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Un fortín inexpugnable. Así es Elvas, la ciudad que nos espera al otro lado de la frontera hispanolusa si la cruzamos por Badajoz. La mayor colección de fortificaciones en baluarte de todo el mundo declarada Patrimonio de la Humanidad. Una pequeña joya protegida por murallas que se puede recorrer en un día gracias a este sencillo itinerario con todo lo que ver en Elvas, en el que también encontrarás propuestas para disfrutar de su gastronomía alentejana y recomendaciones para alojarte
Ya son varios los años que hemos elegido Portugal para pasar nuestras vacaciones de Semana Santa. La Sierra de la Estrella, Braga y Guimaraes, Nazaré y en 2019 fue el turno de hacer nuestra primera incursión en el Alentejo. ¿Por qué Portugal en Semana Santa? Porque fuera de los grandes epicentros turísticos como Lisboa, Oporto y el Algarve, lo más normal es que no encuentres ni la más mínima señal de masificación. Eso es una inmensa fortuna cuando hablamos de rincones sorprendentes y de gran belleza. Elvas es uno de ellos. Era Jueves Santo y sus calles lucían espléndidas, con sus casas encaladas combinando a la perfección con las flores que nos anunciaban una incipiente primavera. Ciudad fortificada en forma de estrella, como Almeida o Ciudad Rodrigo. Un fortín que fue inexpugnable y que ahora te recibe con la mayor hospitalidad posible. Tan cerca de la frontera y tan desconocida para todos aquellos que no son pacenses. Te invitamos a descubrirla.
Cómo llegar a Elvas
En coche. Para llegar a Elvas desde España hay que pasar inexorablemente por Badajoz. La capital pacense es su espejo al otro lado de la frontera. Su ciudad hermana. Solo 20 kilómetros las separan. Tan solo hay que cruzar esa línea divisoria hoy totalmente permeable. A Elvas se puede llegar cómodamente en autovía, circulando por la A-5 (Madrid-Extremadura) hasta la frontera y luego tomando sin solución de continuidad la A6 portuguesa que atraviesa el norte del Alentejo. Una autovía muy familiar para los madrileños que viajan a Lisboa, por ejemplo.
Elvas se encuentra a 56 minutos en coche de Évora, por lo que ambas ciudades pueden formar parte de un itinerario de fin de semana o de tres días por la zona.
En tren. Elvas cuenta con estación de ferrocarril, aunque está apartada del casco antiguo de la ciudad. Si queremos hacer este recorrido a pie, nos llevará algo más de media hora y todo cuesta arriba. Otra opción es coger un taxi por alrededor de 6 euros. La estación de ferrocarril de Elvas forma parte de la Línea del Este que parte de Abrantes. Si queremos visitar Elvas desde Lisboa en tren disponemos de siete trenes diarios que realizan el recorrido en unas tres horas y media con un precio que ronda los 20 euros de media. La conexión con Évora a través del ferrocarril también es excelente con cuatro trenes diarios que hacen el viaje en no más de 1 horas y 45 minutos y por un precio de unos 12 euros.
¿Dónde alojarse en Elvas?
Además de para conocer la propia ciudad, alojarse en Elvas permite descubrir los muchos atractivos que tiene el Alto Alentejo. Évora es el destino más popular de la región, pero no podemos olvidarnos de la ciudad amurallada de Estremoz, el encanto entre naranjos de Vila Viçosa y el fascinante crómlech de Los Almendros, por poner solo tres ejemplos. Elvas tiene una interesante oferta hotelera donde sobresale el hotel Dom Luís, un clásico de la ciudad. Sus instalaciones son modernas y adaptadas a los nuevos tiempos y ofrece además unas privilegiadas vistas de uno de los monumentos imprescindibles que ver en Elvas, el Acueducto de Amoreira.
El hotel Vila Gale Collection Elvas, el SL Hotel Santa Luzia y una alternativa más alejada del centro y con un carácter más rural como la Quinta de Santo Antonio, son otras opciones interesantes para alojarse en Elvas.
