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Animada, con un casco histórico notable, muy cerca de la costa y con una gastronomía (cómo no) para chuparse los dedos. Leiria es una ciudad desconocida para el viajero español, pero a tener muy en cuenta para los que quieren ir más allá de los destinos más trillados del país luso. En la décimo tercera urbe más poblada de Portugal pasamos cuatro días muy intensos que os relatamos en este post con todo lo que ver en Leiria y alrededores
Aunque a priori pueda parecer una ciudad de segunda o tercera fila muy a la sombra de los grandes epicentros turísticos de Portugal, Leiria presume de haber escrito algunas páginas de excepción en la historia del país. Y nunca mejor dicho lo de escribir porque en esta ciudad situada a orillas del apacible río Lis se levantó la primera fábrica de papel en 1411 gracias a la comunidad judía. En su imponente castillo, muy diferente al resto de fortalezas que se pueden ver en el país, residió el rey Dinis y antes el rey Afonso III convocó las cortes. En los años 60 del siglo pasado Leiria fue un referente en la industria del plástico y hoy es una ciudad muy agradable para visitar en un par de días o prolongar la estancia para recorrer desde allí los formidables conventos de Alcobaça, Batalha y Tomar, además del santuario de Fátima y la propia costa atlántica de la que dista media hora.
Cómo llegar a Leiria
En coche. Leiria se encuentra en una ubicación estratégica muy cerca de la autopista A1 (Lisboa-Oporto) de las autovías A8 (Leiria-Lisboa por Caldas da Rainha) y A19 (variante de Batalha). Está a solo hora y media de la capital portuguesa y a una hora y 45 minutos de Oporto. Coímbra está a solo 50 minutos.
En tren. Leiria cuenta con estación de ferrocarril que se ubica en la línea del Oeste que conecta Figueira da Foz con Agualva-Cacém. Eso impide que tenga una conexión directa con Lisboa y obligue a hacer varios trasbordos. El viaje más corto entre la capital portuguesa y Leiria no baja de las tres horas y media.
En autobús. Las empresas Rodotejo y Rede Expressos operan desde su céntrica estación de autobuses. Ambas ofrecen varios servicios diarios a puntos cercanos como Batalha, Alcobaça, Coímbra, Fátima y Nazaré. El viaje a Lisboa es de solo dos horas, por lo que compensa más hacerlo en bus que en tren.
Hoteles en Leiria
En nuestro viaje de cuatro días a Leiria nos alojamos en el hotel Eurosol Leiria Jardim, ubicado a diez minutos caminando del centro. Es un hotel con algunos años encima, pero bien equipado y con habitaciones confortables. El desayuno variado y lo mejor es que tiene un parking privado exterior gratuito. También posee una piscina exterior, gimnasio y sauna. La experiencia fue muy buena y además nos pusieron una cuna para Alejandro sin coste añadido.
Leiria es una ciudad que cuenta con una variada oferta hotelera por lo que tampoco pierdas de vista otras opciones.
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Los 12 imprescindibles que ver en Leiria
Leiria es una ciudad que se puede recorrer perfectamente en un par de días. Eso sí, en sus alrededores hay numerosos atractivos que van desde el patrimonio a las playas pasando por rutas de senderismo en plena naturaleza.
Museu de Leiria. Convento de Santo Agostinho
Como era el punto de interés más cercano a nuestro hotel y a la tasca donde comimos el primer día (de ella hablaremos a su debido tiempo) comenzamos el recorrido por todo lo que ver en Leiria por el museo más importante de la ciudad ubicado en el antiguo convento de Santo Agostinho. Al adquirir la entrada nos dijeron que había un combinado para visitar los tres espacios de pago de la ciudad (el propio museo, el M|i|mo y el castillo). En cada uno de ellos y en los museos o monumentos gratuitos te ponen un sello para completar un particular pasaporte de Leiria.
El Museu de Leiria es muy ecléctico. A través de varias salas se explica la historia de la ciudad desde la prehistoria hasta nuestros días. También acoge exposiciones temporales, una notable colección de arte sacro y algunas obras del artista local Lino Antonio. Nos gustó la amabilidad del personal que se afanó para disfrutáramos al máximo de la visita.
