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Oporto no solo es una de las ciudades más atractivas de Europa, también es un lugar idóneo desde el que visitar otros enclaves imprescindibles que ver en Portugal. A menos de una hora, tanto en tren como en coche, se ubican algunas ciudades en las que merece la pena hacer un recorrido, aunque solo sea de unas horas. Por esto te vamos a dar algunas ideas de excursiones desde Oporto en un día para alargar tu estancia en la ciudad del Douro


Oporto se ha convertido en los últimos años una de las ciudades fetiche de Europa. La magia de la Ribeira. El tranquilo curso del Douro bajo singulares puentes antes de morir en el Atlántico. Las callejuelas a varias altura del barrio de la Sé. Los atardeceres desde el jardín do Morro. Los restaurantes y churrasqueiras de Cedofeita. La fantástica playa de Matosinhos. La vanguardia de WOW… Todo en Oporto tiene encanto. O decadente o moderno, pero encanto al fin y al cabo. Tres días son ideales para hacer un recorrido por todo lo que ver en Oporto si además incluimos una visita a Matosinhos. Así te lo contamos en esta guía fruto de nuestros tres viajes a la ciudad portuguesa.

Puente D. Luis I de Oporto
Puente D. Luis I de Oporto

Sin embargo, la estancia se puede alargar hasta el infinito y mucho más. Desde Oporto es posible realizar un sinfín de excursiones a ciudades, playas y enclaves naturales que no distan más allá de una hora en coche o en tren. Aveiro, Guimarães y Braga, el Alto Douro Vinhateiro, Coímbra, Amarante, las pasarelas del Paiva… Las opciones son variadas y muy muy atractivas.

Patrimonio, naturaleza, enoturismo… Qué ver cerca de Oporto en una excursión de un día

En este post te proponemos seis salidas redondas desde Oporto para exprimir 24 horas sin complicaciones logísticas. Navegaremos entre canales y salinas en Aveiro; saltaremos del medievo a la vanguardia en Guimarães y Braga; nos perderemos entre los bancales de las viñas del Alto Douro Vinhateiro; seguiremos los pasos de reyes y estudiantes en Coímbra; nos asomaremos al Támega desde el puente de São Gonçalo en Amarante; y cerraremos con adrenalina pura en las pasarelas del Paiva y el puente 516 de Arouca. Son itinerarios con consejos prácticos, tiempos realistas y ese “toque personal” que solo da haberlos vivido.

Aveiro, canales, sal y mar hasta Costa Nova y São Jacinto

Aveiro engancha cuando la miras con los ojos adecuados: no es “la Venecia portuguesa” —esa comparación solo lleva a decepciones—, es Aveiro a secas, con sus canales trazados para el comercio, sus ‘moliceiros’ (que no góndolas) y el aroma a mar y sal que lo impregna todo. La ciudad creció en torno a su ría (formada tras la gran tormenta de 1570), y eso marca tanto el paisaje como los platos que acaban en tu mesa.

Nosotros solemos empezar el día con un paseo por el barrio de Beira Mar, curiosear el modernismo de la ruta de Arte Nova, y rematar en la Praça do Peixe antes de poner rumbo a la costa.

'Moliceiros' ante el edificio de la antigua Capitanía de Aveiro
‘Moliceiros’ ante el edificio de la antigua Capitanía de Aveiro

El combo ganador para esta excursión de un día desde Oporto es añadir Costa Nova —sí, las casitas de rayas verticales que inundan Instagram eran en realidad viejos ‘palheiros’ de los pescadores— y, si el tiempo acompaña, caminar sin prisas por el arenal infinito abierto al Atlántico. Si prefieres dejar el coche, hay autobuses frecuentes desde Aveiro y te plantas en el largo Arrais Ançã en poco más de media hora. Nosotros siempre picamos algo en el mercado: el pescado vuela de la lonja a la parrilla.

Casas de colores en la avenida principal de Costa Nova
Casas de colores en la avenida principal de Costa Nova

Para cerrar el círculo, cruza a la Reserva Natural de las Dunas de São Jacinto. Ese salto de la actividad frenética del puerto a un sistema dunar prácticamente virgen es impagable. El ferri desde Barra tarda un suspiro y te deja al lado de senderos sombreados entre pinos, playas sin fin y el pueblo pesquero de São Jacinto, buenísimo para un pescado a la brasa sin florituras. Es un plan que hemos repetido en verano y en otoño: si no apetece baño, los caminos entre dunas y bosque son paz pura.

