Capital indiscutible del termalismo portugués gracias a una tradición que se remonta al Imperio Romano. Sus aguas curativas sanaron al mismísimo Afonso Henriques, primer rey de Portugal. Pero São Pedro do Sul no solo es un apetecible destino termal. Su entorno está repleto de enclaves naturales de excepción, aldeas con encanto, piscinas y pozas naturales y una gastronomía de bandera. Acompáñanos en este recorrido por todo lo que ver en São Pedro do Sul

El termalismo en Portugal es casi una religión. Especialmente en la Región Centro, las fuentes de aguas calientes ricas en minerales son numerosas y muy valoradas. Pero si hay que destacar un destino por encima del resto ese es São Pedro do Sul. Sus termas son las más populares, completas y apreciadas de todo el país, por eso recibe el título más que merecido de ‘Capital do termalismo’. Aunque hay constancia de asentamientos humanos desde la prehistoria, fueron los romanos los que descubrieron el verdadero potencial de estas aguas que brotan de la tierra a casi 69 grados y que se caracterizan por ser altamente sulfurosas (se aprecia perfectamente por su olor).

Entorno a las antiguas termas romanas y a los dos balnearios que funcionan en la actualidad, se han levantado numerosos hoteles dotados de circuitos termales de lo más atractivos. Las Termas de São Pedro do Sul son una ciudad balneario a orillas del río Vouga donde se puede lograr la absoluta desconexión. A cinco kilómetros de allí se encuentra la localidad de São Pedro do Sul, con algunos atractivos que también os desglosaremos. Pero lo mejor de todo es que los amantes del senderismo y la naturaleza tienen en este municipio una escapada de lo más apetecible. Rutas para hacer caminando o en bicicleta, aldeas remotas detenidas en el tiempo, miradores de vértigo, pozas y piscinas naturales… ponen la guinda al pastel de un destino aún desconocido para el viajero español, pero con un potencial extraordinario.

Cómo llegar a São Pedro do Sul

En coche. São Pedro do Sul está en una ubicación estratégica muy cerca de las autovías A25 (Vilar Formoso-Aveiro y sus playas) y la A24 (Viseu-Chaves). Se encuentra a menos de una hora y media de la frontera española de Salamanca, a dos horas y media de la capital salmantina, también a dos horas y media de Ourense y a tres horas de Zamora. Aveiro está a tres cuartos de hora y Viseu, a solo media hora.

En autobús. La compañía Rede Expressos cuenta con varias conexiones desde São Pedro do Sul y sus termas. En este último caso la parada está ubicada en la rua Principal junto al café Bon D’Jau. Existen conexiones directas con Aveiro (una hora) y Viseu (media hora).

Hoteles en São Pedro do Sul: Hotel do Parque Congress & SPA, un alojamiento para la absoluta desconexión

Durante nuestra estancia en São Pedro do Sul nos alojamos en el Hotel do Parque Congress & SPA, un clásico del área termal de la localidad. Tiene cuatro estrellas y, aunque se inauguró en el año 1990, sus habitaciones están renovadas y cuenta con un completo circuito termal totalmente reformado hace muy poco tiempo.

Nos gustó mucho la calidez y comodidad de sus habitaciones. Amplias, espaciosas y con una de esas camas tan agradables donde se descansa de verdad y se hace esa recarga de pilas que tanto se busca en una escapada así.

El personal es muy amable y atento. Estuvimos alojados en régimen de media pensión ya que su restaurante, Varanda do Parque, es una de las mejores propuestas gastronómicas para comer en São Pedro do Sul como relataremos al final del post. El desayuno igualmente es muy completo y cuidado, con productos de primera calidad.

El Hotel do Parque Congress & SPA cuenta además con una piscina exterior y un completo circuito termal con piscina, bañera de hidromasaje, baño turco y sauna. La piscina termal es muy amplia y un lugar idóneo para relajarse en las aguas tan apreciadas que manan de las entrañas de esta localidad portuguesa. También se ofrecen servicios de masajes y tratamientos específicos. Nos gustó que se pudiera acceder a la piscina con niños, al igual que también nos facilitaron una cuna para la habitación.

