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Todos los caminos del Douro Vinhateiro van a Peso da Régua, o Régua simplemente. Es la capital de esta región vinícola y el lugar por el que aquellos que la visitan tienen que pasar aunque no lo quieran. Además de contemplar los viñedos en bancales desde sus miradores, hacer una cata en alguna bodega, recorrer el Museu do Douro o simplemente pasear junto al río, en los últimos años su ambiente y popularidad han crecido gracias en parte a las decenas de cruceros que hacen parada a diario. Acompáñanos en este recorrido por todo lo que ver en Régua
Por carretera, por ferrocarril o navegando por las plácidas aguas del Douro. Peso da Régua (o Régua como popularmente se la conoce) siempre aparece, aunque no se quiera, en un recorrido por el mágico valle del Douro Vinhateiro. No tiene el atractivo patrimonial de su vecina Lamego o de Vila Real. Tampoco el paisaje en este punto adquiere la dimensión del que contemplamos unos kilómetros río arriba en Pinhão. Sin embargo, su magnífica ubicación y el ser históricamente la capital de la región, hacen que merezca la pena ser descubierta.
La primera vez que recalamos en Régua fue en un viaje en tren desde Pocinho, punto de origen de la Linha do Douro. Un recorrido empañado por la niebla, pero que representa uno de los más bellos y apasionantes viajes en tren que se pueden hacer en Europa. El sombrío día nos acompañó en Régua, donde apenas pudimos disfrutar de la ciudad ya que había que comer rápido y regresar de nuevo a la estación.

Le dimos una segunda oportunidad y la percepción fue radicalmente opuesta. Bien es cierto que la Régua de 2025 es diferente a la de diez años atrás, cuando hicimos el viaje en tren. Los antiguos hangares junto a la estación se han convertido en una sucesión de restaurantes y tiendas de vinos con una ambiente extraordinario. El muelle fluvial está repleto de actividad gracias a los cruceros que atracan cada día. Una ecopista permite caminar junto al Douro en un paseo de lo más agradable. Y hasta el restaurante al que fuimos la primera vez, A Tasquinha, se ha refinado y ampliado para atender la demanda del elitista turista que se suele dejar caer por esta zona.
Y eso por no hablar del entorno de Régua, repleto de miradores y bodegas en las que realizar catas y visitas guiadas donde la belleza del paisaje y la calidad de los vinos están a la par.
Cómo llegar a Régua
En coche. La ciudad de Régua se encuentra perfectamente comunicada al estar junto a la autovía A24 que nace en la frontera con Galicia (Verín-Chaves) y llega hasta Viseu; y la A4, la autoestrada Trasmontana que comunica Bragança con Oporto. Esto hace que el viaje de Oporto a Regua lleve poco más de una hora. La capital española más cercana es Ourense, a algo menos de dos horas de viaje.
En tren. Por Régua pasa la panorámica Linha do Douro que comunica Pocinho con Oporto en paralelo al río Duero. El tren no destaca por su rapidez, pero sí por la belleza del paisaje que se ve al otro lado de las ventanillas. Hay doce trenes diarios que unen Régua con Oporto en unas dos horas. El precio del billete ronda los diez euros.
¿Dónde alojarse en Regua?
Peso da Régua tiene interesantes opciones de alojamiento tanto en la propia ciudad, como en las quintas bodegueras que hay en su entorno. En el caso urbano el hotel más popular es el Regua Douro de cuatro estrellas, que ofrece además excelentes vistas al río. El Original Douro Hotel también está en la ciudad y, a pesar de tener dos estrellas, cuenta con unas habitaciones totalmente renovadas y una decoración muy cuidada.
Los que prefieran opciones un poco más lujosas en las quintas bodegueras tienen el Torel Quinta da Vacaria con fantásticas vistas a los viñedos del río, la Quinta Dona Matilde o la Casa da Quinta de Santa Cruz.
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Qué ver y hacer en Régua entre bodegas, miradores y paseos en barco
Aunque la ciudad de Régua no destaca por su patrimonio, sí es un excelente centro de operaciones para recorrer desde allí el Douro Vinhateiro y perderse por sus bodegas y miradores. Imprescindible hacer alguno de los paseos en barco que parten desde su muelle y relajarse caminando por la ecopista que se ha creado en paralelo al curso del río.
Museu do Douro
Mirando fijamente al río que le da nombre, el museo más importante de la región vinícola demarcada más antigua del mundo es una de las visitas imprescindibles que hacer en Régua. La antigua y opulenta Casa da Companhia del siglo XVIII se rehabilitó en 2008 para acoger este espacio que repasa la historia del vino en el Douro. El mejor lugar para hacerse una idea de cómo el vino transformó el paisaje, la economía y hasta el carácter de esta región. Cuenta con una exposición permanente alrededor de la cual se encuentra un restaurante, una tienda, un centro de restauración y hasta un bar con terraza con vistas al río. Pero no todo es vino, también expone pintura, antiguos carteles y hasta un antiguo rabelo.