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Moinho de Papel
Como apuntamos al inicio, Leiria tuvo el honor de acoger la primera fábrica de papel de Portugal. Tras ser descubierto en China en el año 105, llega a la península ibérica vía Marruecos en 1150 hasta Xátiva. Pero no fue hasta 1411 cuando se fundó el primer molino de papel en territorio luso gracias al impulso de los judíos que residían en Leiria. El lugar que ocupó la fábrica, donde también se molió cereal y que fue lagar de aceite en otro periodo de la historia, repasa los diferentes momentos de la fabricación del papel mientras debajo de nuestros pies escuchamos el sonido del río Lis. Junto al molino hay un agradable parque y una cascada.
Castillo de Leiria
Es el monumento más relevante que ver en Leiria. Encaramado en lo alto de un monte, es visible desde casi toda la ciudad. Espectacular la panorámica que tuvimos de él desde el octavo piso de nuestro hotel, donde se servían los desayunos. Además, como acudimos en el puente de la Constitución y la Inmaculada, ya estaba iluminado para Navidad.
Fundado en el siglo XII por el primer rey de Portugal, Afonso Henriques, jugó un papel muy importante al estar a medio camino entre Coímbra y Santarem. Fue reformado y ampliado durante el reinado de Dinis para convertirlo en su residencia. Cuando se contempla desde la parte baja de la ciudad, parece imposible llegar hasta él, pero no es nada complicado. Desde la Catedral sale un ascensor que en dos tramos llega a las inmediaciones del castillo. Otra opción es subir por el elevador que parte del aparcamiento del bonito estadio Dr. Magalhaes Pessoa, construido con motivo de la Eurocopa de 2004.
Las estancias visitables del castillo son la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, de origen románica, pero totalmente rehabilitada. Destaca el ábside poligonal y un arco manuelino que se trajo en 1920. El palacio que albergó el castillo durante su época de residencia real destaca por una terraza con seis arcos neogóticos desde donde se contemplan unas formidables panorámicas de Leiria. Es sin duda el rincón más instagrameable, no solo del castillo, sino de toda la ciudad. La torre del Homenaje, también con buenas vistas, y el recorrido por las murallas, completan una visita que se puede completar en una hora.
M|i|mo
Si subimos al castillo desde la Sé a través de los ascensores, pasaremos junto a M|i|mo, el museo de la imagen en movimiento. Un recorrido muy didáctico por la evolución del cine y su explicación científica. En la planta baja se expone una amplia colección de proyectores y cámaras fotográficas, mientras en la planta superior, ideal para acudir con niños, podemos experimentar nosotros mismos cómo se produce el movimiento de las imágenes a través de diferentes técnicas. Una curiosidad, el museo ocupa el lugar donde estaban las caballerizas del castillo.
Iglesia de São Pedro
Junto al M|i|mo veremos una bonita portada románica. Pertenece a la iglesia de São Pedro, convertida hoy en espacio museístico. La portada es lo único que queda del templo original, ya que el resto ha sido reconstruido.
Torre Sineira
Nada más salir del ascensor que nos ayuda a solventar el desnivel que hay entre la Sé y la iglesia de São Pedro, aparece poderosala torre Sineira (campanario), del siglo XVIII. De estilo barroco, lo normal es que estuviera adosada a la catedral, pero adquiere personalidad propia marcando el límite entre la ciudad medieval y la moderna.
Sé de Leiria
Quizá es el monumento que provoca una mayor decepción de todos los que ver en Leiria. Cuando te enteras de que Leiria es sede diocesana, lo normal es imaginarse una catedral como la de Évora, la de Viseu o la de Lamego. Ya no hablamos de las de Braga, Oporto o Lisboa. Sin embargo la Sé de Leiria es un templo sobrio tanto en su exterior como en su interior. Es de estilo manierista y data del siglo XVI cuando se creó la Diócesis. Fue seriamente dañado por el terremoto de Lisboa de 1755 y de ahí vino la construcción de la Torre Sineira separada de la catedral.
Iglesia da Misericórdia
A nuestro juicio, la más bella de todas las iglesias que ver en Leiria. Ubicada en el corazón del casco antiguo, en una calle que apenas deja contemplar la magnitud de su fachada, destaca especialmente por su interior con un altar mayor decorado por una colorista pintura que representa la Visitación. Se puede subir al coro para tener una vista más completa del templo, que actualmente acoge el Centro de Diálogo Intercultural donde se destaca especialmente el legado de la cultura judía en Leiria.