Sin duda una experiencia extraordinaria en un hotel que recomendamos encarecidamente para disfrutar al máximo de todo lo que ofrece este sorprendente destino luso.

Qué ver en São Pedro do Sul en un fin de semana

Un fin de semana o un puente de tres días son ideales para visitar São Pedro do Sul y relajarse en sus termas después de haber hecho una ruta de senderismo o visitado algunas de sus aldeas con encanto. Sin embargo, no es descabellado dedicarle una semana a este municipio de Portugal para visitar desde allí la ciudad de Viseu, Aveiro, Lamego o incluso Arouca y sus passadiços do Paiva.

Termas de São Pedro do Sul

Como apuntamos al comienzo, la ciudad termal de São Pedro do Sul dista cinco kilómetros de la propia localidad. Es muy reconocible ya que las aguas sulfurosa de las fuentes y piscinas termales forman una nube de vapor sobre los hoteles y balnearios. Como lo normal es alojarse en las termas, vamos a hacer un repaso de algunas de las cosas que ver en este enclave a orillas del río Vouga.

Termas romanas

El origen de la tradición termal de São Pedro do Sul hay que buscarlo en los restos de las termas romanas y medievales que se han rehabilitado y revalorizado para ofrecer al visitante una experiencia muy atractiva y cuidada. La entrada es gratuita los lunes y existe la posibilidad de realizar una visita guiada.

En el complejo se pueden ver algunos restos de las primigenias termas romanas. Tras la reconquista no se perdió ni mucho menos el gusto por las aguas sulfurosas de São Pedro do Sul. Hasta tal punto que el primer rey de Portugal, Afonso Henriques, se ve seducido por este lugar (entonces conocido como la villa de Banho) en el siglo XI y le otorga la carta foral. Más tarde, comprueba en sus propias carnes las propiedades de estas aguas ya que en 1169 se recupera en ellas de una fractura sufrida en la batalla de Badajoz. La piscina (de 5,40 metros de largo y 1,20 metros de profundidad) en la que se dice que recibió esos baños y que permaneció en uso hasta bien entrado el siglo XX es el principal reclamo de la visita.

También hay otra sala, conocida como de las bañeras, que era utilizada por las mujeres. El complejo se completa con la rehabilitada capilla Nossa Senhora da Saúde, del siglo XVIII, muy oportuna ya que las aguas termales siempre se han ligado a lo largo de la historia con la salud.

Junta al edificio de las termas se levanta otra pequeña capilla, de la S. Martinho. Data del siglo XVI y ocupa el lugar donde se ubicó otra iglesia en la que se dice que rezó Afonso Henriques.

Balnearios Rainha D. Amélia y D. Afonso Henriques

A diferencia de otras termas, las de São Pedro do Sul nunca cayeron ni el olvido ni en el abandono. Siempre gozaron de un notable prestigio en el país y, en gran medida, eso se debe al respaldo de diferentes monarcas. El primero fue Afonso Henriques como hemos mencionado, pero también Manuel I y ya en el siglo XIX la última reina de Portugal, doña Amélia, esposa de Carlos I. La francesa se trató de diferentes dolencias y dio mayor fama a São Pedro do Sul que bautizó su principal balneario con su nombre. Cerró en los años ochenta del siglo XX, pero reabrió nada más estrenar el siglo XXI con unas instalaciones modernas que no han perdido la elegancia y el clasicismo de tiempos pasados. En sus instalaciones se ofrecen diferentes circuitos termales clásicos y tratamientos de bienestar.

Junto al balneario Rainha D. Amélia se levantan otras instalaciones más modernas que reciben el nombre, como no podía ser de otra manera, de D. Afonso Henriques. En este caso está más centrado en termalismo terapéutico y fisioterapia.

