Qué ver en Santarém en un día, la capital del gótico portugués

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Capital del gótico portugués y mirando fijamente al río Tajo. Santarém es una ciudad opacada por Lisboa, pero que merece al menos una parada de una mañana. Casi en cada esquina nos toparemos con una iglesia a cuál más bella. Sepulcro de Álvares Cabral, descubridor de Brasil, es además una ciudad perfecta para disfrutar de la suculenta gastronomía del Ribatejo. En esta guía con todo lo que ver en Santarém tendrás la información que necesitas para dejarte cautivar por esta pequeña joya


Muchos son los que la ven a lo lejos, pero pocos los que paran. Santarém es la chica o chico tímido que adopta un papel discreto y reservado en el baile de fin de curso. Pocos se percatan de su presencia, pero si lo sacan a bailar, ‘rompe’ la pista. Si viajamos a Lisboa desde la mitad norte de España entrando por la frontera de Vilar Formoso, veremos en la autopista A1 el indicador de Santarém cuando nos quede una hora para llegar a la capital lusa. Ya tendremos ganas de callejear por Alfama, subir cuestas en el Barrio Alto o saludar a Pessoa en el Chiado. Pero si tenemos tiempo, saquemos a bailar a Santarém. No nos decepcionará. Ciudad que mira desde una atalaya al Tajo y presume de ser la capital del gótico portugués. Casi en cada esquina aparece una iglesia de este estilo que nos dejará con la boca abierta. Hay que perderse por sus callejuelas, perfectamente empedradas y con las típicas aceras creadas con mimo por esos artistas llamados ‘calceteiros’. Callejuelas tan estrechas que alguna nos pasara desapercibida. Craso error porque en la que menos lo esperemos puede aparecer una tasca tradicional en la que paladear la rica y contundente gastronomía del Ribatejo. Es además tierra de vinos, sepulcro de un gran conquistador y escenario de una reconquista que dio como resultado la fundación de Portugal. Te invitamos a descubrir todo lo que ver en Santarém en un día.

Calle de Santarém con la iglesia de Nuestra Señora de Graça al fondo
Calle de Santarém con la iglesia de Nuestra Señora de Graça al fondo

Cómo llegar a Santarém

En coche. Santarém se encuentra a una hora exacta de Lisboa. Está perfectamente comunicada por la autopista A1 (de peaje) que une la capital lusa con Oporto. Está de camino si viajamos a Lisboa desde la mitad norte española entrando por la frontera de Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso. Si por el contrario accedemos a Portugal por Badajoz, nos quedará un tanto a desmano, pero podremos hacer una excursión de un día desde Lisboa de la forma más cómoda y rápida.

En tren. Si no disponemos de vehículo y queremos hacer un recorrido por todo lo que ver en Santarém desde Lisboa, el tren es una opción muy recomendable. Existen numeroso servicios que unen cada día ambas ciudades desde las estaciones lisboetas de Santa Apolonia y Oriente. Hay trenes regionales que por 6,70€ hacen el trayecto en poco más de una hora. El tren más rápido es el Alfa Pendular que sale de Santa Apolonia, para en Oriente y viaja directo a Santarém. Tarada solo 38 minutos pero el billete cuesta 17,20€. La estación de ferrocarril de Santarém se ubica al noreste de la ciudad y a quince minutos caminando del casco histórico.

Dónde alojarse en Santarém

Aunque probablemente visitaremos Santarém durante unas horas como escala en nuestro camino a Lisboa, no hay que descartar la ciudad para pernoctar y conocer de esta forma la comarca del Ribatejo. Y más teniendo en cuenta que posee una interesante oferta hotelera. El alojamiento más destacado es el Santarém Hotel, de cuatro estrellas y a seis minutos en coche del centro. Se trata de un hotel moderno y elegante con piscinas interior y exterior; posee un restaurante propio en el que se sirve comida regional y la relación calidad-precio es muy buena. Otros alojamientos de Santarém son el hotel Umu, de tres estrellas moderno y sencillo; y el hostel Santarém, la opción más económica pero con excelentes valoraciones.

Qué ver en Santarém en un día. Los imprescindibles

Paramos en Santarém con la intención de dedicarle poco más de una hora. De hecho el tique del coche estaba programado para ese tiempo. Tuvimos que regresar para poner más monedas. Una hora se antoja corta para hacer un recorrido por todo lo que ver en Santarém, pero una mañana puede ser muy adecuada. Eso sí, con el colofón de una comida en alguna de sus tascas de cocina regional.

