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Conocido injustamente como la «Venecia portuguesa», Aveiro conquista al visitante por sus canales, callejuelas, plazas y jardines que en verano se llenan de vida. Aunque no tiene costa, a solo diez kilómetros cuenta con las inmensas playas de Costa Nova y Barra. En esta guía con todo lo que ver en Aveiro encontrarás información sobre sus visitas imprescindibles, además de consejos sobre dónde alojarte y los mejores restaurantes para conocer su apreciada gastronomía
Nos provoca rechazo escuchar que Aveiro es la ‘Venecia portuguesa’. Tener canales no te convierte en la bellísima ciudad italiana de golpe y porrazo. Ámsterdam y Brujas los tienen y nadie las cataloga como las ‘venecias’ holandesa y belga. Aveiro es Aveiro. Viajar a este enclave de la costa atlántica portuguesa con esa idea errónea es garantía de decepción. Venecia solo hay una y, sinceramente, Aveiro no se parece en absolutamente nada. Sus mal llamados canales no son tales. Simplemente es la ría que se introduce con timidez en la ciudad dejando un único canal que la recorre de este a oeste.
Por estas aguas saladas navegan a modo de atracción turística los moliceiros. Embarcaciones de madera que algunos las confunden con góndolas, pero que no tienen absolutamente nada que ver. Su origen es mucho menos romántico. Sus función era recoger las algas que se acumulaban en la ría de Aveiro para que posteriormente sirvieran como abono para el campo. Hay que apuntar que la tierra que se extiende desde la ciudad hasta sus playas no existía hace solo mil años. La fuerza del Atlántico fue depositando arena que hizo ganar terreno al océano en una formación asombrosa que hoy se ha convertido en tierras de cultivo, puertos y zonas urbanas. El problema es que esa tierra no deja de ser arena de playa y para que sea fértil es fundamental abonarla. De ahí las algas. Hoy Aveiro es una ciudad dinámica que en verano late con fuerza. Coqueta, accesible y con una gastronomía de primer nivel, se convierte en ideal para una escapada de fin de semana.
Qué ver en Aveiro. Los imprescindibles
Para los salmantinos Aveiro es la ‘playa de Salamanca’. Y eso que sus dos arenales más conocidos pertenecen a la ciudad vecina de Ilhavo. Pero Aveiro es algo más que tumbarse sobre la arena y zambullirse en el furioso Atlántico. Cuando recogemos la toalla, la sombrilla y el paravientos es recomendable hacer un recorrido por la ciudad coincidiendo con el atardecer.
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Paseo junto a la ría y puente de Carcavelos
Uno de los planes imprescindibles que hacer en Aveiro es caminar por el paseo que se extiende junto a la ría. Al oeste se encuentra la zona de reciente construcción que llega hasta el hotel Meliá Ría y la antigua fábrica de cerámica Jerónimo Pereira, un imponente edificio en ladrillo que se ha rehabilitado para acoger un centro de Formación Profesional.
Al otro extremo del canal que conduce la ría y en paralelo a la autovía que llega desde España, aparecen antiguos almacenes y casas de madera que se han ido transformando en restaurantes de diseño y bares con encanto. Todo ello le ha dado un nuevo aire a este decadente espacio. Allí se encuentra el puente de Carcavelos, una monada en madera (muy veneciana por cierto) que es uno de los principales atractivos que nos muestra el moliceiro durante un paseo en su embarcación.
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Plaza del Mercado do Peixe, corazón de la ciudad
Otro de los atractivos de Aveiro son la callejuelas de su casco histórico, muchas de ellas por suerte cerradas al tráfico. Todas ellas desembocan en un mismo lugar: la plaza del Mercado do Peixe. Es el lugar donde se puede comprar por las mañanas el pescado fresco que llega desde las costas de Costa Nova y Barra. Una gran lonja repleta de actividad y de evocador olor a pescado. Pero cuando cierra el mercado, la plaza cambia completamente de cara. Los bares sacan sus terrazas y la música comienza a sonar. Un lugar repleto de ambiente que vértebra una ciudad que se va extendiendo por pequeñas callejuelas impecablemente pavimentadas por esos artistas llamados calceteiros.
Iglesias de la Vera Cruz y São Gonçalinho
Aveiro no es demasiado pródiga en arquitectura religiosa, pero no cuesta nada hacer una breve parada en sus pequeños templos y en su discreta catedral. En el casco histórico podemos ver la iglesia de la Vera Cruz y su fachada blanca inmaculada decorada con dos composiciones de azulejos que relatan pasajes bíblicos. La capilla hexagonal de São Gonçalinho es un lugar de visita obligada para los que tengan problemas óseos y maritales, ya que este santo es bastante avezado en solucionar estos entuertos.