El entorno de ambos balnearios, existen diferentes fuentes públicas donde emerge el agua sulfurosa de São Pedro do Sul. Eso sí, hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurre en otro de los grandes epicentros termales de Portugal, la ciudad de Chaves, esta agua no es apta para el consumo.

Ruta de senderismo del Vouga (PR12 SPS-VZL)

Una ruta de senderismo muy cómoda, fácil y que ayuda a adentrarse en la riqueza natural del entorno de las termas de São Pedro do Sul es la que recorre por ambos márgenes el río Vouga. Esta caminata también toca el municipio vecino de Vouzela, que visitamos un año antes y que también nos cautivó.

La ruta se puede iniciar junto a la oficina de turismo de las termas de São Pedro do Sul. Después de cruza el puente de origen romano que salva el curso del rio Vouga para caminar por su margen derecha. En este punto el río llega muy caudaloso después de nacer en el municipio de Sernancelhe y morir en la ría de Aveiro tras recorrer 148 kilómetros.

Con las vista de la capela da Senhora do Castelo al fondo, los primero metros se hacen por una pista muy cómoda flanqueada por algunos paneles informativos que nos hablan de la fauna del río y de cómo el hombre aprovechó su fuerza con la construcción de molinos. Se llega a un punto donde hay que tomar un sendero a la derecha, ya que nos topamos con una propiedad privada. El camino se empina mientras nos adentramos en un frondoso bosque de robles.

Pasamos por la pequeña aldea de Ferreiros hasta tomar una pista asfaltada que cruza el Vouga por un puente. Giramos a la izquierda, pasaremos por un lateral una portera cerrada y contemplaremos las vistas más bellas del río, que forma una especie de cañón horadando la roca. Continuamos bordeando el Vouga hasta una depuradora, en la parte menos atractiva del recorrido. Dejamos a nuestra izquierda la pequeña capela de Valgôde para de nuevo descender a pie de río y regresar a las termas de São Pedro do Sul por un bonito sendero que forma parte de la antigua calzada romana de Vau que unió las localidades de Viseu y Águeda. También era llamada la ‘calzada del pescado’ ya que se utilizaba para transportar este producto desde la costa Atlántica hasta el interior del país.

Ecopista del Vouga

Otra caminata muy recomendable que hacer en São Pedro do Sul es la Ecopista del Vouga. Es lo que en España denominamos vía verde, una antigua línea del ferrocarril desmantelada para que pueda ser usada por senderistas y ciclistas. En este caso pertenecía a la linha do Vouga que conectaba Espinho con Viseu y que se fue cerrando progresivamente desde 1972. Esta decisión dejó, por ejemplo, sin tren a Viseu, algo que no se entiende tratándose de una ciudad de su relevancia.

El único consuelo es que el trazado ferroviario se ha convertido en una pista asfaltada para caminantes y ciclistas muy bien equipada (baños, merenderos, fuentes…) con localizaciones muy atractivas. Nosotros hicimos 5 kilómetros ida y vuelta del tramo entre las termas de São Pedro do Sul y São Pedro do Sul. En esta etapa merece muchísimo la pena el paso por el ponte do Pego, uno de los símbolos del municipio. Esta admirable obra de ingeniería se levantó en 1914 para salvar el curso del río. Tiene casi 88 metros de largo y 23 de altura. Está hecho de piedra, cemento y hierro y se compone de un único gran arco. Lleva la firma de ingenieros franceses.

En São Pedro do Sul llegamos hasta otro puente ubicado junto a su antigua estación, el de Negrelos o Forno Telheiro, construido en curva.

Casco histórico de São Pedro do Sul

São Pedro do Sul no destaca por un patrimonio notable, pero sí es recomendable dar un paseo por su casco histórico donde hay algunas muestras interesantes de arquitectura religiosa y civil. Y todo ello sin olvidarnos de su magnífico parque das Nogueiras, un extenso pulmón verde a orillas del río Vouga.