Casa do Arco
Justo al lado de la iglesia da Misericórdia se sitúa uno de los enclaves más fotogénicos que ver en Leiria. En una estrecha calle, la Casa do Arco es quizás la más bella de todas las construcciones de este tipo que aún sobreviven en el casco antigua leirelense. Esta llama especialmente la atención por la presencia de azulejos en su decoración. Fue sede de un hospital de la Casa da Misericórdia.
Mercado de Sant’Ana
Diseñado por el arquitecto Ernesto Korrodi, omnipresente en Leiria, durante medio siglo fue el principal mercado de la ciudad. Tras una profunda remodelación a principios del siglo XXI, hoy es un espacio cultural para la celebración de conciertos, festivales y exposiciones. El mercado moderno está situado muy cerca del estadio de fútbol.
Sendero Polis por el río Lis y Garza de Bordalo II
Para integrar aún más el río Lis en la ciudad de Leiria, se ha creado una ruta peatonal de 5,4 kilómetros muy agradable. Nosotros hicimos un pequeño tramo justo detrás del Museu de Leiria, donde se encuentra una obra del artista Bordalo II, presente en numerosos lugares de Portugal y de todo el mundo y que convierte la basura en arte. En este caso ha creado una garza, una especie que es muy habitual ver en las riberas del río Lis.
Finalizamos la caminata en el puente Afonso Zúquete, desde donde se tiene una vista muy interesante del castillo de Leiria. Justo enfrente está la pequeña iglesia del Espíritu Santo.
Santuario de Nossa Senhora da Encarnação
Al estilo de los santuarios portugueses ubicados en una zona elevada y con una gran escalinata que va representando el ascenso hasta los cielos. Así es el santuario de Nossa Senhora da Encarnação de Leiria. 162 escalones llevan hasta este templo que se levanta donde estuvo dedicada una ermita al arcángel San Gabriel. El santuario actual está consagrado a la patrona de Leiria y desde él se obtiene una panorámica muy completa de la ciudad.
Qué ver en los alrededores de Leiria
Como apuntamos al principio, Leiria tiene una ubicación estratégica para descubrir desde allí otros lugares muy atractivos del Centro de Portugal. Pero antes de relatar algunos de ellos, vamos a repasar las visitas imprescindibles que hacer en el propio municipio de Leiria: rutas de senderismo, cascadas, playas y hasta un majestuoso balneario.
Cascada da Barroquinha en Maceira
En la aldea de Maceira, junto a su iglesia parroquial con portada manuelina, se encuentra la zona recreativa de Nossa Senhora da Barronquina donde surge una bonita cascada. La imagen es más atractiva por la presencia de la torre de la iglesia al fondo. A pesar de la indudable belleza del enclave, incluso cuando la cascada no lleva demasiada agua, está bastante descuidado y degradado.
Termas de Monte Real
Monte Real es el prototipo de aldea-balneario portuguesa como lo son Monfortinho y Luso, por poner dos ejemplos. Aunque no tengamos interés en probar sus aguas apreciadas desde tiempos de los romanos, sí merece una parada el edificio de su hotel. Un antiguo palacio rehabilitado y convertido en un moderno alojamiento de cuatro estrellas. Nos recordó, salvando las distancias, al Vidago-Palace Hotel.
Santuário do Senhor Jesus dos Milagres
Uno de los grandes centros de peregrinaje de Portugal es este santuario diseñado por Ernesto Korrodi y cuyas obras concluyeron a finales del siglo XIX. Cada segundo fin de semana de septiembre miles de personas de todo el país acuden a este lugar en un vistoso desfile de carrozas.
Playas de Leiria
Leiria está a media hora de la costa atlántica donde nos esperan inmensos arenales como el de Pedrógão, perteneciente al propio municipio de Leiria, pero también otros como los de Vieira y São Pedro de Moel, ‘propiedad’ del municipio vecino de Marinha Grande. São Pedro de Moel tiene además uno de los faros más bonitos de Portugal, el de Penedo da Saudade.
