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Acariciando el magnífico parque natural de la Serra da Estrela y adentrándose en la desconocida y salvaje Serra do Açor, el municipio luso de Oliveria do Hospital ha sido uno de los destinos más sorprendentes y cautivadores que hemos conocido últimamente. Rico en piscinas naturales, algunas de ellas de las mejores de todo el país, prolífico en rutas de senderismo, pero también generoso en cuanto a patrimonio, miradores, pueblos con encanto y, por supuesto, gastronomía. Te contamos todo lo que ver en Oliveira do Hospital, el destino natural en Portugal que estabas buscando
En un momento en el que el turismo de masas arrolla ciudades, enclaves naturales, playas y montañas sin contemplaciones y, en ocasiones, sin el menor respeto, aún es posible encontrar destinos que explorar casi en solitario sin por ello tener que sacrificar ni un ápice de belleza y autenticidad. Por suerte en Portugal tenemos mucho de eso. Las hordas de turistas han puesto (de momento) solo el ojo en Oporto, Lisboa, el Algarve y un puñado de enclaves más, pero en el interior, especialmente en la Región Centro, queda muchísimo por descubrir. Son incontables las sorpresas que nos hemos llevado dando con nuestros pies en lugares que, a priori, no nos atraían especialmente o a los que íbamos sin unas expectativas demasiado altas. Sin duda la mejor actitud para que la escapada acabe siendo un flechazo que invite a repetir y repetir.
Esto nos ha sucedido en Oliveira do Hospital, un pequeño municipio luso que acaricia el parque natural de la Serra da Estrela y se adentra en la vecina Serra do Açor, donde se encuentra la fotogénica y casi escondida aldea de Piódão. Sabíamos que en esta zona la naturaleza es rica y diversa. Hay frondosos bosques en los que penetrar con rutas de senderismo y magníficas playas fluviales. Lo que no esperábamos es que además de todo eso se escondiera un valioso patrimonio, los restos de una ciudad romana, el mejor museo del aceite que hemos visitado y pueblos anclados en el tiempo que conservan la riqueza de su arquitectura tradicional y en los que visitar a algunos de los artesanos que mantienen vivas las tradiciones que han forjado la personalidad de una región donde había que lidiar con los rigores del clima y el aislamiento.
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Cómo llegar a Oliveira do Hospital
En coche. Oliveira do Hospital se encuentra a una hora y media en coche de la frontera entre España y Portugal en Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, en la A-62 o autovía de Castilla. Tras circular por la A25 hasta Celorico da Beira, se toma la N17 que conduce hasta Oliveira do Hospital después de pasar muy cerca de ciudades como Gouveia y Seia, dos de las más importantes de la Serra da Estrela. Desde Oporto nos espera un viaje de casi dos horas, mientras que desde Coímbra solo hay una hora.
¿Dónde alojarse en Oliveira do Hospital?
Durante nuestra estancia en Oliveira do Hospital nos alojamos en el Alva Valley Hotel, un moderno y confortable alojamiento que para nada te lo esperas en el lugar donde está enclavado. Se sitúa en mitad de un entorno privilegiado en el paraje del Ponte das 3 Entradas. Recibe este nombre porque literalmente en el puente doble que se sitúa frente al hotel y que salva el cauce de los ríos Alva y Alvôco confluyen tres carreteras.
El Alva Valley Hotel se encuentra en un ubicación estratégica para recorrer desde allí, no solo el municipio de Oliveira do Hospital, también la Serra da Estrela, y la Serra do Açor, ya que por ejemplo de Piódão solo le separa un viaje en coche de cuarenta minutos.
Javier, su gestor, le ha dado un aire nuevo al hotel cuidando hasta el más mínimo detalle. Las habitaciones están perfectamente equipadas y son muy confortables. El desayuno es excelente, con productos de calidad y proximidad. Y además el hotel cuenta con un restaurante del que más adelante hablaremos donde también apuestan por una cocina kilómetro cero dando una vuelta de tuerca al recetario tradicional.
En otro enclave privilegiado del municipio de Oliveira do Hospital, en los próximos meses abrirá sus puertas el Palecete do Guerreiro. Un antiguo palacio rehabilitado para dotarlo de una decoración y un equipamiento que aúna a la perfección tradición y modernidad con todas las comodidades. Además, cuenta con piscinas exterior y zona de spa. Un lugar ideal para la desconexión total en mitad de la naturaleza y muy próximo a la piscina natural de São Gião y la localidad el mismo nombre donde se enclava la conocida como ‘catedral de las Beiras’.