El recorrido por la zona antigua lo podemos iniciar en la praça Solar da Lapa donde se ubica el palacete del mismo nombre del siglo XVII. Al otro lado de la plaza se eleva la modesta iglesia da Misericórdia.

Pero lo más interesante que ver en São Pedro do Sul está al otro lado de este templo. Por un lado, el imponente palacio Marquês de Reriz, del siglo XVIII y con predominio del barroco civil. Fue mandado construir por Diogo Francisco de Azevedo de Almeida e Vasconcelos (casi nada), fue uno de los fundadores de la poderosa Real Companhia de Vinos del Alto Douro.

A finales del siglo XIX pasó a ser palacio real al acoger a la reina doña Amélia y a sus hijos durante las estancias que realizaba la monarca en la zona para tratarse de sus dolencias en las termas. Desafortunadamente no es visitable.

Junto al palacio se levanta la bonita y barroca iglesia de Santo António. Desde allí parte la rua Direita, la más auténtica de la localidad. Estrecha, empedrada y con un buen puñado de negocios tradicionales. Después de dejar a la derecha el Cineteatro Jaime Gralheiro, llegamos al convento de San José, de la orden franciscana, y que curiosamente acoge las dependencias de la Câmara Municipal de São Pedro do Sul. La iglesia es visitable y destaca por su claustro y el retablo barroco.

Como contraste al patrimonio del casco histórico, recomendamos pasarse por el pulmón verde de São Pedro do Sul, su parque da Cidade o Nogueiras. Recibe este nombre porque está plagado de nogales que protegen zonas infantiles, merenderos y pequeños senderos. Una zona verde muy cuidada que al vimos en invierno y en día de lluvia, por lo que la imagen no hace justicia de lo que tiene que ser este parque en primavera, verano u otoño. Se ubica junto al río Vouga y destaca la presencia de una noria.

Aldeas detenidas en el tiempo en las Montahas Mágicas

El Centro de Portugal es rico en aldeas que parecen detenidas en el tiempo y que cuando llegas a ellas te preguntas cómo pudieron albergar vida en tiempos pasados. Nos sucedió cuando visitamos la Sierra de Lousã con las Aldeis do Xisto que se han ido recuperando. Pero fue aún más impactante regresar ante una de las joyas que ver en São Pedro do Sul, la Aldeia da Pena (45 minutos en coche).

Aunque los siempre devastadores incendios han dejado tocado una gran parte del paisaje que la rodea, esta pequeña aldea negra de pizarra ofrece una imagen soberbia. Hundida en el fondo de un valle, su panorámica que, desde las alturas, nos recordó, salvando las distancias, al Curral das Freiras de Madeira. Tras descender por una serpenteante y estrecha carretera llegamos a un lugar que verdaderamente parece detenido en el tiempo y que he permanecido ajeno a los vaivenes sociales. Un diamante en bruto que la montaña parece haber escondido en su seno, tal y como escribió el antiguo abad de Ribolhos en 1940.

Un marco que encuadra la silueta de las casas nos invita a hacernos la preceptiva foto sobre el lema ‘valeu a pena vir á Pena’. Después solo hay que perderse por las callejuelas y comprobar cómo, afortunadamente, esta aldea que quedó abandonada se ha ido recuperando con algunos negocios, como un par de restaurantes y alojamientos. También ha habido personas que gracias a esta ‘reconquista’ del pueblo viven allí o acuden los fines de semana.

Aunque la Aldeia da Pena es la más vistosa de todas, hay otras aldeas similares en las que también merece la pena hacer una parada como son Covas do Monte y Fujaco. Todas ellas forman parte de las Montanhas Mágicas, una iniciativa que abarca las sierras Montemuro, Arestal, Freita y Arada que en 2013 fue nombrado Destino Turístico Sostenible.

