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Entrada oriental al parque nacional de Peneda-Gerês y dotado de uno de los castillos fronterizos más imponentes de Portugal. Montalegre es una apacible localidad situada a poco más de ocho kilómetros de la frontera española en la provincia de Orense y regada por el río Cávado. Además de recorrer su singular casco histórico, es fundamental adentrarse en su municipio para descubrir sus cascadas, puentes y senderos que ofrecen un maravilloso contacto con la naturaleza. Síguenos en este viaje por todo lo que ver en Montalegre
Las opciones para acceder al único parque nacional que posee Portugal, el de Peneda-Gerês, son numerosas y todas muy interesantes. Una de ellas es la localidad de Montalegre. Aunque su casco urbano no está inmerso en el espacio natural, gran parte de su municipio sí pertenece a él. Un perfecto complemento entre patrimonio y naturaleza que convierten a rincón de Tras-os-Montes en una más que recomendable visita en una ruta por el Norte de Portugal.
Montalegre fue poblada por los celtas. Posteriormente los romanos la dotaron de fortalezas, puentes y calzadas debido a su situación estratégica. Un emplazamiento que ganó en importancia con el alumbramiento de Portugal al encontrarse en la frontera con el reino de Galicia. De ahí surge la construcción de su castillo. Jugó un papel fundamental para que el duque de Wellington liberara a Portugal de las tropas de Napoleón. Y tras este episodio llegó su decadencia por el fin de los conflictos fronterizos y la emigración. Hoy Montalegre trata de recuperar el terreno perdido valiéndose de su gran atractivo turístico, su cercanía con España y la amabilidad de unas gentes que te reciben con los brazos abiertos.
Cómo llegar a Montalegre
En coche. Montalegre es uno de los municipios más septentrionales de Portugal. Se encuentra a menos de una hora de Orense en un viaje cómodo, primero por la autovía de las Rías Baixas hasta Xinzo de Limia, y posteriormente por la OU-304 vía Baltar. Montalegre también está a menos de dos horas de Vigo y a dos horas y media de Zamora. Las ciudades portuguesas más cercanas son Chaves (poco más de media hora) y Braga (una hora y media).
En tren. Montalegre carece de estación de ferrocarril como ocurre con toda la región de Tras-os-Montes. Solo hay que ver el mapa del tren en Portugal y comprobar cómo en toda esta zona hay un inmenso blanco fruto del olvido al que ha sido sometida históricamente.
En autobús. La compañía Transdev tiene entre tres y cuatro servicios diarios entre Braga y Montalegre a un precio que ronda los 7 euros. El viaje es de dos horas y media. La estación de autobuses de Montalegre se encuentra junto al parque de bomberos en la rua Padre José Alves.
Alojarse en Montalegre
Montalegre cuenta con una buena red de alojamientos de turismo rural tanto en la propia localidad como en el parque nacional de Peneda-Gerês. En el casco urbano destaca la Casa de Campo Neves. Se trata de una casa rural para cuatro personas con una decoración clásica muy cuidada y donde no falta un detalle.
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La Casa Santa Catarina es un ‘bed and breakfast’ con varias habitaciones dobles equipadas con baño privado. Tiene una decoración sencilla, una limpieza excepcional y se encuentra muy cerca del casco histórico para hacer un recorrido por todo lo que ver en Montalegre.
Otro alojamientos interesante es la Casa Albelo do Gerês situada en Outeiro junto al embalse de Paradela. Cuenta con piscina y restaurante.
Qué ver en Montalegre. Los imprescindibles
Montalegre es un destino idóneo para incluir en una ruta por el norte de Portugal y concretamente por el parque nacional Peneda-Gerês. La localidad se encuentra situada en el valle del río Cávado y abrigada por las cumbres de Gerês, Barroso y Larouco. De ahí viene la riqueza natural de un municipio en el que contemplar atronadoras cascadas o realizar bellas caminatas por frondosos senderos. Vamos a repasar todo lo que ver en Montalegre sin dejar nada en el tintero.