Qué ver en Oliveira do Hospital. Los imprescindibles
Oliveira do Hospital nos propone un apetitoso cóctel de naturaleza, patrimonio, senderismo y pueblos con encanto ideal para una escapada de al menos tres días. En otoño y primavera la belleza del entorno se incrementa y las caminatas en la naturaleza son realmente apetecibles, mientras que en verano con las temperaturas más altas, tenemos el plus de contar con algunas de las mejores piscinas naturales que ver en Portugal.
Capela dos Ferreiros
Comenzamos esta ruta por la capital del municipio. Aunque no cuenta con un extenso patrimonio, sí que es imprescindible detenerse en una joya casi oculta y absolutamente inesperada. En el interior de la Igreja Matriz se conserva una pequeña capilla del siglo XVI que guarda con conjunto funerario gótico de una belleza y un valor incalculables. Por algo está clasificado como Monumento Nacional. Está compuesto por dos tumbas de granito del caballero medieval Domingos Joanes y su esposa. Él también esta representado en una pequeña escultura colocada por encima de las tumbas, ataviado con su armadura y sobre un caballo. Precisamente esta figura es la imagen más icónica de Oliveira do Hospital y la que aparece en el logotipo del municipio.
La capilla se completa con un retablo policromado con una rara pieza de la Virgen con el Niño. Los elementos que componen el oratorio tienen la firma del Maestro Pero, un escultor aragonés del Medievo que desarrolló su carrera en Portugal.
Como curiosidad cabe destacar que se desconoce si la escultura del caballero que hay en la capilla es la original o la copia. La otra se encuentra expuesta en el museo Machado de Castro de Coímbra.
Ciudad romana de Bobadela
En Oliveira do Hospital los lugares inesperados se multiplican. Otro totalmente imposible de imaginar en este rincón de Portugal son las ruinas de la ciudad romana de Bobadela. ¿Una ciudad romana a las puertas de la Serra da Estrela? Tal cual. Y no solo eso, estamos ante uno de los legados mejor conservados del Imperio Romano en la antigua Lusitania que se pueden ver en estos momentos. El complejo de Bobadela cuenta con un moderno museo donde se muestran algunas de las piezas más importantes localizadas en las diferentes excavaciones arqueológicas. Junto a él tenemos los restos de un majestuoso anfiteatro romano.
El símbolo de Bobadela es el arco ubicado en la plaza de la villa junto a la iglesia y que era la entrada al foro de la antigua ciudad romana. Un arco de medio punto de bella factura levantado con bloques de granito y con ausencia total de argamasa.
Por cierto, para edificar la iglesia que hay junto al arco, se utilizaron sillares de granito que pertenecían a la ciudad romana como se puede ver en las inscripciones de la época del Imperio que rezan en ellas.
Iglesia Mozárabe de Lourosa
Completamos la terna de joyas del patrimonio que ver en Oliveira do Hospital. Las tres por cierto declaradas Monumento Nacional. En la pequeña aldea de Lourosa nos encontramos con una de las iglesias más antiguas de toda le península ibérica. Consagrada a San Pedro, data del siglo X. Tiene una mezcla de estilos mozárabes, cristianos y visigodos que la hacen un tesoro único. Además sigue abierta al culto y junto a ella se puede visitar una pequeña necrópolis. Una agradable vecina de Lourosa es la encargada de mostrarla manteniendo el legado de Maria do Patrocínio Nunes, que durante más de 40 años se encargó de realizar esta labor. Un busto la recuerda justo enfrente de la iglesia.
Museu del Azeite
En un cerro próximo a las ruinas romanas de Bobadela se levanta el museo del aceite más espectacular que hemos visto. En primer lugar por el continente. Un arriesgado y original diseño del joven arquitecto Vasco Teixeira que tiene la forma de una rama de olivo. Y no solo la forma, sino también sus colores, como se puede apreciar perfectamente en esta fotografía que tomamos con nuestro dron (en este post te contamos cómo volar el dron en Portugal).
El interior está dividido en diferentes salas que repasan la producción de aceite en la zona desde la época romana hasta nuestros días. De las almazaras rudimentarias a las más modernas que explican cómo se ha ido modernizado la extracción del zumo de aceituna. Una tarea que en esta zona tiene dos nombres propios, el matrimonio formado por António Dias y Maria Manuela Pereira, artífices de la construcción de este museo que tiene también restaurante y tienda.
Aldeia das Dez
Habíamos dicho que Oliveira do Hospital tenía pueblos con mucho encanto y en esta nómina se lleva la palma la Aldeia das Dez. Situada en la Serra do Açor, forma parte de la red de Aldeias do Xisto y cuenta con algunas viviendas con la arquitectura tradicional de granito y también de esquisto. Antes de acceder al casco urbano aconsejamos detenerse en el mirador Penedo da Saudade desde el que se contempla una fantástica panorámica del valle del río Alva.