Miradores de São Macário y Serra da Arada

Esas Montanhas Mágicas que abrigan el valle en el que está situada São Pedro do Sul, también son ricas en miradores con sus preceptivos columpios en los que balancearse disfrutando de panorámicas infinitas. Nos gustó especialmente el mirador de São Macário, a 1.052 metros de altitud. Nos brinda una panorámica 360 grados de vértigo. Junto al columpio se ha instalado una plataforma en la que se aprecia perfectamente la Aldeia da Pena hundida en el fondo de un valle. No solo es una perfecta atalaya, también es un lugar de mucha devoción gracias a la capilla que alberga la imagen de São Macário. El último fin de semana de julio es muy popular la romería que llega hasta aquí.

Un poquito más abajo tenemos el mirador de la Serra da Arada, también equipado con su correspondiente columpio y con vistas a São Pedro do Sul y a las vecinas sierras de Freita y São Macário. Hay un tercer mirador con columpio que no nos dio tiempo a visitar, pero que también queremos reflejar, el de Nossa Senhora da Guia.

Poço Azul

Para rematar este listado de lugares que ver en São Pedro do Sul era casi indispensable incluir una zona de baño para los meses en los que el calor más aprieta. Ya que el río Vouga no es prolífico en playas fluviales, nos tenemos que ir hasta esta idílica poza. Se encuentra en la aldea de Carvalhais (a 18 minutos de las termas). En el aparcamiento habilitado dejamos el vehículo y tendremos que caminar 400 metros por un bonito sendero que lleva hasta el lugar donde el arroyo Landeiras (afluente del Vouga) ha horadado la roca granítica formando una poza que en días soleados adquiere una tonalidad azul. En los meses de verano suele recibir a algunos bañistas que se quieren refrescar en las frescas aguas de esta poza que alcanza los tres metros de profundidad.

Comer en São Pedro do Sul

La región de Lafões, en la que está enmarcado São Pedro do Sul, es una de las más atractivas gastronómicamente hablando de Portugal. Destaca por encima de todo su carne de ternera (‘vitela’), pero también otros platos clásicos de la cocina lusa como el bacalao y el pulpo. Estás son nuestras recomendaciones para comer en São Pedro do Sul.

🍽️ Restaurante Varanda do Parque (Rua do Serrado. Termas de São Pedro do Sul). El restaurante del Hotel do Parque Congress & SPA, donde nos alojamos en las Termas de São Pedro do Sul, fue un auténtico descubrimiento. Cocina de mucha calidad con producto de primer nivel y un trato exquisito. Nosotros estábamos en régimen de media pensión, pero el restaurante está abierto para cualquier persona que quiera acudir hasta allí. Además de la carta, cada día tienen un menú a un precio muy razonable con un entrante de sopa y un principal de carne, pescado o vegetariano. Además hay bufé libre de postres. Deliciosos el ‘polvo à lagareiro’ y el ‘aba de vitela’ asada, así como las sopas de verdura de entrada.

🍽️ Adega Do Ti Joaquim (Rua Central 779. Termas de São Pedro do Sul). También ubicado en la zona de las Termas, este restaurante tradicional nos sorprendió gratamente cuando paramos en él de regreso de los Passadiços do Paiva un tiempo atrás. Nos gustó el cabrito, el pulpo y el bacalao. Buen producto y excelente elaboración. Los precios son también razonables.

🍽️ O Manjar do Retiro (Rua do Chafariz, São Félix. São Pedro do Sul).  De regreso del mirador de São Macário paramos en este restaurante situado al pie de la carretera N228 en la aldea de São Félix. Restaurante modesto, sin grandes pretensiones, pero recientemente renovado y un personal muy cercano y amable. La ‘ementa diaria’ (incluye sopa, plato principal, bebida, postres y café) solo cuesta diez euros y permite elegir entre dos pescados o dos carnes. Muy buenas la dorada a la brasa y la ‘entremeada de porco’ (panceta de cerdo) acompañadas de sus correspondientes patatas y ensalada. El ‘doce da casa’ (postre de la casa), sencillamente delicioso.