Rutas de senderismo
Y para rematar la lista de planes que hacer en Leiria, también hay una buena nómina de rutas de senderismo. Además del bosque protegido del Pinhal de Leiria, dotado de senderos peatonales y vías ciclistas, os recomendamos dos rutas muy interesantes. Una es la que se adentra en el Vale do Lapedo (PR1 LRA), de 4,5 kilómetros, un pequeño cañón donde el agua y el tiempo han ido creando formas imposibles. Y otra es el nacimiento del río Lis (PR4 LRA) de 9 kilómetros. Parte de la aldea de Fontes y coge altura para divisa el entorno de Leiria y la costa atlántica.
Otras visitas fuera del municipio de Leiria
En viajes cortos que no van a llevar más de media hora en coche tenemos visitas muy interesantes que hacer desde Leiria. En esta lista tenemos que incluir a tres de los monasterios más sublimes construidos en Portugal: Batalha (14 km.) Alcobaça (34 km.) y Tomar (66 km.).
Si lo que queremos es visitar otros castillos con encanto del país luso, imprescindibles los de Porto de Mós (23 km.) y Ourém (27 km.). Y volviendo al patrimonio religioso no nos podemos olvidar que el santuario de Fátima está a solo 30 kilómetros de Leiria.
Por último no podemos dejar de mencionar a Nazaré (37 km.) una de las ciudades costeras más populares que ver en Portugal.
ℹ️ Consulta nuestra guía con todo lo que ver en Nazaré
Comer en Leiria
Nos gustó mucho la gastronomía de Leiria, especialmente la que degustamos en las tascas más típicas de la ciudad. No nos queremos olvidar de las Brisas do Lis, un dulce conventual típico de la zona elaborado con yema de huevo, almendras y azúcar. Una deliciosa bomba calórica.
🍽️ A Tasca da Gracinda (Rua Roberto Ivens, 11). Ubicada en una casa baja junto al Museu de Leria, pocos dirían que detrás de una modesta fachada pintada de color mostaza se esconde una tasca portuguesa de las de verdad. No hay nada que indique que sea así porque no existe ni un pequeño letrero con su nombre. Posee puñado de mesas que suelen estar repletas de locales, sobre todo trabajadores. El día que nosotros fuimos solo había dos platos: feijoada y bacalao al horno con patatas cocidas o fritas. 12 euros incluyendo aceitunas, pan, bebida, postres y café. No se puede pedir más. La feijoada contundente: judías, arroz, carne de cerdo, oreja, chorizo y repollo. Y el bacalao, no era una posta de alto nivel, pero estaba muy bien hecho. Las patatas y la cebolla que lo acompañaba, deliciosas, al igual que la ensalada de tomate y lechuga. El postres, flan y una especie de buñuelos esponjosos sin relleno parecidos a los churros. El trato de diez. Nos llamaron la atención las enormes calabazas colocadas en una animada barra donde muchos lugareños acuden a comprar comida para llevar. En la puerta de al lado, vimos al dueño comiendo en un pequeño cuarto cuando nosotros nos fuimos. Más auténtico no puede ser.
🍽️ Restaurante Montecarlo ‘Salvador’ (R. Dr. Correia Mateus 38). Restaurante tradicional ubicado junto al Mercado de Santana. No admite de reservas y las colas que se forman a su puerta nada más abrir, son considerables. Dispone de un pequeño comedor interior y de una amplia terraza. Nosotros llegamos a las siete para cenar y en cosa de quince minutos estaba todo al completo. No es para menos, tiene una carta manuscrita en tiza en la puerta con unos quince platos, ninguno de los cuales superan los ocho euros (la mayoría rondan los siete). Nosotros nos decantamos por una dorada ‘grelhada’ deliciosa acompañada de patata cocida y una generosa ensalada. También pedimos unas ‘febras de porco grelhadas’. Bandeja de acero inoxidable con tres majestuosos filetes, arroz y patatas fritas de las de verdad. Con pan, aceitunas, vino y postre, la cuenta no superó los 23 euros. De risa.
☕ Pastelaria LuziClara (Rua Barão de Viamonte (Rua Direita) 49). Para probar las Brisas do Lis elegimos esta modesta pastelería oculta en una de las calles del casco histórico leiriense. Precios populares y trato muy amable para degustar un café solo con todo el sabor luso y un par de estos bocados dulces. También los venden en cajas para llevar.