Nosotros pasamos por la pequeña tienda que hay en la travesía principal que ejerce de oficina de turismo. Allí se venden dulces y artesanía de productores locales como, por ejemplo, los ‘coscureis’ que elabora Celeste que huevos, harina, leche y fermento. O las mantas que teje María a sus 83 años en su telar tradicional. Una auténtica maravilla.
Santuario das Preces
Si ascendemos por la carretera que atraviesa la Aldeia das Dez llegamos al santuario de Nossa Senhora das Preces, uno de los grandes centros marianos de la zona. Rodeado de un frondoso bosque que en los últimos años ha sufrido la lacra de los incendios, está presidido por un templo donde se custodia la imagen titular. Según la tradición se le apareció a unos pastores en el monte Colcurinho. Este lugar del que hablaremos a continuación se convirtió en lugar de peregrinaje, pero debido a su dificultad para llegar hasta allí se decidió construir este santuario en un punto más accesible.
En el complejo del santuario hay además capillas que representan las estaciones del vía crucis, una fuente monumental y hasta un albergue en el que poder pernoctar. La fiesta principal se celebra el primer domingo de julio con una romería que congrega a centenares de personas,
Monte Colcurinho
Es el punto más alto de Oliveira do Hospital con sus 1.242 metros. Desde el santuario das Preces se puede llegar por una pista asfaltada un poco estrecha pero con buen firme. Además es una de las rutas ciclistas más populares de Portugal. Normalmente se realiza desde el Ponte das Três Entradas (donde se encuentra ubicado nuestro hotel) para firmar 17,9 kilómetros en los que hay que solventar un desnivel de 1.034 metros con una pendiente promedio del 5,8%. Una ruta a la altura de los más avezados con las dos ruedas.
Nosotros lo hicimos en coche para disfrutar de las excelentes vistas que se divisan desde el punto más alto. Se divisa a la perfección el pico Torre y gran parte de la Serra da Estrela, y también la Serra do Açor, los valles del Alva y del Alvôco y, por supuesto, la localidad de Piódão.
En este punto hay una capilla dedicada a nuestra señora das Necessidades y una bicicleta muy fotogénica en la que subirse y posar con la mejor panorámica posible.
Visita a una quesería
Oliveira do Hospital es un fantástico lugar para ver de cerca cómo se elabora el ‘queijo da serra’ el magnífico producto ‘made in Serra da Estrela’ que se consume en medio mundo y que tiene su origen en la leche de las ovejas de la raza Bordaleira que pastan en el parque natural luso. Su historia y peculiaridades las conocimos en el Solar do Queijo de Celorico da Beira, pero en Oliveira do Hospital vivimos la experiencia única de asistir a su elaboración dese el minuto cero.
Lo hicimos de la mano de Ana Paula Borges, propietaria de la Queijaria dos Lameiras en la pequeña aldea de Vila Franca da Beira. Desde que la leche se cuaja con cardo, hasta que se saca el suero y se deja madurar unos cuarenta días para pasar finalmente a saborearlo cremoso con un buen pan. Esta visita hubiera sido incompleta de no haber conocido a António, el suegro de Ana Paula. Todo un personaje que con sus más de 80 años sigue cuidando las ovejas que dan la magnífica leche que da lugar a uno de los mejores quedos de la Serra da Estrela que se pueden consumir.
Açude da Ribeira
Muy ceca de la Queijeria dos Lameiras, se encuentra uno de los mayores atractivos naturales que ver en Oliveira do Hospital junto a sus piscinas naturales. El Açude da Ribeira era hasta hace unos años un espacio abandonado y casi inaccesible a orillas del río Seia. Una pequeña pesquera que regalaba una bonita caída de agua que, con la construcción de una serie de pasarelas, se ha convertido en un espacio de lo más fotogénico y atractivo.
Existen diferentes rutas que se pueden hacer a su alrededor y también hay un pequeño merendero para reponer fuerzas con vistas a este lugar donde el sonido del agua poner la perfecta banda sonora.
Piscinas naturales de Oliveira do Hospital
Si por algo destaca el municipio de Oliveira do Hospital es por su nómina de piscinas naturales (`praias fluviais’), algunas de ellas situadas entre las mejores de Portugal. Un fantástico reclamo para los meses de verano.
Alvoco das Várzeas
A orillas del río Alvoco y bajo un bello puente medieval del siglo XIV de estilo gótico se extiende una magnífica playa fluvial que además es accesible para personas con movilidad reducida. Cuenta con duchas, vestuarios, amplias zonas verdes, merendero, restaurante y área de juegos infantiles.