Catedral de São Domingos
Fuera del centro histórico de Aveiro se encuentra la catedral de São Domingos. Formaba parte de un convento dominico que guardaba con celo una cruz de piedra de Santa Domingo. Lo más llamativo es que la fachada cuenta con dos pares de pilastras dóricas que sostienen las figuras alegóricas de la fe, la esperanza y la caridad. Ya en su interior sobresale el retablo de piedra caliza del siglo XVI procedente de Coímbra que representa la Visitación y donde se puede ver la cruz que antes mencionábamos. Tiene un bonito panelado azulejos del siglo XVIII.
Museos de Aveiro
Los aficionados a la pintura tienen una parada obligada en el Museo Santa Joana de Aveiro . Su principal benefactora fue Joana, la hija del rey Alfonso V. Gracias a ella se puede contemplar una gran colección de pintura de entre los siglos X y XV. Pero no sólo importa el contenido, sino también el continente. El museo está ubicado en el antiguo Monasterio de Jesús.
El arte moderno tiene su espacio el Museo do Aveiro Arte Nova. Aquí también el continente importa y mucho. Está enclavado en el más bello edificio ‘art nouveau’ de Aveiro y no se sorprendan si al entrar crean que se han confundido con una cafetería. En la planta baja efectivamente hay un café y en las altas se encuentran las salas de exposiciones.
Estación de ferrocarril
La de Aveiro es una de las estaciones de ferrocarril más bonitas que ver en Portugal gracias a su fachada de azulejos policromados donde se representan diferentes escenas regionales obra de Francisco Pereira y de Licínio Pinto. Las vendedoras de pescado, el pescador, los campesinos de Aveiro… Son algunas de las actividades que se lucen en los diferente paneles de colores azul y blanco. Esta estación es una de las paradas de la Linha do Norte que une Valença do Minho con Lisboa,
Centro comercial Forum Aveiro
Aveiro tiene además un interesante centro comercial abierto llamado Forum que ofrece otro plan diferente de compras junto a la ría. Cuenta con tiendas de las principales marcas y en el piso superior se encuentra la zona de restauración. Eso sí, con la suculenta oferta gastronómica que tiene Aveiro es mejor resistirse a la ‘tentación’ de acabar comiendo en un impersonal restaurante de un centro comercial.
Las playas de Aveiro
A poco más de diez kilómetros de Aveiro y tras realizar un cómodo viaje por autovía, llegamos a las consideradas como «playas de Aveiro». Como apuntábamos en realidad pertenecen al municipio de Ilhavo, pero tradicionalmente se han adjudicado a la ciudad de los canales. La más coqueta es Costa Nova. En la manga que se extiende entre la ría y el Atlántico se pueden ver decenas de casas de colores a rayas verticales que se han convertido en el símbolo de este enclave. Eran antiguos almacenes de pescaderos que con el paso del tiempo han ido adquiriendo valor y ahora son casas particulares, tiendas y restaurantes. La playa es un inmenso arenal separado por diques donde el viento sopla de lo lindo, el oleaje suele ser fuerte y uno de los mejores planes es pasear por su fina arena.
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La playa de Barra es visualmente menos atractiva. Sólo destaca su gran faro rojiblanco. Con 60 metros de altura, es el más alto de Portugal y uno de los mayores de Europa. Junto a él se encuentra una pequeña playa abrigada por diques y contigua al puerto de Aveiro. Es ideal para acudir con niños ya que no hay oleaje y el agua es limpia y tranquila. Eso sí, está igual de fría que en el resto de esta costa. Desde el puerto de Barra podemos tomar un barco que nos lleva hasta las dunas de Sao Jacinto, una reserva natural donde podemos pasear por un frondoso bosque de pinos y coníferas, sentirnos en el desierto en un medio de un fascinante paisaje dunar y tomar un baño en el Atlántico. En este documento tienes los horarios de los ferris que comunican el puerto de Barra con las dunas de Sao Jacinto.
Cómo llegar a las playas de Aveiro
Desde Aveiro se puede llegar a sus playas cómodamente en coche. Eso sí, en temporada alta se aparca mucho mejor en Costa Nova que en Barra. Existe también un servicio de autobús que sale cada hora de la rua Clube dos Galitos de Aveiro (2,50 euros ida y 4 euros ida y vuelta). Asimismo también podemos hacer los poco más de diez kilómetros que separan Aveiro de sus playas en bicicleta y que existe un carril bici que va en paralelo a la autovía. El alquiler de bicicletas en Aveiro es gratuito (tan sólo hay que dejar un documento de identificación) y la oficina está en el mapa que veis en el mapa inferior.
¿Dónde alojarse en Aveiro?
Llevamos una década viajando casi de forma ininterrumpida a Aveiro en verano. Son pocas las veces que hemos faltado a la cita y además solemos cambiar de hotel en cada visita. La ciudad cuenta con una oferta muy variada y de calidad que sigue creciendo con alojamientos más novedosos tipo ‘guesthouse’ y ‘bed and breakfast’. Te recomendamos la web quehoteles donde podrás encontrar diferentes alojamientos a los mejores precios.