Casco histórico de Montalegre
Un recorrido por todo lo que ver en Montalegre tiene que empezar obligatoriamente por su pintoresco casco histórico. Apenas un puñado de calles forma un dédalo donde el granito está omnipresente tanto en el pavimento como en las construcciones. En este parte antigua destaca el imponente castillo y la iglesia de origen románico que está junto a la fortaleza.
Castillo de Montalegre
El esbelto castillo de Montalegre tiene su origen en la necesidad de los reyes portugueses de blindar la frontera con el reino de Galicia (posteriormente incorporado a Castilla) para evitar incursiones del enemigo. Su construcción se inicia en el siglo XIII con Afonso III y no concluye hasta el XVIII. Del siglo XIV data su majestuosa torre del Homenaje de estilo gótico y donde llaman la atención sus balcones salientes. Tiene otras tres torres (Furada, del Reloj y Pequeña) unidas con una muralla y un gran patio interior dotado de una cisterna.
El castillo de Montalegre se puede visitar de forma gratuita. Tanto la torre del Homenaje como la Furada se han rehabilitado para acceder a su interior y conocer tanto la historia del castillo como la de las fortificaciones de esta zona a través de varios paneles informativos. Las vistas desde lo alto de la torre del Homenaje son excepcionales.
Iglesia do Castelo
Entre el castillo de Montalegre y el cementerio se encuentra la iglesia de Santa María o del Castillo. Abrigada por grandes chopos que dotan al espacio de un carácter muy apacible, este templo fue durante muchos años la iglesia principal de Montalegre. Tiene origen románico, pero el diseño actual corresponde al siglo XVII. Llama la atención que el campanario esté desligado del cuerpo principal de la iglesia.
Ecomuseu de Barroso
Ubicado también junto al castillo, este museo acoge exposiciones sobre la historia de Montalegre, las tradiciones rurales, agrícolas y ganaderas, el folclore y también hace un repaso a la rica flora y fauna del municipio. Además cuenta con una galería donde los artistas locales suelen exponer sus telas. El museo lleva el nombre del padre Fontes, un sacerdote muy querido en la zona por su implicación en la vida social, cultural y literaria del municipio. Experto en medicina natural y en el estudio de las plantas, incluso da su nombre a una marca de vinos.
Iglesia da Misericórdia y Pelourinho
La iglesia da Misericórdia es un sencillo templo de estilo manierista y compuesto por una sola nave. Puede que su aspecto simple provoque que no le prestemos demasiada atención, pero la sorpresa llegará al acceder a su interior. Tiene un bello altar mayor dorado compuesto por tres cuerpos. La cubierta de la iglesia es de madera policromada.
Junto al templo se encuentra el pelourinho de Montalegre, muy diferente al que vemos en otros puntos de Portugal. Está formado por un capital cúbico en el que está grabado el escudo del municipio.
Câmara Municipal
Salimos del casco histórico de Montalegre para pasar por el centro administrativo de la localidad. En una gran plaza se levantan los edificios de la Câmara Municipal y del Tribunal. Frente a ellos, un gran roble que recibe el nombre de ‘da Forca’ y al que le contemplan más de 300 años. Una auténtica ‘catedral viva’ que se yergue junto al monumento dedicado al navegante João Rodrigues Cabrilho, descubridor de la costa de la actual California. Es curioso porque hasta finales del siglo XX la mayoría de las biografías aseguraban que nació en Montalegre en 1499 (de ahí la escultura). Sin embargo, a partir de 1986 diversas investigaciones tiraron por tierra esa teoría y aseguraron que su nombre era Juan Rodríguez Cabrillo y era natural de la localidad cordobesa de Palma del Río. Fuera portugués o español, entre sus logros como navegante también figura la fundación de la ciudad mexicana de Oaxaca.