Guía completa con lo que ver en Elvas en un día
Un día es suficiente para hacer un recorrido por todo lo que ver en Elvas sin miedo a dejarse casi nada en el tintero. Incluso podemos optar por la fórmula más libertaria para conocer la ciudad: perderse por ella. Caminar por callejuelas empedradas con casas uniformadas de inmaculada cal y ribetes de color crema. Un laberinto donde las hortensias y los geranios usan el fondo blanco de las fachadas para lucir con más fuerza. Un entramado urbano no exento de decadencia donde de repente aparece una carnicería tradicional donde venden lomos embuchados abrigados con laurel y, un poco más adelante, una pequeña tienda donde despachan delicias de ciruela. Calles por las que circulan los coches a su libre albedrío.
Praça da República e igreja de Nossa Senhora da Assunçao
Aunque optemos por la más que recomendable opción de perdernos por Elvas, será complicado comenzar a ‘descarriarse’ sin pasar por la praça da República. Es el centro neurálgico de la ciudad y la puerta a su casco histórico. Elvas también ha sucumbido a la moda de instalar un mural con el nombre de la ciudad para regocijo de los aficionados a las fotografías previsibles. En este caso admitimos pulpo como animal de compañía. La perspectiva desde las cinco letras y el corazón que componen el mural de Elvas es extraordinaria. Permite incluir en el encuadre a toda la plaza con la imponente igreja de Nossa Senhora de Assunçao al fondo. No se puede pedir más.
Después de pasar por la oficina de turismo que se encuentra en la propia praça da República es imprescindible entrar en un templo que ahora es iglesia, pero que en su día fue catedral. Concretamente hasta finales del siglo XIX, cuando Elvas dejó de tener Diócesis propia y pasó a depender de la de Évora. Precisamente la igreja de Nossa Senhora da Assunçao tiene similitudes con la catedral de Évora. Ambos son templos fortificados que bien podrían ser castillos más que iglesias. En el caso de Elvas, fue diseñada por Francisco de Arruda a principios del siglo XVI. Destacan los detalles manuelinos de la portada sur y el valioso órgano del siglo XVIII que hay en su interior. La entrada es gratuita y desde la iglesia se accede al interesante Museo de Arte Sacro ubicado en la anexa Casa do Cabildo.
Castillo de Elvas
Ascendemos por las callejuelas empedradas de Elvas donde nos encontramos fachadas encaladas que se convierten en auténticas jardineras desde las que brotan todo tipo de plantas ornamentales. En la parte alta del casco histórico se levanta poderoso el castillo de Elvas (2 euros la entrada). Su origen es musulmán, pero posteriormente fue reconstruido por los reyes portugueses Dionisio I y Juan II en los siglos XIII y XV, respectivamente.
Lo mejor del castillo son las vistas que ofrece del entorno de Elvas y del Forte da Graça. Una árida campiña que en primavera comenzaba a lucir de un color verde esperanza como contraste con las construcciones blancas de la ciudad. Todo un soplo de aire fresco.
Cementerio de los Ingleses
Una de las ventajas de perderse por Elvas es que te topas con sorpresas que no contemplabas en tu itinerario inicial. Nos ocurrió con el Cementerio de los Ingleses. Completamente solos recorrimos este inmenso remanso de paz donde se rinde homenaje a los soldados que lucharon codo con codo con Portugal durante la invasión napoleónica. Hablábamos al principio de que la muralla en forma de estrella de Elvas recuerda a las de Almeida y Ciudad Rodrigo. Precisamente todas estas localidades tuvieron que resistir los envites del ejército francés.
En este cementerio, que más que un camposanto parece un huerto para el recogimiento y la relajación, hay cinco sepulturas y varias placas donde se homenaje a los que perdieron la vida en estas tierras durante el cruento sitio de Badajoz y la batalla de La Albuera. Precisamente desde el cementerio se divisa con nitidez la capital pacense, donde Napoleón sufrió una dolorosa derrota durante aquella guerra. Cada mes de mayo, un grupo de británicos acude a Elvas para rendir homenaje a sus compatriotas y dejar algunas flores en esas cinco sepulturas que pertenecen a tres oficiales ingleses y a un matrimonio de esa misma nacionalidad.