Casa do Douro
Visitar la sede de la todopoderosa Federação Renovação Douro que representa a los viticultores de la Denominación de Origen es viajar al corazón de la primera región vinícola demarcada de todo el mundo. Un opulento edificio de 1944 donde destaca la magnífica vidriera del pintor Lino Antonio y el salón noble con tres imponentes lámparas de araña. No deja de ser un edificio administrativo donde desarrollan su labor los empleados de la federación, por lo que solo está abierto de lunes a viernes para contemplarlo.

Crucero por el Douro hasta Oporto
Todos aquellos que tengan la intención de alojarse varios días en Régua para conocer desde allí el Douro Vinhateiro no se pueden perder este crucero que recorre el tramo del río entre esta ciudad y Oporto. Una travesía de seis horas para admirar el paisaje característico de la región con los viñedos en bancales tiñendo de colores verdes y marrones las riberas.
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El barco parte a primera hora de la mañana del muelle de Régua e incluye el almuerzo a bordo. Una vez que se atraca en Oporto se dispone de una hora y media para recorrer la Ribeira y el centro de la ciudad antes de regresar a Régua en tren, cuyo billete también está incluido. En total son diez horas y media de una excursión altamente recomendable.

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Tren del Douro
Como hemos apuntado el crucero por el Douro hasta Oporto incluye el regreso en tren a Régua por una de las vías férreas más espectaculares de toda Europa. Se trata de la Linha do Douro que une la localidad de Pocinho en Vila Nova de Foz Côa con Oporto gracias a un trazado que va en todo momento pegado al curso del río. Un viaje apasionante que nosotros hicimos en el tramo entre Pocinho y Régua y nos encandiló. Los billetes son baratos y se pueden comprar directamente en el propio tren. Si se dispone de tiempo suficiente recomendamos hacer ese viaje hasta Pocinho (una hora y media, 7,50 euros), comer allí y regresar. Eso sí, siempre pegados a la ventanilla y aprovechando un día claro para no perder detalle de un paisaje cautivador.

Visitar una bodega del Douro Vinhateiro por la carretera más bonita del mundo
Viajar a la región del Douro Vinhateiro y no visitar una bodega es casi un pecado. Después de acudir a varias en la zona os recomendamos sin lugar a dudas la Quinta da Avessada. No está en el municipio de Régua, pero dista 45 minutos en coche. Puede parecer mucho tiempo, pero si os decimos que el recorrido entre ambos puntos implica circular por la considerada carretera más bonita del mundo, entonces la cosa cambia.

Entre Régua y Pinhão está el tramo de la N222 que va pegado al curso del río Duero. Es el mismo paisaje que vemos desde el tren o desde el barco, pero con otra perspectiva. En 2015 fue declarada como la carretera más bonita del mundo según un estudio elaborado por expertos bajo el amparo de la compañía de alquiler de vehículos Avis. El recorrido es una delicia y es aconsejable parar en alguno de los espacios habilitados en el arcén para contemplar es hipnótica vista del Douro y los viñedos en bancales.

Después de llegar a Pinhão, hay que hacer 15 kilómetros por una serpenteante carretera que no le va a la zaga en cuanto a belleza. Aunque ya no vemos el Douro, los campos de vides del Vale de Mendiz representan uno de los escenarios más cautivadores de la región. Conviene parar en el mirador del mismo nombre y, sin habernos dado cuenta, habremos llegado a la Quinta da Avessada. Un lugar de ensueño donde, por un precio irrisorio para la zona, disfrutamos de una cata con aperitivo en una pérgola de su jardín con los viñedos justo delante. Una experiencia inolvidable que se completó por el recorrido guiado por la bodega y una nueva cata de tres vinos, uno de ellos de Oporto. Esta bodega, ubicada en el término de Favaios, en el municipio de Alijó, basa la mayor parte de su producción en la uva moscatel.
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Igreja Matriz
Apuntábamos al comienzo que Régua no es una ciudad que destaque por su patrimonio, pero sí que es aconsejable dar un pequeño paseo por su casco antiguo donde nos podemos topar con su Igreja Matriz, un templo que se cree que es de finales del siglo XVIII y que cuenta en su interior con un valioso panel de la Última Cena de Pedro Alexandrino de Carvalho.