Capela de São Sebastião
A pocos metros de la Câmara Municipal se localiza la pequeña capela de São Sebastião, de la que apenas se tienen referencias históricas. Es de estilo manierista y está compuesta por una única nave con una minúscula torre campanario y portada con dintel recto y óculo.
Parque do Cávado
Las riberas del río Cávado a su paso por Montalegre se han recuperado de forma muy acertada dando como resultado un agradable espacio de ocio con parque infantil, zona de juegos, polideportivo, escenario para espectáculos, bar, zonas verdes y caminos peatonales. Un gran pulmón para relajarse junto a las cristalinas aguas del río que nace muy cerca de allí en la sierra de Larouco y desemboca en el Atlántico en Esposende después de recorrer 135 kilómetros.
Mirador da Corujeira
Para tener la mejor panorámica del casco urbano de Montalegre nada mejor que ascender hasta el mirador da Corujeira. Situado en una elevación montañosa a 1.095 metros de altura, permite contemplar la silueta urbana de la localidad dominada por el castillo. Las laderas del mirador da Corujeira están tupidas por un bosque de robles y en lo alto hay instaladas una serie de antenas de telefonía y comunicaciones.
Cascada de Cela Cavalos
Además de su interés patrimonial, cuando hablamos de qué ver en Montalegre hay que hacerlo obligatoriamente del parque nacional de Peneda-Gerês. Gran parte del municipio se encuentra inmerso en este espacio protegido donde se encuentran algunas de las mejores cascadas de Portugal. Una de ellas es la de Cela Cavalos. Se ubica en la zona del parque nacional más rocosa donde desparecen los frondosos bosques y abunda el matorral bajo con brezos, piornos y jaras. Para llegar hasta ella hay que desplazarse hasta la capela de Santa Luzia de la aldea de Cela. Allí habrá que dejar el vehículo y caminar durante 1,6 kilómetros por una pista para llegar a esta bella cascada donde además es posible darse un chapuzón. Un consejo, en Cela varios apicultores venden miel procedente de las colmenas que se ven de camino a la cascada.
Cascada de Pincães
Otra de las magníficas cascadas que ver en Montalegre es la de Pincães, ubicada en la localidad del mismo nombre. Dejando el vehículo a la entrada del pueblo tomaremos un sendero muy bello provisto de una frondosa vegetación de robles que alcanza la cascada. No habrá pérdida porque el camino va en paralelo a una levada que canaliza el agua hasta el pueblo. En total habrá que caminar 3,4 kilómetros ida y vuelta sin afrontar apenas desnivel. Al más puro estilo de algunas cascadas islandesas, el salto de agua ha ido horadando la roca formando una abertura mu fotogénica. En su base hay una poza de aguas cristalinas en la que también es posible refrescarse.
Cascada de Pitões das Júnias
Una tercera cascada que debe figurar sí o sí en una ruta por el municipio de Montalegre. Para ello hay que desplazarse hasta la freguesia de Pitões das Júnias. Muy cerca de las ruinas del monasterio cisterciense del que hablaremos a continuación sale una pista que indica la cascada que desemboca en un aparcamiento. Desde allí habrá que caminar algo menos de un kilómetro, primero por un sendero y después por una pasarela de madera. Desde un mirador contemplaremos la cascada de Pitões das Júnias, una caída de agua de 30 metros.
Monasterio de Santa Maria das Júnias
Otra de las cosas que ver en Montalegre en la freguesía de Pitões das Júnias es el Mosteiro de Santa Maria das Júnias. Estamos ante uno de los enclaves más singulares y fotogénicos de todo el parque nacional de Peneda-Gerês. Para conocer el origen de este complejo monástico nos tenemos que remontar al siglo IX. Trece monjes se asentaron en este lugar conde las sierras de Gerês y Barroso se dan la mano y que está pegado a la ribeira de Campesinho. Esta presencia del agua fue clave para que en el siglo XII fuera ocupado por la Orden del Císter hasta que en el siglo XIX cayó en el olvido con las desamortizaciones y desaparición de las órdenes religiosas. Un incendio poco después puso el resto.