Igreja das Dominicas
Estamos acostumbrados a que sencillas iglesias que apenas llamen la atención por su exterior, escondan verdaderas joyas en su interior. El Elvas sucede con la igreja das Dominicas. Cuando caminemos por el largo de San Clara nuestros ojos prestarán más atención al pelourinho o picota que hay junto al templo y al monumental arco de Santa Clara.
Pero por nada del mundo debemos perder la oportunidad de acceder a su interior. Todo un regalo para los sentidos. Columnas de mármol, azulejos del siglo XVII recubriendo las paredes, capillas doradas… Y todo en una planta octogonal que realza la belleza de un templo que debe figurar entre los lugares imprescindibles que visitar en Elvas.
Muralla de la fortaleza de Elvas
Como ocurre con muchas localidades de ‘la Raya’ hispanolusa, Elvas era una plaza estratégica junto al río Guadiana. En manos de los árabes durante medio siglo, fue reconquistada por los portugueses, aunque a partir de entonces se convirtió en objeto de deseo de España. La ciudad sufría ataques continuos y de ahí la necesidad de contar con una muralla casi inexpugnable. Hoy Elvas muestra con orgullo la mayor colección de fortificaciones en baluarte del mundo. Un sensacional entramado diseñado al milímetro que solo se puede ver en su plenitud a vista de pájaro. Porque no solo hablamos de la muralla en forma de estrella que rodea las ciudad, también de los fuertes que, ubicados extramuros, eran una primera barrera defensiva y permitían divisar al enemigo con la suficiente antelación para preparar la defensa.
Como no nos podemos subir en un globo para divisar la fortaleza de Elvas, uno de los mejores lugares para apreciarla a ras de tierra es al oeste de la ciudad donde se encuentran las Portas da Esquina y la coqueta capela Nossa Senhora da Conceição. Esta última llama la atención por sus vivos colores blancos y azules que recuerdan a las iglesias de Angra do Heroísmo, capital de la isla de Terceira en las Azores. Data del siglo XVII y su interior está revestido de unos azulejos que no pudimos contemplar al encontrarse cerrada.
Acueducto da Amoreira
Sin movernos de la avenida 14 de Janeiro sonde divisamos la muralla y la capela Nossa Senhora da Conceição, tendremos las primeras vistas de uno de los símbolos de Elvas, su acueducto. No es ni tan imponente ni conocido como el de Segovia lógicamente, porque no fueron los romanos sus constructores. Data del siglo XVII y tardó en levantarse la friolera de un siglo. El acueducto da Amoreira destaca por sus contrafuertes cilíndricos y trae el agua desde un paraje a siete kilómetros de la localidad para verterla en la fuente de mármol del Largo da Misericórdia. Aunque se contempla con perspectiva desde la avenida 14 de Janeiro, la vista más cercana la disfrutaremos si bajamos a la carretera N4.
Igreja dos Terceiros
El patrimonio religioso de Elvas es extraordinario y otro buen ejemplo es la igreja da Ordem Terceira de São Francisco o, simplemente, igreja dos Terceiros. Suele pasar desapercibida para el visitante y no aparece en muchas guías, pero su visita nos parece imprescindible. Además tuvimos la suerte de contar con un guía extraordinario, Joao Baltazar uno de los franciscanos que están al cuidado del templo que nos llevó por todas sus estancias. La iglesia cuenta con un recargado y dorado altar barroco que deja con la boca abierta. Una pequeña joya que pide a gritos una restauración ya que la humedad está causando estragos.
También destaca el revestimiento de azulejos donde se muestran diferentes pasajes de la vida de San Francisco de Asís. Nuestro particular guía nos llevó también a la sacristía y nos mostró desde el armario con las casullas al pequeño claustro presidido por un pozo y unos cuantos naranjos donde Joao reconocía que se tomaba de vez en cuando una cervecita con total sosiego.
