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Cherry Sculpture Hotel es uno de los alojamientos más originales y sorprendentes que hemos visitado en el país vecino. Al sur de la Serra da Estrela, en una localidad con magníficas piscinas naturales, el hotel ha diseñado coquetas habitaciones con aspecto de cereza y una piscina que también tiene la forma de este fruto. Pero no todo es fachada, también destaca por su cercanía, calidez y posee un restaurante con platos muy elaborados con productos de calidad. Te contamos todo lo que debes saber del alojamiento más singular de Portugal
Las cerezas son uno de los frutos más codiciados y admirados por su combinación de toques ácidos y dulces que las hacen tan sabrosas. En España las más afamadas son las del extremeño Valle del Jerte, pero en Portugal también se cultivan, especialmente en la Serra da Gardunha por las buenas condiciones climatológicas de este espacio natural de la Región Centro. Precisamente cerca de allí, en la vertiente sur de la Serra da Estrela, ha surgido un alojamiento que homenajea a la cereza de la mejor manera posible. Haciendo que los huéspedes puedan pernoctar dentro de uno de estos frutos o bañarse en una piscina que tiene la forma de este regalo que nos brinda la naturaleza y la agricultura.

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Se trata de Cherry Sculpture Hotel, uno de los alojamientos más originales que hemos visitado en el país vecino y que está ubicado en la freguesia de Paul, en el municipio de Covilhã. Recientemente abrió sus puertas con un concepto absolutamente rompedor, pero sin que la originalidad esté reñida con la comodidad.

Cómo nació Cherry Sculpture, el hotel cereza del centro de Portugal
Cherry Sculpture Hotel es el sueño de Gabriel Soares, un veterano empresario natural de Paul pero que reside en Coímbra. En la parcela familiar y en una casa en ruinas aneja que adquirió, decidió emprender con un proyecto turístico que le devolviera a sus raíces, pero de una forma absolutamente inesperada. Así nació Cherry Sculpture Hotel. Cuando años atrás le dijo a su padre que su intención era quitar el olivar que había en el terreno para poner cerezos, su progenitor jamás hubiese pensado que las cerezas se iban a convertir en las habitaciones de su original hotel.

El trabajo fue doble e incluso triple. Por un lado, diseñar las esculturas en forma de cereza que se iban a convertir en ocho de las habitaciones del hotel. Por otro, restaurar la antigua casa conservando elementos originales donde se ubican otras 15 habitaciones, dos de ellas en formato suite. Y, por último, levantar la zona del restaurante y la recepción e integrarlo todo con la piscina en forma de un manojo de cerezas. Un conjunto espectacular cuya dimensión y belleza se aprecia con más nitidez en las imágenes aéreas que captamos con nuestro dron.

Superando las dificultades y los parones que trajo la pandemia, Cherry Sculpture Hotel vio la luz como el mejor homenaje posible a la producción de cereza que hay en la Cova da Beira, concretamente en la cercana población de Alcongosta, que visitamos durante nuestro viaje a Fundão que te contamos en este post.
Así es Cherry Sculpture Hotel
Las ocho cerezas repartidas por la antigua parcela familiar de Gabriel Soares son la joya de la corona de este original hotel luso. Su reducido tamaño hace que únicamente puedan ser disfrutadas por parejas, aunque cuentan con todos los servicios necesarios: una amplia cama doble, un baño complemente equipado, frigorífico, televisión y un pequeño patio interior por donde se capta toda la luz del sol. Su decoración es deliciosa, con cabeceros y lámparas en forma de cereza y unas paredes pintadas con los colores de estos deliciosos frutos.

En la casa rehabilitada con mucho gusto se ubican 15 habitaciones, dos de ellas suites. Nosotros nos alojamos con el pequeño Alejandro en una de ellas que también tienen numerosos guiños a las cerezas. Todas estas habitaciones son muy luminosas y el edificio tiene acceso directo a la piscina para no tener que pasar por recepción.
El complejo se completa con el restaurante donde también se sirven los desayunos, la recepción y el área de la piscina, ideal para disfrutar en familia y con una zona de hamacas sobre el agua. Las vistas desde aquí de la Serra de la Estrela son impagables y los atardeceres, de película. Y no solo en verano, también en invierno cuando las cumbres serranas están cubiertas de nieve, la estampa es de auténtica postal.


Mención especial merece el restaurante de Cherry Sculpture Hotel, donde apuestan por una cocina de mucha calidad con productos de proximidad. Nos encantó, por ejemplo, el pulpo a la brasa y un guiso de cabrito absolutamente delicioso. Y, como no podía ser de otra forma, las cerezas también tienen un papel protagonista en su carta, con postres donde se emplea este fruto. Asimismo, en los desayunos, no pueden faltar unas cerezas de temporada para endulzar las mañanas.
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Qué ver en los alrededores de Cherry Sculpture Hotel
Cherry Sculpture Hotel es una magnífico centro de operaciones para recorrer dese allí uno de los enclaves naturales más desconocidos y magnéticos de Portugal como es la Serra da Estrela. En esta guía tienes todo lo necesario para adentrarse en este parque natural repleto de rutas de senderismo, cascadas, miradores, pozas y piscinas naturales, pueblos con encanto y la única estación de esquí lusa.
Merece la pena desplazarse igualmente hasta la considerada como capital de la Serra da Estrela, la ciudad de Covilhã de la que te hablamos con todo lujo de detalles en esta completa guía.

Precisamente al municipio de Covilhã pertenece la considerada como capital de las piscinas naturales de Portugal, Cortes do Meio. Pero para disfrutar de esos regalos de la naturaleza no hace falta alejarse mucho del hotel, porque en la propia localidad de Paul hay dos zonas de baño espectaculares. Una es la playa fluvial, ubicada junto a un área recreativa dotada de merenderos, pistas deportivas y bar al pie de la carretera.

A 750 metros río arriba está piscina natural de Paul, enclavada en un paraje con una gran poza que se completa con una generosa cascada. También tiene chiringuito y los accesos tanto a la playa fluvial como a la piscina natural son muy cómodos. Las aguas son muy frías, pero absolutamente cristalinas, ideales para aplacar las altas temperaturas que se registran en verano en esta zona.
Cómo llegar a Paul
En coche. La localidad de Paul se encuentra a solo una hora de la frontera española de Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso por la A-62 (Burgos-Portugal). El viaje desde Salamanca capital es de dos horas, mientras que desde Cáceres es de dos horas y 45 minutos usando el paso fronterizo de Segura o el de Monfortinho. Desde Plasencia el trayecto se reduce a dos horas y media, mientras que desde Madrid es de algo menos de cuatro horas y media.
En tren. La estación de ferrocarril más cercana a Paul es la de Tortosendo (15 minutos en coche). Forma parte de la línea de la Beira Baixa que permite la conexión con Lisboa en entre cuatro y cinco horas, en función del tren que se coja.