeiras es el inicio de una de las rutas de senderismo más interesantes que hacer en Alijó. El municipio cuenta con una veintena de sendas señalizadas que se asoman tanto a los paisajes del Douro Vinhateiro como al Valle del Tua. El ‘trilho’ de Fragas Más (10 km./ circular / fácil) parte de São Mamede de Riba Tua para ascender poco a poco por la antigua calzada romana entre olivos, viñedos, higueras y castaños hasta la carretera que une esta localidad con Safres. Tras pasar por esta pequeña aldea, la senda se adentra en un frondoso bosque de pinos que se encamina hasta el curso del río Tua. Entre los pinares aparecen pequeñas parcelas donde se cultivan cítricos, especialmente naranjos. El punto álgido de la ruta es el mirador de Fragas Más, una atalaya solitaria y salvaje que permite contemplar la calma con la que el río Tua se encamina hacia su desembocadura unos kilómetros más adelante en el Douro.
La ruta concluye regresando a São Mamede de Riba Tua acompañados de un paisaje totalmente diferente donde los domos graníticos, los alcornoques y los pinos configuran un escenario de cuento que adquiere mayor belleza en los meses de otoño. Después de pasar junto al puente de origen romano que mencionábamos anteriormente, la senda nos devuelve al Jardim das Laranjeiras.
Museu do Pão e do Vinho en Favaios
La freguesia de Favaios alberga este interesante museo que ensalza sus dos productos más simbólicos, el pan y el vino. A pesar de ser un núcleo de población muy pequeño, Favaios ha contado históricamente con numerosas panaderías y su pan es muy valorado y codiciado en toda la región.
Por otra parte, el morapio que se produce en la cooperativa local está hecho con uvas moscatel que dan como resultado un vino dulce con notas de naranja y miel. El museo recoge la historia de la elaboración de estos dos productos de una forma entrañable y didáctica.
HORARIO
Del 21 de marzo al 11 de noviembre: de martes a domingo de 11:00 a 18:00 horas
Del 12 de noviembre al 20 de marzo: de martes a viernes de 10:00 a 17:00 horas y sábados y domingos de 13:00 a 17:00 horas.
¿Dónde comer en Alijó?
La cocina tradicional trasmontana juega un papel fundamental en los restaurantes del municipio de Alijo. Embutidos, carnes de cerdo y vacuno, quesos y buenos vinos, son la piedra angular de una gastronomía excelsa. Os dejamos dos recomendaciones muy diferentes para comer en Alijó sin perder la esencia.
- Restaurante Cepa Torta (Rua Doctor José Bulas da Cruz. Alijó). Con 25 años de trayectoria, es el restaurante más popular de Alijó. Cepa Torta apuesta por los platos regionales, pero con un sello personal donde la calidad siempre está presente. A diario tienen un interesante menú ejecutivo, además de una amplia carta. El bacalhau como broa, la excelente carne maronesa y las carrilleras de cerdo son algunas de las especialidades de un restaurante que además posee una variada y atractiva bodega. Precio medio por persona: 25 euros.
- Restaurante Xiconhoca (Carretera N212.Vila Chã). Restaurante de carretera con un comedor sencillo y menú del día con platos tradicionales y muy bien preparados. Angelo Torres, su propietario, nos trató de forma excepcional con una agradable conversación repleta de anécdotas y en la que recitó alguna de las poesías él mismo escribe. Exquisitas las febras de porco y el pernil. También prepara magistralmente la alheira, un embutido típico de la región trasmontana elaborado con carne de cerdo, de pollo, pan, ajo, aceite y pimentón. Mención aparte merecen las patatas fritas y la ensalada, con productos frescos de su huerta. Precio medio por persona: 12 euros.
♦ OTROS LUGARES QUE VISITAR EN EL NORTE DE PORTUGAL
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2 comentarios en “Qué ver en Alijó entre el Alto Douro y el Valle del Tua”
Hola.
Iré de Galicia a Zamora y de allí justo a esta zona de Pinhao y me gustaría saber si la carretera es autovía o de pago; creo que es la IC5.
Muchas gracias por la ayuda y tu blog!
Hola Luz. Si utilizas la IC5 no tienes que realizar ningún pago de peajes. Es una carretera al estilo de las nacionales españolas, de un carril por sentido y con un poco más de arcén. Solo tendrás que pagar si tomas alguna autovía. Un saludo.