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Es uno de los mejores lugares de la costa portuguesa (sino el mejor) para degustar pescados y mariscos de calidad a precios muy razonables. Comer en Espinho es una experiencia gastronómica de primer nivel. Su amplia nómina de restaurantes ha afinado el nivel y representan el complemento de lujo a los atractivos planes que se pueden hacer en este rincón del Atlántico luso
Espinho es una de nuestras debilidades en Portugal. Hemos recalado en este rincón de la costa norte lusa en tres ocasiones y en todas ellas la gastronomía ha jugado un papel capital. Podemos decir sin miedo a equivocarnos qué es uno de los mejores lugares de toda la fachada atlántica donde mejor relación calidad-precio hay en sus pescados y mariscos. Con permiso de Aveiro, Figueira da Foz y Setúbal, por poner tres ejemplos, en Espinho se toman muy en serio su restauración. La nómina de establecimientos (la mayoría emplazados junto a su largo paseo marítimo) es enorme. Lo complicado es equivocarse, pero para afinar mucho más en vuestro objetivo de comer en Espinho os damos algunas interesantes recomendaciones.

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Seis restaurantes para comer en Espinho bien y barato
La tradición pesquera de Espinho es el sustento del amplio abanico de restaurantes que sirven pescado y marisco fresco y de calidad. Tanto en el paseo marítimo, como en el vetusto y auténtico ‘Bairro Piscatoiro’, las opciones son diversas y casi toda ellas con un denominador común: la excelente relación calidad-precio.
Casa Papagaio, pescado fresco y de calidad a precios irrisorios
Ha sido el último gran descubrimiento que hemos hecho en Espinho durante el cuarto viaje que hicimos a esta ciudad en 2025. Ubicado junto a capela de São Pedro en el Bairro Piscatório, podríamos decir que actualmente es el que ofrece una mejor calidad precio para comer en Espinho. Tanto la lubina como la dorada a la brasa no superan los 10 euros. Teniendo en cuenta que su tamaño es considerable y su calidad, frescura y elaboración son espectaculares, no se puede pedir más. Un auténtico regalo acompañado de patatas cocida o fritas caseras. También pedimos unas lulas, que no estaban nada mal.

Merece la pena también acompañar esas viandas con alguna de las ensaladas que tienen en la carta que, como no podía ser de otra forma, también tienen precios de risa. Sobresaliente la mixta, pero también tenía muy buena pinta la de pimientos. Precisamente cuando fuimos a primera hora de la mañana a reservar mesas estaban asando los pimientos en sus brasas. Casa Papagaio solo permite reservar mesa para el mismo día y ellos te dan la hora. Nos dijeron que estuviéramos allí a las 12, y después de cinco minutos de espera, te llaman para ocupar tu mesa. Recomendamos hace la reserva por la mañana temprano porque las pocas mesas del restaurante se completan en un abrir y cerrar de ojos.
💰 Precio medio por persona: 15 euros
Cantinho da Ramboia, una espera que merece la pena
Cuando en Portugal hay un restaurante con largas colas y clientela local, es sinónimo de éxito. Y así es como descubrimos Cantinho da Ramboia, siguiendo el aroma de sus brasas y de las personas que se agolpan a sus puertas (está situado enfrente de la praça Progresso). Ese es su principal hándicap, que no reservan mesa. Únicamente toman el nombre y llaman cuando quede alguna libre. El día que nosotros comimos allí nos tocó esperar una hora. Y eso que llegamos a las 11:45 horas, pero es que estaban dando comidas desde las 11 de la mañana. ¡Increíble!

¿Cuál es el secreto del éxito de Cantinho da Ramboia? Sin duda sus lulas, tiernas, generosas, de mucha calidad y acompañadas de fantásticas patatas fritas caseras. Todo el mundo las pedía. Recomendamos hacerlo, pero solo media ración para poder probar otras cosas. Nos gustó mucho el arroz de tamboril (rape). Muy generosa la media ración con varios trozos de rape, gambas y almejas y ese sabor a tomate y cilantro tan característico de los arroces portugueses. También sobresalientes los postres, como nuestras icónicas ‘natas do céu’ y la tarta de maracuyá. El precio, no tan ajustado como Casa Papagaio, pero barato. Servicio rápido, amable y un formidable ambiente muy portugués.
💰 Precio medio por persona: 20 euros
A Fidalguinha, las mejores ‘lulas’ que comer en Espinho
Este restaurante escondido en el barrio pesquero y pegado a la vía del tren lo descubrimos en 2021 dentro de la ruta Sem Espinhas, una iniciativa gastronómica que se llevó a cabo durante tres años para promocionar la calidad de los restaurantes de Espinho. Volvimos en 2023 y el magnífico sabor de boca que nos dejó dos años antes se repitió.

