Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp

Un paraíso atlántico frente a Peniche con aguas turquesa, cuevas esmeralda y un fuerte del siglo XVII suspendido sobre las olas: así son las Berlengas. En esta guía te contamos cómo ir a las islas Berlengas desde Peniche, qué opción de barco elegir —solo ferri o ferri combinado con tour por las grutas—, qué ver en Berlenga Grande, si es posible dormir allí (sí, incluso en el fuerte) y cuándo conviene viajar. Además, repasamos la historia y la protección ambiental de este pequeño archipiélago —Reserva Natural y Reserva de la Biosfera—, y te damos las claves de acceso. Todo con información contrastada y el toque experiencial de nuestro viaje más reciente, para que vayas preparado y disfrutes sin prisas


Volvimos a Peniche en el puente de la Hispanidad de octubre de 2025 con una idea fija que arrastrábamos desde hace años: cruzar a Berlenga Grande, la única isla visitable del archipiélago. Aquella mañana el Atlántico estaba razonablemente calmo y el cielo despejado prometía un día de postales. Elegimos la opción combinada —traslado en barco y paseo por las grutas en embarcación pequeña— porque queríamos sentir la isla desde el mar antes de recorrerla a pie.

Barca con la que se hace el tour por las cuevas
Barca con la que se hace el tour por las cuevas

Al desembarcar, la playa de Carreiro do Mosteiro nos dio la bienvenida con una lengua de arena pálida y agua cristalina; en octubre el chapuzón quedó en amago, pero el espectáculo de colores era hipnótico. El breve paseo en barca fue un festival de luz y roca: la Gruta Azul brillaba como una piscina natural, el Furado Grande perfora la isla de lado a lado y, entre medias, asoman caprichos geológicos como la Rocha da Baleia o la Tromba do Elefante. Nos dejaron junto al Forte de São João Baptista y afrontamos la subida hacia el faro Duque de Bragança por el sendero panorámico que, a cada curva, enmarca el fuerte como si flotara. Bajamos de vuelta al embarcadero con tiempo para un tentempié frente a la playa y esa sonrisa serena que te deja un plan largamente soñado cuando sale perfecto.

Breve historia de las islas Berlengas

El archipiélago de las Berlengas lo forman tres grupos de islas y escolhos: Berlenga, Estelas y Farilhões-Forcados, un puñado de rocas graníticas que emergen frente a Cabo Carvoeiro. De todas ellas, solo Berlenga Grande está abierta a las visitas, mientras que Estelas y Farilhões-Forcados permanecen como santuarios para la fauna y la flora. Ya en el siglo XV, y en un gesto pionero, el rey Afonso V prohibió la caza en la isla y ordenó proteger la vida silvestre, una medida que muchos consideran uno de los precedentes más tempranos de conservación ambiental en Portugal.

Vista del fuerte de Berlenga Grande
Vista del fuerte de Berlenga Grande

A lo largo del siglo XVI se documenta la presencia de frailes jerónimos en Berlenga, que levantaron un pequeño monasterio para asistir a navegantes en apuros, testimonio de lo dura que era la vida en este “alto” de la costa atlántica. En el siglo XVII se erigió el Forte de São João Baptista, pieza clave del dispositivo defensivo costero para contener incursiones de corsarios europeos y norteafricanos. Con los siglos, el fuerte ha alternado funciones —hubo época en que operó como pousada—, pero hoy sobre todo simboliza la silueta icónica de las Berlengas.

El reconocimiento contemporáneo a su valor natural llegó con la declaración de Reserva Natural en 1981, la catalogación como Zona de Protección Especial para Aves en 1999 y, en 2011, su inscripción como Reserva de la Biosfera del programa MAB de la UNESCO, que abarca el archipiélago, la propia ciudad de Peniche y el corredor marino que los conecta. Estas figuras de protección explican la gestión muy medida del uso público que hoy encontramos en la isla.

Todo lo que necesitas saber para visitar las islas Berlengas desde Peniche

Llegar a las Berlengas es sinónimo de embarcar en el puerto de Peniche y ajustar la visita al pulso del Atlántico. Desde 2019 rige una capacidad humana simultánea de 550 personas en Berlenga Grande, y el acceso se controla mediante un pase obligatorio, el Berlengas Pass. Lo habitual es que el operador autorizado tramite ese permiso con tu reserva; si no, puedes emitirlo por tu cuenta a través de la plataforma oficial del ICNF. El objetivo es mantener la presión turística dentro de límites seguros para un ecosistema tan frágil.

Faro duque de Bragança
Faro duque de Bragança

La travesía dura, en condiciones normales, entre 30 y 45 minutos, dependiendo del estado del mar y del tipo de embarcación. Los operadores autorizados publican horarios estacionales con varias salidas al día en verano, mientras que en primavera y otoño la operativa se reduce y puede reprogramarse según el parte marítimo. En nuestra experiencia, elegir la franja de mañana ofrece mejor luz y más margen por si hay cambios.

