Costa Nova es una de las denominadas playas de Aveiro y una de las más deliciosas que ver en Portugal. Un arenal interminable abierto al Atlántico tras el que se extiende un pueblo conocido por la presencia de sus casas de colores a franjas verticales. Los antiguos ‘palheiros’ donde los pescadores almacenaban utensilios son hoy
Cherry Sculpture Hotel es uno de los alojamientos más originales y sorprendentes que hemos visitado en el país vecino. Al sur de la Serra da Estrela, en una localidad con magníficas piscinas naturales, el hotel ha diseñado coquetas habitaciones con aspecto de cereza y una piscina que también tiene la forma de este fruto. Pero
Son ‘moliceiros’ y no góndolas. Es Aveiro, no Venecia. Las comparaciones entre ambas ciudades y sus embarcaciones típicas son un error de libro y lo único que provocan es decepción o desconcierto en el viajero. La ciudad lusa tiene su encanto tal y como es sin medirla con ninguna otra y el paseo en barco
La sal, el pescado y, por supuesto, sus canales, han forjado la personalidad de una de las ciudades más encantadoras de Portugal. Eso sí, no hay que ir pensando que es la ‘Venecia portuguesa’ porque entonces la decepción puede ser mayúscula. Aveiro es Aveiro. Con sus casas ‘art nouveau’, con su colorido barrio de Beira
Es la ciudad más poblada de la Serra da Estrela y su principal puerta de entrada. Además de su privilegiado entorno natural, Covilhã cuenta con una serie de atractivos en los que se entremezclan el patrimonio de joyas como la iglesia de Santa María Maior y el rompedor arte urbano de la iniciativa WOOL. Acompáñanos
En el municipio de Fundão, en las faldas de la Serra da Gardunha y muy cerca de la Serra da Estrela, se localiza uno de los hoteles con spa con más encanto de Portugal. Dos estudios de arquitectura obraron el milagro para convertir las ruinas del antiguo convento de Santo Antonio del siglo XVI en
Capital indiscutible del termalismo portugués gracias a una tradición que se remonta al Imperio Romano. Sus aguas curativas sanaron al mismísimo Afonso Henriques, primer rey de Portugal. Pero São Pedro do Sul no solo es un apetecible destino termal. Su entorno está repleto de enclaves naturales de excepción, aldeas con encanto, piscinas y pozas naturales
Es una de las ciudades más bellas de Portugal e incluso tutea a su vecina Coímbra. Su gloriosa historia le ha dotado de un formidable patrimonio, especialmente religioso. Caminar por las callejuelas de su casco antiguo es una delicia como también lo es paladear la gastronomía típica en cualquiera de sus tascas y restaurantes. Su
Animada, con un casco histórico notable, muy cerca de la costa y con una gastronomía (cómo no) para chuparse los dedos. Leiria es una ciudad desconocida para el viajero español, pero a tener muy en cuenta para los que quieren ir más allá de los destinos más trillados del país luso. En la décimo tercera
Encaramada en la cima de una colina, Guarda tiene el honor de ser la ciudad más alta de Portugal con sus 1.056 metros sobre el nivel del mar. Hay que subir, subir y subir para alcanzar su cuidado y medieval casco histórico donde destaca su judería, un buen puñado de casas señoriales y, sobre todo,