El hotel más moderno y lujoso es sin duda el Meliá Ría. Destaca por su rompedor diseño y está ubicado junto a una zona ajardinada y de nueva construcción que se ha convertido en un pulmón verde de la ciudad. Cuenta además con un amplio aparcamiento gratuito en la explanada que hay delante de su fachada. Se encuentra a diez minutos caminando del centro de Aveiro y el problema es que sus precios se han incrementado año a año al mismo tiempo que aumentaba el tirón turístico de la ciudad.
El hotel As Américas ubicado junto a la avenida principal de la ciudad y cerca de la estación de ferrocarril es una de las mejores opciones por su excelente relación calidad-precio. Destaca también el hotel Aveiro Palace, el mejor ubicado de todos. Un clásico reformado que regala las mejores vistas de la ría y los moliceiros. El hotel Afonso V está algo más alejado del centro y sus habitaciones son más antiguas, pero muy cómodas y con un precio muy competitivo. Estas son algunas ofertas para alojarse en Aveiro y sus playas.
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Comer en Aveiro con un sello tradicional
Cualquier recorrido por todo lo que ver en Aveiro que se precie debe reservar un capítulo importante a la gastronomía. La ciudad lusa es una de las mejores para saborear la esencia de la cocina marinera portuguesa. Desde el omnipresente bacalao, pasando los arroces caldosos con marisco y las ‘caldeiradas’ hasta llegar al pescado fresco a la brasa. Un amplio muestrario de platos de precisa factura a unos precios asequibles. Además Aveiro se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos con propuestas gastronómicas más arriesgadas que beben de la cocina tradicional, algunas de las cuales se sitúan en los antiguos almacenes de sal ubicados junto a la ría y el puente de Carcabelos. Vamos repasar algunas de las opciones para comer en Aveiro y poner la rúbrica a una escapada perfecta.
🍽️ O Telheiro (Largo da Praça do Peixe 20-21). Un clásico presente en cualquier guía con todo lo que ver en Aveiro. Nosotros lo llevamos visitando desde hace una década y no nos cansamos de saborear su especialidad, el bacalao con natas. Servido en su cuenco de barro y gratinado al horno de leña. Está situado en el centro neurálgico de Aveiro y es una tasca tradicional donde el servicio es lento y la atención, en ocasiones, un poco cortante. Pero todo merece la pena para probar especialidades como el mencionado bacalao, el pulpo, los langostinos o el arroz. Precio medio: 15-18 euros.
🍽️ Salponente (Antigo Cais de S. Roque 83). Uno de los restaurante emergentes para comer en Aveiro que está cautivando a la crítica gastronómica más exigente es Salponente. Algunos incluso aseguran que más pronto que tarde será galardonado con una estrella Michelin. El chef Duarte Eira ha convertido un antiguo almacén de sal ubicado junto a la ría (los tradicionales ‘palhos’ o ‘palheiros’) en un restaurante moderno, acogedor y sofisticado. Le da una vuelta de tuerca a platos tradicionales elaborados con bacalao y a los arroces caldosos con marisco. Posee varios menús degustación y una carta muy sugerente. Va a dar mucho de qué hablar. Precio medio: 30 euros.
🍽️ O Batel (Rua do Tenente Rezende 21). Escondido en una callejuela próxima a la plaza del Mercado do Peixe se encuentra este coqueto restaurante que emula el casco de un barco. TCon muy pocas mesas y un trato muy cercano y amable, O Batel explota la calidad del producto en recetas tradicionales y muy cuidadas. Doradas y lubinas pescadas a caña a la brasa, lomos de bacalao ‘a lagareiro’ donde cada lasca es un regalo divino y arroces caldosos con marisco abundante. Están justificados sus precios más elevados. Precio medio: 30 euros.
🍽️ O Legado de Ria (Rua Trindade Coelho 11). Nosotros lo llamamos el ‘restaurante comodín’ para comer en Aveiro. Cuando otros que nos han interesados estaban llenos y no daban mesa hemos acudido a este lugar que destaca por unos precios ajustados a la hora de comer pescado fresco. Recomendamos la lubina a la parrilla y la espetada mixta de calamares y sepia. Restaurante correcto, con una calidad aceptable y un trato adecuado. Precio medio: 15 euros.
🍽️ Clube de Vela de Costa Nova (Av. José Estevão. Playa de Costa Nova). Salimos de Aveiro rumbo a sus playas para hacer una recomendación en Costa Nova. Hablamos de otro clásico al que también hemos acudido siempre que hemos visitado la zona. Recientemente ha cambiado de gerencia y también de filosofía. Mantiene la apuesta por los productos del mar con un mayor peso para el pescado fresco del día al peso. Han retirado de la carta uno de nuestros platos favoritos, el bacalao a brás, pero siguen elaborando unas deliciosas almejas de la ría, por ejemplo. Los arroces caldosos también son una opción muy recomendable. Han subido ligeramente los precios, pero el trato y la ubicación son excepcionales. Precio medio: 25 euros.