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A poco más de una hora de Lisboa, Óbidos es una de las localidades amuralladas más bellas de Portugal. Mucho más turística que cualquiera de las Aldeias Históricas, destaca por un cuidado casco histórico en el que perderse entre calles empedradas, fachadas de color amarillo y azul, pequeñas capillas y numerosas librerías. Su imponente castillo domina el perfil urbano de una villa donde es imprescindible probar su ginja en copa de chocolate. Te contamos todo lo que ver en Óbidos en un día gracias a un apasionante viaje en el tiempo al Medievo
Un paseo por las murallas de Óbidos ayuda a entender el magnetismo de una villa que ya enamoró profundamente en el siglo XIII a Isabel de Portugal, esposa del rey Dinis I. Óbidos fue el regalo de bodas para la consorte nacida en Zaragoza y convertida en santa. Desde entonces y hasta el siglo XIX la realeza lusa estuvo vinculada a esta localidad. Su cercanía con Lisboa hace que cada año sea visitada por miles de personas, especialmente en los meses de verano. Nosotros nos dejamos caer durante una Semana Santa donde la afluencia de turistas era importante, pero no agobiante. No son demasiados los que se suben a las murallas y ahí tuvimos los momentos de mayor intimidad para asomarnos a un laberíntico trazado urbano diseñado por los musulmanes y que hoy está configurado por casas encaladas decoradas con vivos colores azules y amarillos, bonitas capillas y un buen número de librerías con mucho encanto.
Cómo llegar a Óbidos
En coche. La villa de Óbidos se encuentra muy bien comunicada al estar ubicada junto a la autovía A8 (Leiria-Lisboa). Poco más de una hora la separa de la capital portuguesa en un viaje que se realiza por la mencionada A-8. El viaje desde Oporto se prolonga durante algo más de dos horas, pero también completamente por autovía. La capital española más próxima es Badajoz, cuyo viaje supone casi tres horas.
En tren. Llegar a Óbidos en tren es muy cómodo ya que cuenta con una estación de ferrocarril ubicada a solo diez minutos caminando del castillo. Existen varias conexiones con Lisboa. Las directas unen la estación de Sete Rios con Óbidos en tren InterRegional (1:45 minutos a 9,30 euros el billete) y en tren Regional (algo más de dos horas a 8,45 euros el billete). Para viajar a Oporto la cosa se complica porque hay que realizar al menos dos trasbordos y la duración del trayecto no baja de cinco horas.
En autobús. Los buses que llegan a Óbidos hacen su parada junto a la Porta da Vila, la entrada principal al recinto amurallado. Hay conexiones habituales con Peniche (40 minutos a 3,15 euros el billete) y cada hora a Lisboa (65 minutos a 8,15 euros el billete).
Excursiones desde Lisboa. Otra buena opción para llegar a Óbidos es contratar una excursión de un día desde Lisboa con Civitatis. Existe la opción de combinar Óbidos y Nazaré y también de añadirle una parada en Fátima.
¿Dónde aparcar en Óbidos?
Para hacer un recorrido por todo lo que ver en Óbidos hay que olvidarse completamente del vehículo. La villa tiene la suerte de contar con varios aparcamientos fuera del recinto amurallado. Aunque en temporada alta pueden llegar a completarse, lo normal es que encontremos plaza sin problemas. El aparcamiento de la Caixa Geral de Depósitos es gratuito, muy amplio y con suelo de tierra. Un poco más al sur se encuentra el parking del Acueducto de Óbidos, de pago, muy barato, también de tierra y gestionado por los Bombeiros Voluntarios (los precios varían entre los 0,40 euros de una hora a los 2,50 euros de las cinco horas). Justo enfrente está el aparcamiento de Óbidos, asfaltado, no demasiado caro y ubicado junto a la oficina de turismo.
Los que viajen en camper o autocaravana tienen junto a estos aparcamientos y pegado al acueducto una pequeña área de estacionamiento. Tiene un precio de 2 euros por vaciar y llenar y de 6 euros por estacionar y pernoctar entre las 17:00 y las 9:00 horas. El resto del día el aparcamiento es gratuito. El punto negativo es que las zonas de sombra brillan por su ausencia.