Si te apetece añadir un toque gastronómico marinero otro día, Espinho —a un salto en tren y a medio camino entre Aveiro y Oporto— es una locura de pescados y mariscos a precios muy razonables. Pero eso lo dejamos para otra jornada.

Cómo llegar desde Oporto. En coche, menos de 1 h por A1 + A25. En tren, hay servicios cada 30 minutos y los Alfa Pendular hacen el trayecto en media hora aproximadamente. Si vas a ir también a Costa Nova o São Jacinto, el coche te dará más libertad; si no, el tren es comodísimo y te deja junto al centro.

Guimarães y Braga en el mismo día: del nacimiento de Portugal a la capital del barroco

Una opción muy seductora de excursión desde Oporto en un día es combinar Guimarães por la mañana y Braga por la tarde. Son dos ciudades muy diferentes y complementarias: en Guimarães te sumerges en el origen del país —ese casco histórico empedrado que pide paseo lento— y en Braga cambias de registro con sus iglesias recargadas, plazas señoriales y el ascenso al Bom Jesus do Monte. Es un día intenso, sí, pero perfectamente factible desde Oporto.

Bom Jesus do Monte de Braga
Bom Jesus do Monte de Braga

Empezamos pronto en Guimarães para caminar sin prisas entre la Largo da Oliveira y la Praça de Santiago, y subir al Castelo si hay buena luz. Para el mediodía ponemos rumbo a Braga: a nosotros nos funciona comer cerca de la avenida da Liberdade y, después, dedicar la tarde a Sé de Braga, Santa Bárbara y la subida final al Bom Jesus —si puedes, a pie por la escalinata; si no, el funicular histórico siempre hace ilusión. (consejo: si madrugas mucho, puedes invertir el orden para evitar los picos del santuario).

Cómo llegar desde Oporto. De Oporto a Braga a hay un viaje de 40 minutos por la autovía A3 y a Guimarães, idéntico tiempo, peor por la A3 y la A7. Entre las dos ciudades objeto de esta excursión solo hay 22 minutos de trayecto por la A11. En tren, desde Oporto puedes tomar servicios directos desde São Bento (también paran en Campanhã) a ambas ciudades. A Braga: línea de Braga; duración 54–71 min con salidas frecuentes (cada hora aprox.). A Guimarães: línea de Guimarães; trayecto 1h10–1h20, con varias salidas diarias). En Braga la estación queda a 10–15 min del centro; en Guimarães, unos 10 min a pie por Av. Dom João IV.

Alto Douro Vinhateiro: miradores, rabelos y catas entre Régua, Mesão Frio y Pinhão

El Douro es nuestro “lugar feliz” en el Norte de Portugal. Cada estación lo transforma: en primavera, los bancales explotan de verde; en otoño, las vides se encienden en ocres y rojos. Para un día desde Oporto, el tridente Peso da Régua – Mesão Frio – Pinhão funciona como un reloj.

Paisaje del Douro Vinhateiro
Paisaje del Douro Vinhateiro

Régua es la capital del Douro Vinhateiro. La ciudad ha cambiado muchísimo: hoy tiene una ribera viva con ecopista para pasear junto al río, nuevos restaurantes en los antiguos hangares ferroviarios y el Museu do Douro para entender por qué este paisaje de terrazas fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Nosotros la primera vez llegamos en tren con niebla —misteriosa y preciosa—, y en la siguiente visita nos sorprendió su ambiente, con cruceros atracando todo el día.

A un paso está Mesão Frio, el municipio más pequeño del Douro… y uno de los que guardan mejores miradores. Es un viaje a la esencia del valle, con aldeas detenidas en el tiempo y quintas que trepan por la ladera. Fuimos en primavera: limoneros, naranjos, cerezos y, claro, vides llenándolo todo. Para una panorámica de las que no se olvidan, enlaza sus balcones al río y busca un almuerzo sin pretensiones en alguna tasca local: el producto manda.

El día puede culminar en Pinhão. Aquí siempre nos regalamos un paseo en rabelo para entender el Douro desde el agua y subimos al mirador de Casal de Loivos, que te coloca literalmente frente a un cuadro de terrazas. Si vas en octubre, la vendimia colorea las laderas y el ambiente es especial. Consejo práctico: si vas en coche, calcula márgenes; las carreteras son escénicas… y lentas.