Avô
Es una de nuestras piscinas naturales favoritas de todo Portugal. La conocimos hace algunos años casi de casualidad en una ruta por la Serra da Estrela y regresamos cuando hicimos este recorrido por todo lo que ver en Oliveira do Hospital.
Lo tiene todo: un fotogénico puente del siglo XVIII; un entorno donde las casas de la aldea casi se descuelgan sobre el río Alva; unas aguas frescas y cristalinas para nadar sin apreturas; una amplia zona de arena y también de césped para tomar el sol. Además se ha colocado un columpio dentro del agua para realizar el mejor posado para Instagram y cuenta con servicios como vestuarios, socorrista, etc.
São Gião
Muy cerca del Palacete do Guerreiro se enclava esta playa fluvial rodeada de una frondosa vegetación de ribera que hace que sea rica en sombras y en frescor. Se inauguró en 2018 y cada año incorpora alguna mejora. Es una playa accesible que se nutre de las aguas del río Alva con aseos, socorrista, merendero, duchas y restaurante. Un remanso de paz menos concurrido que las otras dos playas.
São Sebastião da Feira
En la parte baja del núcleo urbano de São Sebastião da Feira se localiza esta playa fluvial muy mimada por las gentes de la aldea como su joya de la corona. También en el río Alva y también bajo un puente, destaca por sus amplias zonas verdes y de arena. Es una playa accesible con toda clase de servicios. Hay una bonita ruta de senderismo de solo dos kilómetros ida y vuelta que une el hotel Alva Valley con esta playa fluvial.
Comer en Oliveira do Hospital
La gastronomía es otra de las grandes razones para visitar Oliveira do Hospital. El municipio nos propone un viaje por la cocina tradicional portuguesa de montaña con productos como el cabrito, el cordero, las truchas de río y, por supuesto, el ‘queijo da Serra’. La nómina de restaurantes en los que degustar estos platos es muy amplia, pero nosotros nos quedamos con estos cuatro.
🍽️ Restaurante Gandiço del Alva Valley Hotel (Rua Principal, 2, Ponte das Três Entradas). El restaurante del hotel donde nos alojamos fue una de las más gratas sorpresa del viaje a Oliveira do Hospital. Javier, su propietario, ha apostado por una cocina elaborada con productos de proximidad que deleita el paladar y los sentidos. Disfrutamos de una extraordinaria cena con un exquisito arroz con lomos de trucha rebozados a los que previamente se le quitan una a una todas las espinas y la piel. También nos sorprendieron mucho los ‘peixinhos da horta’, judías verdes rebozadas con harina y agua con gas y que están en el origen de la tempura japonesa, gracias a los jesuitas lusos que llevaron esta receta al país nipón en el siglo XVI.
Y hablando de sorpresas, muy grato fue el ‘bacalahau à brás’ que hacen en este restaurante. En lugar de usar bacalao desmigado, colocan los lomos encima de una cama de patata paja, huevo, cebolla y aceitunas negras. Con esto se suple la racanería con el bacalao que en algunos lugares se ve en este plato. Una vuelta de tuerca a un clásico entre los clásicos.
🍽️ Tasquinha dos Marques (Largo do Eirô 6, Oliveira do Hospital). En el corazón de Oliveira do Hospital junto a la capela dos Ferreiros encontramos esta agradable tasca enclavada en una tranquila plazoleta a la sombra de los tilos. La tradición marca su cocina donde destacan platos como el arroz con carne de cerdo y la carne con patatas, además de la magnífica entrada de quesos y embutidos de la zona. Muy recomendable.
🍽️ Varandas Verdes (Quinta Vila Franca). A 700 metros del hotel Alva Valley al pie de la carretera N230 se levanta este restaurante con magníficas vistas al valle del río Alva. Su apuesta por la cocina tradicional también es nítida. Muy recomendable el cabrito al horno, muy bien guisado y tierno. Otra de sus especialidades son la ‘chanfana’ (guiso de carne de cabra) y las truchas rebozadas.
🍽️ Olhar sobre o Alva (R. Olivais 8, São Sebastião da Feira). Acabamos con otro restaurante con extraordinarias vistas y situado en la aldea de São Sebastião da Feira, de la que antes hablábamos por su piscina natural. En la parte alta se levanta este completo de turismo rural y restauración de reciente construcción. Su cocina en sencilla pero muy bien elaborada. Nos gustó la sopa de verduras y la carne con salsa y champiñones acompañada de unas patatas fritas de las de verdad.