Hoy solo queda en pie su iglesia románica, donde cada 15 de agosto se celebra una romería. Del resto destacan los tres arcos de medio punto que se conservan en lo que fue el claustro. Los expertos señalan que estos elementos con ejemplos muy raros en la arquitectura románica portuguesa.
Puente da Misarela
Si hablamos de lugares fotogénicos que ver en Montalegre es imposible no mencionar el puente da Misarela. Compartido con el municipio de Vieira do Minho (las aguas del río Rabagão establecen el límite entre ambos) se trata de una construcción de origen medieval que tenía el objetivo de comunicar las aldeas de Ferral y Ruivães.
Durante los últimos coletazos de la invasión de Portugal por parte de las tropas de Napoleón, este punto sirvió para que los soldados dirigidos por el general francés Soult huyeran de la presión de los anglo-portugueses comandados por Wellesley.
El puente da Misarela está compuesto de un solo arco y asentado en las rocas graníticas que en este punto acompañan al curso del río Rabagão. Junto a él hay una espectacular cascada.
También conocido por los lugareños como ‘ponte do Inferno’ o ‘ponte do Salvador’, para llegar hasta él hay que caminar alrededor de un kilómetro desde la aldea de Sidrós, donde obligatoriamente se deja el vehículo. Nosotros visitamos este puente realizando un de las rutas de senderismo que hacer en Montalegre. Es la PR5 MTR, tiene 10 kilómetros circulares y un grado de dificultad fácil.
Aldea y mirador de Fafião
Acabamos este recorrido por todo lo que ver en Montalegre en la pequeña y pintoresca aldea de Fafião que pertenece a la freguesia de Cabril. Seguimos en el parque nacional de Peneda-Gerês, en una de sus vertientes más remotas. Fafião se caracteriza por ser una aldea comunitaria al estilo de Rio de Honor en Braganza. Además se la conoce popularmente como la ‘aldeia do lobo’ por la presencia histórica de este cánido. De hecho uno de los lugares más curiosos que ver es el Fojo do Lobo, una gran trampa que usaban los agricultores y ganaderos de la zona para atrapar a estos animales y que se encuentra en un magnífico estado de conservación. Es además la mayor de este tipo que hay en la península ibérica.
Fafião también posee un curioso mirador que consiste en una pasarela de metal que conecta dos grandes rocas graníticas. Además, el río Fafião nos regala en su curso numerosas pozas ideales para el baño en sus aguas cristalinas.
Comer en Montalegre
La gastronomía de Montalegre tiene un marcado carácter de montaña como ocurre en todo el parque nacional de Peneda-Gerês. El cabrito, las carnes de vacuno y cerdo y, por supuesto, el bacalao, están presentes en todos sus restaurantes.
- Sabores de Barroso (R. Portela 12, 5470-229 Montalegre). Sencillo restaurante ubicado fuera del casco histórico de Montalegre que suele estar frecuentado por locales. Una de sus especialidades es el bacalao. Nos gustó mucho el de la casa, frito y acompañado de deliciosas patatas fritas de las de verdad, cebolla pochada, coliflor, pimiento y una cama de buen aceite de oliva. El lomo de bacalao, de mucha calidad. El precio de los bacalaos ronda los 13 euros. También probamos una carne asada de vacuno. Un pelín dura, pero con buen sabor. Precio medio por persona: 18 euros.
- Tasca do Açougue (Terreiro Açougue 5, Montalegre). Quizás el restaurante más popular de Montalegre entre sus visitantes. Está ubicado en una coqueta casa junto al castillo y el Ecomuseu de Barroso. A pesar de su ubicación, sus precios son bastante ajustados. En su carta aparecen entradas típicas de la zona como el ‘alheira’ o la ‘chouriça’. El ‘bacalhau grelhado’ (13 €), la ‘posta de vitela’ (12€) o las costillas de ternera (13€) son algunas de sus especialidades. Precio medio por persona: 18 euros.
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