Cómo llegar desde Oporto. En coche, 1 h – 1 h 30 min por A4/A24 hasta Régua y luego carreteras panorámicas. En tren, la Linha do Douro es un viaje en sí mismo: llegar a Régua en ferrocarril, o seguir hasta Pinhão, es de lo más bonito que harás en Portugal.

Coímbra, piedra, saber y fado a orillas del Mondego

Coímbra es un flechazo que no se cura. Vas por su universidad —biblioteca Joanina, Pátio das Escolas, la Capela de São Miguel— y te quedas por todo lo demás: el Museo Nacional Machado de Castro con su criptopórtico romano, el tándem Sé Velha / Sé Nova, los conventos de Santa Clara, el Jardín Botánico, Portugal dos Pequenitos si viajas con peques, el Parque Verde do Mondego para rematar el día con un paseo al atardecer… Nuestra guía completa te sirve para organizarlo y, si te quedas a dormir, para redondear con calma.

Universidad de Coímbra
Universidad de Coímbra

Solemos empezar en lo alto (Universidad) y bajar lentamente hacia el río, entre cuestas, plazas y cafés. Si te coincide, busca un fado de Coímbra nocturno; es otro registro, más serenata estudiantil, y te pone la piel de gallina en las iglesias pequeñas. Consejo práctico: aparcar puede ser complicado; si no quieres complicarte, valora el tren desde Oporto y moverte a pie.

Cómo llegar desde Oporto. En coche, poco más de una hora de viaje por la autovía A1, mientras que en tren existen varios servicios diarios desde la estación de Campanha que hacen el trayecto en alrededor de una hora.

Amarante, el puente más fotogénico del Támega y el encanto de una villa con arte

Amarante pide un día sin prisas: fotografía el puente de São Gonçalo con la iglesia y el monasterio del mismo nombre, entra para ver su altar barroco y el artesonado de la sacristía, y asómate a la tumba de São Gonçalo (un santo muy “mimado” por la tradición popular). Luego pierde el rumbo por las callejuelas en cuesta hasta dar con la iglesia de São Domingos y el Solar dos Magalhães. Si te gusta el arte, el Museo Amadeo de Souza-Cardoso es parada obligada; y en temporada, el parque acuático de Amarante es un bonus si viajas en familia. Nuestra guía detallada recoge horarios, anécdotas y una selección de restaurantes y hoteles para todos los gustos.

Vista de Amarante
Vista de Amarante

A nosotros nos encanta la luz de última hora desde el río. Es el momento de sentarse en una terraza, pedir algo sencillo y ver cómo la piedra cambia de color. Para llegar desde Oporto, la A4 te deja en media hora larga; también es una buena base para conectar con el Douro si quieres alargar la escapada otro día.

Cómo llegar desde Oporto. En solo 45 minutos el viajero se pone desde Oporto en Amarante por la cómoda autovía A4. Amarante no cuenta con estación de ferrocarril.

Pasarelas del Paiva y puente 516 Arouca: naturaleza y adrenalina bien dosificadas

Si buscas un día activo —de esos que duermes a pierna suelta—, el tándem Passadiços do Paiva + 516 Arouca es apuesta segura. Portugal ha acertado combinando accesibilidad y conservación en esta garganta del río Paiva: kilómetros de pasarelas de madera que “domestican” una orografía abrupta y un puente colgante de 516 metros (el segundo más largo del mundo) que pone el cosquilleo justo de adrenalina.

Paso por el puente 516 de Arouca
Paso por el puente 516 de Arouca

Hemos hecho la ruta completa y la recomendamos a todo el que quiera naturaleza sin complicarse con material técnico: es exigente si te tomas el día a la carrera, pero muy llevadera si planificas bien las paradas y llevas agua. Logística básica que nos funciona: llegar en coche a Arouca (menos de 1 h por A32 + N326), madrugar para evitar calor y grupos, y combinar pasarelas más el puente en el mismo sentido para no duplicar esfuerzos. La entrada al 516 se reserva con antelación (cupos por horario), y en el entorno tienes aldeas y restaurantes muy auténticos para darle el homenaje final. Si dispones de más días, el Arouca Geopark tiene rutas y miradores para aburrir.

Cómo llegar desde Oporto. Una hora de viaje en coche separa Oporto de la entrada de Areinho por la autovía A32 y varias carreteras nacionales que pasan previamente por Arouca. En tren no es posible llegar.

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