Jardín y mirador Portas do Sol

Podemos dejar el coche en las inmediaciones del jardín Portas do Sol para arrancar aquí el recorrido por todo lo que ver en Santarém. Los restos de la antigua alcazaba de la que se conservan algunas de sus muralla y la Puerta del Sol, son hoy un tranquilo y cuidado jardín en el que pasear y descansar. Los muros a los que hoy podemos subir para contemplar unas exquisitas panorámicas del río Tajo y su ribera fueron levantadas por los musulmanes. No contaron con que había un caballero llamado Afonso Henriques decidido a reconquistar esta tierra y poner la primera piedra de lo que hoy es Portugal. Su ataque fue certero y efectivo y los moros sucumbieron en Santarém. Por algo la escultura del primer rey de Portugal preside un jardín que también alberga el centro de interpretación Urbi Scallabis donde se hace un repaso a la historia de Santarém desde la Prehistoria hasta nuestros días.

Mirador del jardín Portas do Sol que ver en Santarém
Mirador del jardín Portas do Sol
Puerta del Sol de la antigua alcazaba de Santarém
Puerta del Sol de la antigua alcazaba de Santarém

Iglesia de Santa María da Graça

Un nombre propio se adueña de este rincón de la ciudad. Y con total merecimiento por cierto. Hablamos de Pedro Álvares Cabral, el hombre que tiene la culpa de que en Brasil se hable portugués. Su expedición que buscaba llegar a la India por la ruta que había seguido Vasco de Gama se desvió tanto de la costa africana para doblar el cabo de Buena Esperanza que acabó recalando en lo que hoy conocemos como Brasil. Era el año 1500. Álvares Cabral nació en Belmonte, una villa medieval de la región Centro de Portugal muy recomendable. Pero murió en Santarém, quizás por culpa de la malaria que contrajo en su viaje. Sus restos reposan con todos los honores en la iglesia de Santa María da Graça junto a los de su mujer y a las banderas de Portugal y Brasil. En este templo, el ejemplo más bello del gótico de esta ciudad, hay otra tumba que sobresale por encima de la de Álvares Cabral aunque parezca mentira. Es la de Pedro de Meneses, conde de Vila Real y primer cónsul general de Ceuta, cuando esta plaza africana estuvo en manos portuguesas, que lo estuvo en el siglo XV. Junto a la iglesia se levanta una escultura del descubridor de Brasil y la casa donde vivió su familia, convertida hoy en la Casa Brasil para recordar el vínculo de Santarém con el país sudamericano.

Fachada de la iglesia de Nuestra Señora de Graça que ver en Santarém
Fachada de la iglesia de Santa María da Graça
Tumba de Álvares Cabral en la iglesia de Nuestra Señora de Graça que ver en Santarém
Tumba de Álvares Cabral en la iglesia de Santa María da Graça

Iglesia de Nuestra Señora de Marvila

La encontramos cerrada y no pudimos ver el revestimiento de azulejos de su interior que data del siglo XVII. Eso sí, nada nos impidió disfrutar del pórtico manuelino de su fachada. El mejor ejemplo de este estilo que podemos ver en la ciudad. La iglesia de Nuestra Señora de Marvila fue construida por los templarios bajo el reinado del primer rey de Portugal, Afonso Henriques, y varió su estructura durante el reinado de don Manuel.

Iglesia de Nuestra Señora de Marvila que ver en Santarém
Iglesia de Nuestra Señora de Marvila

Sé de Santarém y Museo Diocesano

La plaza Sá da Bandeira es el centro neurálgico de Santarém. Una gran plaza repleta de vida y terrazas y que está presidida por la Sé o Catedral consagrada a Nuestra Señora de la Concepción. La entrada vale 4 euros y permite acceder también en el Museo Diocesano. El templo fue construido por los Jesuitas sobre las ruinas del Palacio Real. Su fachada manierista contrasta con su interior barroco. Pero lo que más centra las miradas del visitante son las pinturas de sus techos.