Puente metálico de Régua
Una de las mejores vistas que ver en Régua está en su puente metálico peatonal que salva el curso del Douro junto a sus dos ‘hermanos mayores’, el de la Nacional 2, y el gigantesco puente Miguel Torga de la autovía A24. Fue construido en 1872 por encargo del rey Luis I y soportó tráfico rodado hasta mediados del siglo XX. Desde el puente se tienen fantásticas panorámicas de la ciudad de Régua, los viñedos en bancales, el curso del río y los barcos que navegan por él.

Ecopista Ribeirinha
Nuestro reencuentro con Régua fue mucho más feliz en parte por la satisfacción que nos produjo pasear por la senda peatonal y ciclista que se ha habilitado junto al Douro y que tiene un par de kilómetros de extensión. La hicimos casi al completo nos pareció una actuación formidable en esa labor que hacen muchas ciudades de integrar lo máximo posible el río en su casco urbano.

Las vistas son muy agradables, especialmente al atardecer, cuando el sol se empezó a ocultar detrás de la simbólica silueta del hombre de la capa de la bodega Sandeman, que en Régua tiene una quinta. Una imagen que muchos conocerán por haber visitado su bodega en Vila Nova de Gaia, uno de los planes más habituales cuando se visita Oporto.

Cais de Mercadorias
Hubo un tiempo en el que las barricas con los vinos del Douro y el de Oporto se transportaban desde Régua y otros puntos de la región hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia en los famosos rabelos. Con la llegada del tren en 1879, este medio de transporte tomó el protagonismo. Para ello hacían falta muelles de mercancías amplios y funcionales que soportaran el trasiego constante. El de Régua era el más importante de la zona, pero con el declive del ferrocarril esas instalaciones quedaron abandonadas y sin uso. Afortunadamente en los últimos años se han recuperado con una función totalmente distinta a la original, pero sin perder ese vínculo con el vino.

El Cais de Mercadoiras de Régua (muelle de mercancías) es hoy el espacio con más vida de la ciudad gracias a la presencia de restaurantes, bares y tiendas de venta de vino que congregan el interés de todos aquellos que recalan aquí ya sea en barco, en tren o en coche. El muelle está muy cuidado, no ha perdido la esencia del pasado, pero con una imagen moderna y muy atractiva. Muchos de los bares y tiendas tienen pequeñas terracitas con mesas y sillas de madera a juego con la estructura del muelle que dan un ambiente extraordinario a esta zona de la ciudad.
Mirador São Leonardo de Galafura
Peso da Régua cuenta con varios miradores en su entorno, pero sin lugar a dudas el más bello es el de São Leonardo de Galafura. De hecho rivaliza con los mejores que se pueden visitar en toda la región del Douro Vinhateiro. Esta atalaya se localiza a media hora en coche al este del casco urbano de la ciudad, en la aldea de Galafura. El escritor portugués Miguel Torga, que estaba enamorado de esta región, quedó prendado al asomarse a este balcón. Como “exceso de naturaleza” llegó a calificar la vista desde este lugar en uno de sus diarios.

El mirador se ubica a 566 metros de altitud en el mismo lugar donde se cree que se construyó un fuerte romano. La vista sobre el Douro y las quintas con los viñedos en bancales es cautivadora. Además es casi 360 grados porque existen diferentes puntos para inmortalizar paisajes de ensueño. Nosotros acudimos al atardecer y nos encandiló por completo. En el mirador se levanta una pequeña capilla dedicada a san Leonardo y santa Bárbara.
¿Dónde comer en Régua?
Aunque con precios más elevados que otras zonas de Portugal, el Douro Vinhateiro y más concretamente Régua tiene propuestas gastronómicas muy interesantes con productos como la carne de ternera de la raza Maronesa y, por supuesto, las mil formas de hacer el bacalao.
🍽️ A Tasquinha (Rampa Doutor Dias, Av. da Galiza, 5050-374 Peso da Régua). Las dos veces que hemos visitado Régua comimos en este restaurante de cocina tradicional ubicado muy cerca del Douro y del muelle fluvial de la ciudad. La primera vez nos encontramos con una tasca típica portuguesa donde degustamos una deliciosa ‘posta’ de ternera de la raza Maronesa. Casi diez años después nos encontramos con un restaurante más refinado y amplio gracias a una reforma que le había dado un aire más acorde al tipo de turismo que suele frecuentar el Douro Vinhateiro. Los precios habían subido ligeramente, pero A Tasquinha sigue siendo una estupenda opción para comer en Régua. Esta vez apostamos por una dorada a la brasa y volvimos a repetir con la carne de ternera Maronesa que estaba deliciosa. El trato, una vez más, formidable.