Ruta por todo lo que ver en Óbidos en un día
Una vez que flanqueamos la Porta da Vila, Óbidos nos propone un auténtico viaje en el tiempo por su trazado laberíntico. Lo mejor es perderse sin rumbo fijo ya que, tarde o temprano, acabaremos encontrado todos los lugares que visitar en esta localidad que, en días soleados, tiene una luminosidad deslumbrante.
Murallas y Porta da Vila
Uno de los principales encantos que tiene Óbidos es su muralla. Fue levantada durante la ocupación musulmana y se sometió a diversas restauraciones en los siglos posteriores. Es aconsejable subir a lo alto de la cerca y recorrerla al completo. Es un paseo de solo 1,5 kilómetros en el que habrá que tener precaución. No existe ningún tipo de barandilla y el adoquinado es un tanto irregular. No lo aconsejamos para niños pequeños ni tampoco para los que sufran vértigo. Por este motivo apenas coincidimos con otros visitantes durante el recorrido y gozamos de los momentos de más soledad de nuestra visita a Óbidos.
Desde las murallas se aprecia la cautivadora silueta urbana de la villa donde los tejados rojos contrastan con las fachadas encaladas. Una auténtica gozada.
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El recinto amurallado cuenta con varias puertas donde destaca por encima de todas la Porta da Vila. Está revestida de los clásicos azulejos portugueses donde se representan pasajes bíblicos como Jesús en el Huerto de los Olivos. La puerta está coronada con una inscripción en honor a la Virgen, mandada colocar por el rey João IV en agradecimiento a la protección que le dio durante la restauración de la independencia de Portugal en 1640.
Castelo de Óbidos
Aunque lo colocamos como el segundo lugar que ver en Óbidos, lo normal es dejarlo para el final. Todo tiene una explicación. Si la visita arranca por la Porta de la Vila, el Castelo cae en la punta opuesta. Su silueta siempre estará presente, pero el acercamiento a sus muros será el mejor colofón a la visita.
Su origen es romano, posteriormente sirvió como fortificación y durante el reinado de Manuel I se transformó en palacio. Se trata de una construcción sobria, pero imponente. Su altura, unida a sus torres y almenas, lo convierte prácticamente en un bastión inexpugnable y en uno de los castillos mejor conservados de Portugal. En 2007 fue elegido como una de las Siete Maravillas del país y, al igual que ocurre con otros castillos como el de Estremoz, actualmente alberga un ‘pousada’ de lujo.
Acueducto
Cuando dejemos el coche en cualquiera de los aparcamientos de Óbidos será imposible pasar por alto la presencia del acueducto de la localidad. Este conducto de agua está formado por sobrios arcos y se extiende a lo largo de 3 kilómetros. De hecho, si nos apetece, es posible dar un paseo por la calzada habilitada junto a él. Data del siglo XVI y fue levantado gracias a la iniciativa (y los fondos) de la reina Catarina de Austria, esposa del rey João III.
Igreja de Santa Maria
Es la iglesia principal de Óbidos. Data del siglo XII, pero durante la invasión musulmana se sabe que ese lugar lo ocupó una mezquita. Además de su magnífica portada con columnas renacentistas, destaca su interior donde sobresalen los azulejos que decoran las paredes y las obras de la pintora Josefa de Óbidos. Aconsejable fijarse en la ‘Piedad’ esculpida por Jean de Rouen y en la tumba renacentista de João de Noronha y de su esposa Isabel de Sousa, tallada posiblemente por el francés Nicolau Chanterène.
Igreja de São Pedro y capela de São Martinho
Prácticamente pegados, la igreja de São Pedro y la capela de São Martinho son otros interesantes templos que ver en Óbidos. El primero es de origen medieval, con restauración posterior en el siglo XVI. Sufrió graves deterioros en el terremoto de 1755. Destaca por su magistral retablo barroco de maderada dorada.
La capela de São Martinho es un templo funerario con tres tumbas en su interior. A pequeña escala, sus motivos arquitectónicos recuerdan al monasterio de Alcobaça. Atención al bello pórtico ojival con capiteles vegetales que da acceso a la capilla.
Museu Municipal
Muy cerca de la igreja de Santa Maria se encuentra una casa solariega del siglo XVIII que alberga el Museu Municipal de la localidad. Entre las obras que se exponen destacan una ‘Piedad’ en piedra policromada del siglo XVI, diversos cuadros de la mencionada Josefa de Óbidos y un ‘Calvario’ atribuido a Quentin Massys.