Catedral de Santarém
Catedral de Santarém
Decoración del techo de la catedral de Santarém
Decoración del techo de la catedral de Santarém

En el Museo Diocesano podemos ver una amplia nómina de obras de arte religioso pertenecientes a la Diócesis de Santarém. Desde retablos, imágenes e incluso una gran obra realizada con azulejos que ocupa una de las paredes de un espacio museístico moderno y muy amplio. No podemos abandonar la plaza Sá da Bandeira sin contemplar la ventana manuelina en el edificio situado en el lado contrario de la Catedral y hacer una pequeña parada en la pequeña iglesia de la Piedad.

Museo Diocesano de Santarém
Museo Diocesano de Santarém

Convento de San Francisco

Los efectos del terremoto de 1755 de Lisboa no solo fueron visibles en la capital portuguesa. Santarém vio cómo su imponente convento de San Francisco también sufría daños irreparables. Se había levantado quinientos años antes aunque sufrió numerosos cambios a lo largo del tiempo. Además del seísmo, fue ocupado por militares durante la invasión francesa. El resultado es un convento donde sobreviven algunos elemento del templo y parte del claustro. La entrada es gratuita.

Claustro del convento de San Francisco que ver en Santarém
Claustro del convento de San Francisco

Otras iglesias de Santarém

Si tenemos existen otras iglesias muy interesantes que ver en Santarém. Por ejemplo la de la Misericordia, una muestra del Renacimiento tardío donde destacan sus columnas toscanas decoradas de su interior. En iglesia de Nuestra Señora da Piedade nos llamará la atención su fachada manierista y un interior barroco donde se conserva una de las puertas medievales de la muralla de la ciudad.

Iglesia de la Misericordia que ver en Santarém
Iglesia de la Misericordia
Iglesia románica de San Joao de Alporao que ver en Santarém
Iglesia románica de San Joao de Alporao

Y cuando salgamos del jardín Portas do Sol y nos estemos acercando al centro de la ciudad, será obligado detenerse ante la iglesia de San Joao de Alporao, actualmente sede del Núcleo Museológico de Arqueología y Artes Medievales. Se trata del único templo románico de Santarém como comprobaremos en su pórtico y rosetón.

Mirador de Sao Bento

Un poco alejado del casco histórico y próximo a la estación de ferrocarril se encuentra otra buena atalaya de Santarém que rivaliza con el jardín Portas do Sol. Se trata del mirador de Sao Bento, una pequeña zona ajardinada que dispone de juegos infantiles y cafetería y brinda unas vistas espectaculares del entorno de Santarém con el río Tajo y su vega dominando el paisaje.

Parque acuático de Santarém

Como ocurre con la ciudad de Amarante, en ocasiones el interior de Portugal nos sorprende con parques acuáticos más propios de localidades costeras. Santarém tiene el suyo. Ubicado a tres kilómetros y medios del centro de la ciudad, el parque acuático de Santarém cuenta con una gran piscina climatizada de 25 metros. En el exterior posee una piscina recreativa, con dos juegos acuáticos y una cascada; un jacuzzi; tres toboganes; una piscina de olas y otros pequeños vasos para niños.

Dónde comer en Santarém

Pulpo a lagareiro de la taberna Sebastiao de Santarém
Pulpo a lagareiro de la taberna Sebastiao de Santarém
  • Taberna Sebastiao (Tv. do Frois 13). Tasca a la que hay que ir ex profeso porque se encuentra en una de las callejuelas más estrechas de la ciudad. Justo al lado de un anticuario que restauraba con mimo a la puerta de su negocio una vieja balanza de ultramarinos donde se pesaban desde peras y manzanas, a bacalao, frutos secos, caramelos o legumbres. Divididas en varios salones con una decoración muy autentica, se disponen un buen puñado de mesas. Tienen menú del día con cuatro platos a precios irrisorios. El día que nosotros fuimos ofrecían pulpo a lagareiro, feijoada de caracoles, alheira y cocido portugués. Todos a seis euros. El pulpo exquisito, se deshacía en la boca. Y el cocido portugués muy completo pero sin hincharte innecesariamente a comer. Un poco de repollo, un poco de garbanzos y un poco de arroz y carne de cerdo, ternera y embutidos. De entrada, un queso de vaca curado, sencillamente espectacular. Al margen del menú tienen carta con platos de carne y pescado que rondan los 12 euros. Trató muy agradable y baños con una curiosa decoración:están empapelados con páginas de revistas del siglo pasado algunas de ellas españolas.

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