Opciones para ir a las Berlengas

Si tu objetivo es pisar isla y saborearla a tu ritmo, el ferri directo desde Peniche cumple de sobra: desembarcas junto a la playa de Carreiro do Mosteiro y dispones de varias horas para caminar hasta el Forte de São João Baptista, subir al faro y regresar al muelle para el embarque.

La alternativa —y nuestra elección— es el ferri combinado con tour por las grutas: al llegar, cambias a una barca pequeña que recorre arcos y cavidades como la Gruta Azul y el Furado Grande, y bordea formaciones como la Rocha da Baleia y la Tromba do Elefante cuando el mar lo permite. Le añade un punto mágico a la visita sin restar tiempo para el sendero y las fotos desde lo alto. En octubre de 2025 hicimos exactamente ese plan y repetiríamos sin dudarlo.

El barco que nos llevó a Berlenga Grande
El barco que nos llevó a Berlenga Grande

Qué ver en Berlenga Grande

Berlenga Grande se disfruta a golpe de panorámica. La primera imagen, inevitable, es la de Carreiro do Mosteiro, una cala de arena clara y agua transparente, resguardada entre rocas, que en verano invita al baño y fuera de temporada es un mirador privilegiado. Desde el pequeño núcleo de pescadores —donde se concentran los escasos servicios estacionales— parten los senderos principales.

Playa Carreiro do Mosteiro
Playa Carreiro do Mosteiro

El recorrido más fotogénico conecta el corazón de la isla con el Forte de São João Baptista, obra del XVII unida a la roca por un puente que parece levitar sobre el oleaje; desde aquí, la subida hacia el faro Duque de Bragança regala vistas que resumen la esencia del archipiélago: roca tallada por el tiempo, espuma blanca y horizonte infinito. En nuestra visita aprovechamos también el paseo en barca para internarnos en la Gruta Azul, asomarnos al Furado Grande —ese túnel natural que atraviesa la isla— y reconocer, desde el mar, las siluetas de la ballena y el elefante esculpidos por la erosión. Fue un itinerario redondo que alterna mar y tierra y permite ver la isla desde todos sus ángulos.

Fuerte de São João Baptista de Berlenga Grande
Fuerte de São João Baptista de Berlenga Grande

¿Es posible alojarse en las islas Berlengas?

Sí, aunque hay que ir con espíritu de refugio. La posibilidad más singular es dormir en el Forte de São João Baptista, gestionado de forma sencilla y con un estándar muy básico que prioriza la experiencia de pernoctar en un enclave histórico único, con las olas rompiendo bajo las murallas y cielos llenos de estrellas cuando despeja. Es importante consultar disponibilidad con antelación y asumir que hablamos de un alojamiento espartano donde prima el lugar sobre los servicios.

La segunda opción es el ‘bed and breakfast’ Berlenga, un sencillo, cómodo y muy bien valorado alojamiento ubicado en el barrio de los pescadores junto al muelle donde atracan los barcos.

Y la tercera opción es el camping oficial junto al área del muelle. Tras un periodo de ajustes, la Câmara Municipal Peniche anunció su reapertura con capacidad limitada —33 campistas repartidos en 14 parcelas, estancias máximas y una nueva distribución más alejada del cantil—, todo para reducir el impacto y mejorar la seguridad. La gestión municipal y el carácter estacional hacen que sea imprescindible confirmar fechas y condiciones antes de planificar una noche en tienda. En cualquier caso, las tres alternativas —fuerte, B&B y camping— son muy demandadas y están condicionadas por la meteorología, por lo que conviene llevar un plan B en Peniche.

Mejor época para visitar las Berlengas

Si buscas equilibrio entre clima, luz y afluencia, primavera (mayo–junio) y principios de otoño (septiembre–octubre) son ideales. Fuera de la alta temporada hay menos gente y la naturaleza luce en su mejor momento, con un Atlántico que suele estar más amable que en invierno y días aún largos para aprovechar los senderos. Verano ofrece más frecuencias de barco y servicios, pero también concentra la mayor demanda, por lo que reservar con antelación es clave para no quedarse en tierra. En invierno, la operativa puede limitarse al mínimo o suspenderse por mala mar; si surge una ventana de buen tiempo, la experiencia es más “expedicionaria”, pero igualmente inolvidable. En todos los escenarios, la planificación debe empezar por el permiso y el billete, porque los cupos en la isla son estrictos por razones de conservación.

Gruta de colores en Berlenga Grande
Gruta de colores en Berlenga Grande

Con todo lo anterior, visitar las Berlengas se convierte en una aventura perfectamente abordable: una navegación corta desde Peniche, un puñado de horas para alternar sendero y miradores con el magnetismo del fuerte y, si te animas, una incursión por las grutas que te enseña el lado más secreto de la isla. Para nosotros fue, por fin, el viaje soñado: mar de cristal, roca esculpida por siglos de oleaje y esa sensación de estar en un lugar que Portugal mima desde hace más de quinientos años. Y quizá por eso, al volver a ver las Berlengas recortadas desde Cabo Carvoeiro al atardecer, entendimos que aún nos quedaban muchas excusas para regresar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Vive Portugal
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.