HORARIO
De martes a domingo de 10:00 a 13:00 horas y de 14:00 a 17:00 horas
PRECIO
1,50 euros.
Rua Direita, sus tiendas de chocolate y la ‘ginjinha’
Es la calle que vertebra el casco histórico de Óbidos. Una vía empedrada y muy coqueta con un extraordinario ambiente. Pasear por ella es todo un chute de optimismo. Detrás de las fachadas encaladas, decoradas con dinteles de vivos colores, flores y faroles, se esconden numerosas tiendas de artesanía, licores y chocolate. La Rua Direita es un hervidero de visitantes que no pueden resistir la tentación de probar la tradicional ginjinha de Óbidos. Se trata de un licor muy dulce elaborado a base de guindas que se sirve en una copa de chocolate. Un pecado venial. Por cierto, el nombre de Rua Direita viene porque era (y lo sigue siendo) el camino más directo que lleva hasta el castillo.
Igreja de São Tiago (Livraria de Santiago)
La Rua Direita desemboca en una iglesia que antecede al castillo. Cuando entramos pensando que se trata de un templo más que visitar en Óbidos, llega la sorpresa. En lugar de bancos, imágenes de santos, púlpitos y pilas bautismales encontramos libros. La igreja de São Tiago acoge la Livraria de Santiago. Es solo una de las muchas que hay en esta ‘mini ciudad del libro”, pero sin duda la más llamativa.
Esta iglesia del siglo XII, pero reedificada por completo tras el terremoto de 1755, servía como una especie de albergue para los peregrinos que acudían a Santiago de Compostela. Tras décadas en el abandono, fue transformada en una librería que hace las delicias de todos aquellos que visitan Óbidos.
Santúario do Senhor Jesus da Pedra
Un kilómetro al noreste del centro de Óbidos se encuentra el Santuario do Senhor Jesús da Pedra. Está considerado uno de los principales templos barrocos de Portugal. Se levantó a mediados del siglo XVIII y llama la atención por su planta hexagonal asentada sobre un círculo a la que se le unen tres cuerpos (dos torres y la sacristía). En su interior se encuentra una cruz paleocristiana de piedra que cuenta con gran devoción en la zona y que convierte al santuario en un importante centro de peregrinación.
Hoteles en Óbidos
Tener el honor de ser uno de los pueblos más visitados de Portugal a obligado a Óbidos a contar con una extensa oferta de alojamientos, algunos de los cuales muy atractivos. El mejor en cuanto a relación calidad-precio es el Josefa d’Óbidos hotel. Está ubicado a las puertas del recinto amurallado y ha sido reformado recientemente. Destaca por su generoso desayuno.
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Otros dos hoteles con precios ajustados, pero buenas críticas son el Exe Vila d’Óbidos, situado a dos kilómetros del centro histórico y que cuenta con spa; y el hotel Louro, más cerca del casco antiguo con piscina al aire libre y habitaciones sencillas, pero cómodas y limpias. Una opción más elitista, pero muy sorprendente, es el Literary Man, enclavado en un antiguo convento y que apuesta por el concepto de hotel literario, donde la recepción es al mismo tiempo un bar y una biblioteca.
Comer en Óbidos
Como la visita a la ciudad la hicimos a primera hora de la mañana, nos fuimos de ella sin comer. Eso no impide que os recomendemos un par de tascas tradicionales con precios moderados en base a la opinión de otros visitantes.
- Jamon Jamon (R. da Biquinha. Óbidos). Muy cerca de la oficina de turismo se encuentra esta pequeña tasca con apenas siete mesas y con decoración tradicional donde sirven buenos platos caseros que cambian cada día. Cada uno de ellos no supera los diez euros, por lo que es una opción a tener muy en cuenta.
- Senhora da Pedra (Largo do Santuario. Óbidos). Hay que salir del casco histórico de Óbidos para encontrar esta tasca que pasa desapercibida. Se encuentra justo detrás del santúario do Senhor Jesus da Pedra (de ahí su nombre). Precios ajustados, raciones abundantes y trato cercano. No se puede pedir más. Preparan con acierto, entre otros platos, el bacalao a la brasa y los lombinhos de tamboril. Los postres, todos ellos caseros, deliciosos.
ℹ️ LUGARES QUE VISITAR CERCA DE ÓBIDOS
👉 Santarem, la capital del gótico portugués