Casa de la Historia Judía de Elvas
En ese discurrir por las calles de Elvas, cuando avanzaba la tarde y los turistas se iban marchando en busca de otros objetivos, llegamos hasta la Casa de la Historia Judía. Un edificio del siglo XVI que pudo formar parte de la antigua sinagoga de la ciudad y que, paradojas del destino, siglos después cumplió la función de carnicería municipal. Y decimos paradojas porque detrás de estos muros se sacrificaban cerdos y se vendía su carne, toda una afrenta para la cultura judía. La demostración de que en este lugar estaba emplazada la sinagoga es que posee doce columnas que podrían corresponder a las doce tribus de Israel.
Se puede visitar de forma gratuita y acoge exposiciones temporales sobre diferentes aspectos del legado judío de la ciudad de Elvas.
Museo de Arte Contemporáneo
Un antiguo edificio de estilo barroco que funcionó como Hospital de la Misericordia alberga el Museo de Arte Contemporáneo de Elvas (2 euros la entrada). En este espacio se programan exposiciones de artistas portugueses modernos cuyas obras pertenecen a la colección privada de António Cachola.
Forte da Graça
De los dos fuertes que se encuentran extramuros tuvimos la oportunidad de visitar el de Graça (5 euros la entrada). Está a tres kilómetros al norte de Elvas y es necesario llegar con nuestro vehículo. Sus voluminosos muros dan una idea de la fortaleza de una construcción que fue restaurada en 2015. Existe la posibilidad de realizar visitas guiadas y desde ella se goza de unas espectaculares panorámicas de Elvas y de la campiña que la rodea.
Forte de Santa Luzia
Al sur del casco histórico de Elvas se levanta el otro fuerte que mencionábamos, el de Santa Luzia (2 euros la entrada). Más pequeño que el de Graça, data del siglo XVII y hoy acoge un museo militar con una interesante exposición de armamento. Dada su situación, huelga decir que las panorámicas que ofrece son excepcionales.
¿Dónde comer en Elvas?
Elvas nos brinda la oportunidad de hacer una incursión en la gastronomía alentejana. Una cocina donde proliferan los guisos de supervivencia donde estaban muy presentes los condimentos y las hierbas aromáticas para que aguantaran lo máximo posible. Platos como las sopas, el estofado de cordero, los guisos con carne de cerdo o el cocido al modo alentejano. Para los que se pregunten dónde comer en Elvas vamos a dar dos opciones que no decepcionan. La primera es la que elegimos nosotros y la segunda es una alternativa muy tradicional recomendada en guías como ‘Lonely Planet’ y por otros blogueros que han visitado la ciudad.
- Restaurante Os Elvenses (Rua de Évora. Elvas). Restaurante tradicional con un comedor abovedado con ladrillos y decoración a base de cribas y otros objetos de las labores del campo del Alentejo. Trato agradable y espacio acogedor para disfrutar de una cocina interesante a precios ajustados. Posee una amplia carta de carnes y pescados con platos que van desde los 7 a los 12 euros. Cuando nosotros acudimos había un menú del día. Pedimos dos medias raciones de bacalao con espinacas y pierna de cerdo al horno con salsa, más que suficientes para dos comensales. Abrimos con una sopa de espinacas El bacalao nos sorprendió porque es una receta que no habíamos probado nunca. Está basado en el tradicional bacalao a brás, pero en lugar cebolla se emplean espinacas. Precio medio por persona: 13 euros.
- Adega Regional (Rua Joao Casqueiro. Elvas). Pequeña tasca tradicional muy apreciada por los locales, algo que siempre es un apuesta a caballo ganador. La carne de cerdo tiene un especial protagonismo con recetas como la pluma de ibérico. También elaboran buenos platos a base de marisco. Al igual que ocurre con Os Elvenses, disponen de menú diario a un precio muy ajustado. Precio medio por persona: 15 euros.