Su especialidad son las ‘lulas’ (14€), chipirones que se preparan a la brasa y con una salsa deliciosa de ajo y aceite de oliva. Tiernas y jugosas por dentro y con ese toque crocante en su exterior que le da la brasa. Si alguien duda si pedirlas o no solo tiene que mirar al resto de mesas del restaurante. El 99 por ciento las estarán saboreando. Por cierto, A Fidalguinha es un restaurante repleto de comensales locales, una indudable garantía de éxito.

La carta es corta, pero lo bueno si es breve, dos veces bueno. Muy recomendables los pescados frescos a la brasa. Nos decantamos por una lubina (14€) de un tamaño considerable y un sabor brutal. La acompañamos de patatas fritas (se pueden elegir cocidas) deliciosas. Qué fácil y complicado al mismo tiempo es hacer unas buenas patatas fritas.
De entrada sirven una ensalada de la casa con chorizo, judías, espinacas, picatostes, aceitunas negras y alguna cosa más. Nos pareció algo caro para la cantidad (3,95€). El postre, nuestro favorito en Portugal, las ‘natas do ceu’. Atención muy amable. Un sobresaliente para A Fidalguinha de Espinho.
💰 Precio medio por persona: 20 euros
Maragato y sus brasas divinas
Muy cerca de A Fidalguinha se encuentra esta otra magnífica tasca del barrio pesquero con las brasas humeantes acariciando las lubinas, doradas, rodaballos, besugos o sargos que se capturan esa misma mañana.

Llevan desde 1998 preparando con mucho mimo deliciosos platos del mar a precios ajustados. Una de sus especialidades son las sardinas (precio según mercado), pero también las ‘lulas’ (12€) y el bacalao (25€ la ración para dos). Lo ideal es dejarse aconsejar y apostar por alguno de los pescados del día. Nosotros pedimos un rodaballo para dos (45€). Una pieza de categoría y absolutamente exquisita.
El único pero fue que las patatas fritas que lo acompañaban eran congeladas y eso en una tasca portuguesa es imperdonable.
💰 Precio medio por persona: 20 euros
Aquário, la marisquería por excelencia de Espinho
Como si quisiera marcar galones, Aquúario está situado más cerca del océano que ningún otro restaurante. En una privilegiada posición junto al casino y el hotel donde nos alojamos, el Praia Golf, es sin duda el mejor lugar para comer en Espinho marisco y pescado fresco si se busca un salto considerable de calidad. Eso repercute en unos precios más elevados. Pero para darse un capricho merece realmente la pena. António Brandão, su propietario, sigue pendiente de los comensales como cuando empezó a trabajar en el restaurante en 1962.

La vitrina con pescados y mariscos que hay a la entrada de la terraza que colonizando paseo marítimo es toda una declaración de intenciones. Enormes bueyes de mar (sapateiras) a los que resulta complicado resistirse. Pedimos uno de ellos. Kilo y medio de buey de mar delicioso. Los pescados como la lubina, el mero y el rodaballo, el arroz de marisco y los percebes y las gambas son otras de las especialidades. El servicio corre a cargo de camareros veteranos y muy serviciales. Sin duda una grata experiencia gastronómica.
💰 Precio medio por persona: 40 euros
Os Melinhos y sus arroces
La primera vez que visitamos Espinho en 2016 fue el restaurante que nos dejó el mejor sabor de boca. En aquel momento degustamos un arroz caldoso con rape y langostinos de vicio y con mucho tropezón (en aquel momento costaba para dos 28€ y ahora 41€ ¡Cómo ha subido la vida!? También por aquel tiempo justo detrás se levantaba el estadio Comendador Manuel de Oliveira Violas, casa del SC Espinho, equipo que llegó a militar en la máxima categoría del fútbol portugués y que incluso venció en ese mismo campo al todopoderoso Benfica.

Hoy el espacio de su ocupó el estadio está repleto de grúas pero Os Melinhos no ha perdido su esencia. En nuestra segunda visita optamos por unos filetes de pulpo rebozados con arroz con tomate (18€). Una auténtica delicia. El pulpo tierno a más no poder y el arroz con ese toque maestro que siempre tiene en Portugal. Completamos con una brocheta de gambas y calamares a la plancha (21€). Frescos y de un tamaño considerable acompañado todo de patatas fritas de las de verdad.
Cerramos con unas ‘natas do ceu’. En Os Melinhos descubrimos este postre por primera vez en 2016 y siete años después comprobamos que seguía igual de bueno.
💰 Precio medio por persona: 25 euros